CAPITULO 1
MISA CELEBRATIVA
Todo este reino es tan celestial, amo estar en este lugar...
Oh lo siento, no me presente. Me llamo Caroline Perla soy una niña tierna e inocente de 8 años. Vivo aquí en el paraíso de Dios con mi madre y hermano. Nací aquí en el cielo, soy un ángel con hermosas alas color blancas. El cielo es un lugar estupendo, no hay ningún mal y vemos a la gente del mundo humano desde arriba. Suelen ser muy raros, malos y algunos son buenos.
Tengo un amigo llamado Daniel, es muy malo. Conmigo no es así, pero él se porta muy mal. Tiene 16 años, no entiendo como Dios no lo echa del cielo si es malo pero él es mi amigo, y casi siempre estamos juntos.
Ahora mismo estoy jugando con mi hermano, el se llama Christian. Es muy buen hermano, lo amo. No sé qué haría sin él. El me acuna entre sus brazos cuando no puedo dormir. El también es un ángel, hermosas alas doradas, pelo rubio y alto. Tiene 19 años, es como mi padre, se preocupa y se enoja cuando me pasa algo o hago algo malo. El no está conmigo en estos momentos. El está abajo, en la tierra, hizo algo malo y Dios lo desterró. Lo extraño, pero mi hermano hace que no sufra por ello.
—¡Ah que no me atrapas! —le chille a mi hermano riendo y corriendo en una dirección.
—¿Como estas tan segura? —Christian me puso una sonrisa picara y salió corriendo detrás mío. El era muy rápido, me tomo de la cintura y me tiro al piso— ¿A que no soy rápido? -rio.
—Bueno ya, eres rápido. No se te puede ganar. —reí y luego lo mire a los ojos— Hermano, siempre le quise hacer una pregunta a nuestro señor, pero cuando se la hice el no me dijo ni una palabra. Tal vez tu sabes, ¿puedes decirme?
—Te diré depende de lo que sea. —me tomo de la cintura y me sentó en sus rodillas— ¿Cual es la pregunta?
—¿Quién es Lucifer?
—El me miro fijamente por un momento y luego se encogió de hombros— ¿Quien te dijo su nombre?
—Daniel. Ahora dime quien es.
—Maldito sea ese chico —maldijo por debajo y me miro, tragando saliva— Lucifer es más bien conocido como "Satanás" o "El Diablo" —susurro en tono bajo—. Dios lo desterró de estas tierras hace siglos. La razón fue porque Lucifer mato a cientos de ángeles que Dios había creado... Es el dios del infierno, el dios de la maldad. Es un hombre sin sentimientos y realmente malvado. Muy malvado. Ahora, prométeme que nunca dirás su nombre. Está prohibido decir ese nombre aquí, te lo dije muy bajito. ¿Lo prometes?
—Si hermano, lo prometo. Gracias por decirme. —le sonreí— tu nunca serás como él. Tu eres bueno eres dios, eres un ángel.
—Pues sí, soy un ángel. Y no, no soy bueno. He fracasado varias veces, ni un dios. —se encogió de hombros.
—Pues para mi eres bueno, eres muy bueno conmigo y con todos. Los fracasos son fracasos que van pasando con los años, ya uno se olvida de ellos. Algunos se quedan por que fueron tan horribles que se quedan, pero lo que te llevas de esos fracasos es que nunca volverás a hacerlos. —lo abrasé— te amo hermano.
—El me siguió el abrazo y sostuvo mi cabeza con su brazo— yo también te amo, pequeña. —me dio un beso en la frente y puso mi frente con la mía— ¿Juntos? —me tendió la mano sonriéndome.
—Juntos. —sonreí y le tome la mano.
—Ya es tarde, ya casi es medianoche. —dijo poniéndose de pie— a la cama, es hora de dormir.
—¡No quiero ir a dormir! —me cruce de brazos— no tengo sueño.
—Lo tendrás y vendrás conmigo ahora. —me levanto y me cargo en sus hombros.
