Julia tuvo que levantarse del suelo para ir a otro lugar ya que no aguantaba las carcajadas que amenazaban por salir, en cambio la castaña se sorprendió por lo que dijo Eric Laurent, aunque no tanto ya que éso se esperaba de un mujeriego y mucho más.
— Claro amor —sonrió seductoramente como si el rubio la estuviese viendo—, me masturbaré por ti siempre y cuando me prometas que nos veremos de nuevo.
La castaña aceptó que estaba subiendo los límites, pero una broma caliente no le hace mal a nadie.
— Oh mi amor, ten por seguro que sí. Si quieres mañana mismo nos vemos luego de que salga del instituto, pero ahora quiero que te toques pensando en mí, hazlo. —ordenó, la chica juraría que él sonreía en este instante.
Ella obviamente no se masturbaría, sólo fingiría gemidos hasta que el rubio quede satisfecho. No cabe duda que Eric es irresistible, siempre traía sus playeras con tirantes blancas o negras, a veces con chaquetas y sus pantalones azules rasgados, él es tachado como el segundo puesto de los más mujeriegos del instituto, en el primer lugar se encontraba Harry Styles, el chico que con sólo una sonrisa hacía mojar las bragas de miles de chicas, sin excepciones, ya que la castaña y su amiga no se quedaban atrás.
— Así me gusta, preciosa —espetó el rubio—, oh bebé, harás que llegue al orgasmo.
— Pues hazlo, Eric—dijo seductoramente, y así fue, Eric soltó un leve gemido en señal de que llegó al orgasmo haciendo excitar a la castaña— como extraño a tu amigo —masculló mordiéndose el labio inferior sin darse cuenta.
— Mañana todo esto será tuyo, preciosa —comentó seductor, Julia le hizo señas a la castaña de que se acercara a la cocina.
— Lo sé, bebé tengo que irme, estoy cansada. Tengo que guardar energía para lo de mañana, sueña conmigo. —dicho éso colgó.
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— Eres una perra ___, ¿cómo puedes fingir tan bien? Hasta finges gemidos, cosa que yo no logro hacer —comenta risueña mientras caminaban hacía su siguiente clase.
— Cállate July, estamos en el instituto, te pueden oír, se más discreta —reprochó.
A lo lejos, no menos de doce metros divisaron la aula 45A de Literatura, a los segundos se encontraban en frente de la puerta color verde oscuro, eran las 7:25, por suerte llegaron a tiempo. Entraron al aula y estaban todos los alumnos, solo faltaban ellas y el profesor Murs. Las dos se dirigieron a sus asientos, al ya estar allí sacaron lo que siempre utilizaban en clases, minutos después llegó el profesor.
— ¿Cuál es nuestra víctima de hoy? —le susurró la castaña mientras sonreía, aprovechando de que el profesor estaba de espaldas escribiendo en el pizarrón.
— Zayn Malik