Capítulo 8

42 9 3
                                    

Después del trabajo fui al supermercado. Adivinad a quién me encontré. Efectiviwonder, a Erik. "Nooooo" pensé, "Hola" dije con esperanza de que no se hubiese percatado de mi presencia. Lo hizo. Tras hablarme de cosas que no me interesaban me invitó a tomar algo y, sorprendentemente, acepté. No me preguntéis por qué lo hice porque ni yo mismo sabría contestar a esa pregunta. Estaría de buen humor, supongo.

Me llevó a un bar que frecuentaba y charlamos un rato. Me comporté y no saqué el tema del tesoro. La verdad es que vi a Erik de otro modo, como más humano. Me contó acerca de su vida y dejó de lado su actitud chulesca e incordiosa. Por otra parte, los años habían mejorado su aspecto físico.

—¿Te acuerdas de Sean? - me preguntó. Sean era un muchacho que conocimos en un evento.
—Sí.
—Decían las malas lenguas que te gustaba.
—Las malas lenguas decían la verdad.
—Vaya, no sabía que te gustaban los hombres.
—Ya ves.

Creo que sabía por donde iban los tiros.

—Oye, Mike.
—¿Sí?
—¿Te gustaría venir a mi casa?

Ahí estaba, la pregunta del millón. ¿Yo manteniendo relaciones carnales con Erik, el tío al que nunca soporté?

—Vale.

Éramos jóvenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora