Y al final de la historia, nunca caminaron por la arena de la playa.
Recostados, nunca se fijaron de por qué lo malo ante lo bueno falla. Y en la arena nunca dibuje esa línea que te dividía a ti de todo lo que con tu ser me callas (o callabas).
Nunca recorrieron los senderos, donde los únicos males que habían, eran los "Peros".
Nunca escalaron las montañas, dispuestos a descubrir uno del otro esas cosas "Extrañas".
Disfrutaron en un parque como niños, pero con la madurez de reconocer sus pecaminios, deleitados uno por el otro, con placer en sus sonrisas y con miradas que escapaban como el gemir de dos almas que amaron sin reconocer la Prisa.
Hoy día una parte de aquello extraña. Mientras la otra, sólo odia.
Un final se brindó a aquello que fue impropio, y sin dejar rastros de perdón fue dejando lejanía.
Una parte se halla inmersa en el temor, de los azotes que da el látigo que se hace llamar amor.
Y la otra se acobija en el olvido, donde con un Hilo con cuerpo de un Hombre y Aguja con forma de Rencor, intenta coser heridas, cuales dejo un Bisturí que vino en forma de palabras... palabras que quizá nunca se debieron pronunciar.
Mentiras, cada uno sostuvo un puñal de ellas, y en la guerra que les toco pelear uno de ellos cedió, clamando perdón, un error. Pero aquel que clamó se levanto, tirando su puñal, retirándose así de la pelea. ¿Porque seguir peleando una guerra la cuál termino incluso antes de empezar?.
Como víctimas de lo injustos que fueron mutuamente, solamente quedo olvidarse de aquello tan hermoso que alguna ves fue.
Sin un Adiós, solo con el silencio. Aquellas dos partes, comprendieron que aquel ya había sido el final.
