- Niños... yo... no sé cómo decirles... -dijo casi sollozando.
- Tranquila, mamá todo estará bien. -dije con una "sonrisa".
- Su... padre... su padre tuvo un accidente... -dijo sollozando.
Nick y yo nos quedamos viendo mutuamente, no entendíamos lo que nos trataba de decir, entonces mi hermano dijo...
- Pero, él está bien, ¿no? -dijo con la voz temblorosa.
Lourdes nos miró un instante, nos agarró de la mano y nos dijo...
- No, él... él se ha ido. -dijo llorando.
Nick se puso a llorar junto con mi madre. Yo comprendí que ese día dejé de ser una niña, no lloré como mi madre y mi hermano, sólo trataba de estar bien, mientras ellos dos me miraban con mala gana. Durante un mes no hablé con nadie, a lo sumo sí podía comer, pero mi felicidad o al menos una parte de ella se había ido con mi padre. Mi hermano me molestaba peor que antes por no haber llorado, no lo entiendo.
7 años después...
- ¡Leila, Nick! Hora de ir a la escuela. -gritó mi madre desde la cocina.
Nick gritó que ya íbamos, pero como siempre me molesta, escondió mi mochila, haciendo que me retrase y mi madre me regañe. Finalmente la encontré y bajé por las escaleras.
- Leila, ¿por qué no puedes ser como tu hermano Nick? -dijo con un tono de orgullo hacia su hijo de 17 años.
- Disculpa por no ser tan inteligente y especial como él. -dije apuntándole con el dedo.
- Estás celosa de mí, siempre lo estuviste. -dijo con orgullo.
- ¡¿Celosa de ti?! -dije gritando irónicamente- ¡¿Celosa de que siempre hayas sido el consentido y el más inteligente cuando ambos tenemos las mismas calificaciones?! -le dije gritando.
Me fui caminando a la escuela enojada con la familia que me había tocado. Cómo me hace falta mi padre en momentos así. Por no haber llorado por la muerte de mi padre me odian, bueno, mi hermano siempre me odió, pero mi madre desde aquella vez comenzó a consentir mucho más a Nick. Por lo menos ahora voy a la escuela, pero como siempre están los típicos idiotas que me viven molestando, exceptuando a Bella, Lucy, Matt y James que son mis únicos mejores amigos.
- ¡Leila! -me gritaron mis dos mejores amigas y corrieron hacia mí.
- ¿Por qué viniste sola? -preguntó Lucy con curiosidad, siempre es así de curiosa, a veces me molesta y a veces me gusta.
- Lo de siempre, discusión con mi hermano y mi madre. -dije con toda la normalidad del mundo.
- ¡Sí, muy común y casual vivir discutiendo con tu hermano y con tu madre! -dijo Bella riéndose y Lucy y yo nos unimos a ella.
Sonó el timbre y fuimos a clase.
- Hey, Lei -siempre me dijo Lei de manera cariñosa y la verdad me agrada, ella y Bella fueron las únicas que estuvieron ahí cuando más las necesitaba, así que tienen el derecho de llamarme como quieran- me gusta cómo te vistes, siempre ese look tan oscuro que te hace parecer tan mala persona... - no la dejé terminar, terminé la frase por ella.
- Pero no soy como me veo. -dije riendo.
- Hey, Leila, estás vestida como si se hubiera muerto alguien. -dijo Santiago en broma.
- Pero si se le murió su estúpido padre. -dijo David riéndose y la estúpida de Emma también se reía.
- ¡Dejen a Leila en paz, pedazos de idiotas! -gritó Matt defendiéndome.
- ¡Sí, métanse en sus asuntos! -gritó James también.
El profesor dijo que a la próxima nos enviaría a todos a la dirección. A veces pienso que se preocupan mucho por mí, no quiero estorbarlos en lo que hacen por mi culpa. Los quiero tanto, son los únicos que me aceptan siendo como soy en realidad, a veces te das cuenta quiénes son o no tus amigos de verdad.
- ¡Hey, Lei! ¿Estás bien? -preguntó Bella pasándome la mano por delante, como para que reaccionara.
- ¿Eh? ¿Ah? ¿Qué? -pregunté confundida y todos se empezaron a reír.
- Te preguntábamos si querías ir a la heladería hoy a la tarde. -dijo Matt con un tono lento, como si no entendiera.
- No lo sé... Saben que no me gusta salir mucho. -dije un poco dudando.
- Vamos, Lei, casi nunca te diviertes, prefieres quedarte encerrada en tu cuarto haciendo no sé qué. -dijo James riéndose.
- Esta vez no, gracias. -dije con naturalidad.
Aunque me hubiera gustado ir prefiero quedarme en mi cuarto sin estorbar a nadie. Suena el timbre de salida y todos nos vamos a nuestras respectivas casas. Como me enojé con mi hermano no me había venido a buscar así que tuve que caminar. En el trayecto iba distraída y me choqué con alguien.
- Perdón, fue mi culpa. -dije nerviosa.
- No pasa nada, tranquila, discúlpame a mí. -dijo con un tono tranquilo.
- Bueno, adiós. -dije y me apresuré en irme, odio a las demás personas.
- Espera. -me toma del brazo- al menos dime tu nombre, yo me llamo Alex. -dijo confiado.
- Yo soy Leila, ahora me tengo que ir, adiós. -dije eso y me apresuré en irme.
No quiero volver a estar con un hombre jamás, no desde la última vez.
{Flashback}
- ¡Ok, nos vemos luego, Lucy! -dije de lo más alegre. En ese entonces era más alegre y vestía más colorida.
- Jhon, deberías decirle a la idiota de Leila que somos novios. -dijo Emma riéndose.
- Ya se lo diré. -dijo Jhon con naturalidad y la besó, en ese momento sentí que la felicidad que mi padre no se había llevado se fue para siempre.
Salí corriendo y le pateé en la parte baja diciéndole que habíamos terminado. Luego se cambió de escuela, era un completo idiota.
{Fin del flashback}
Desde entonces empecé a vestir de negro y a volverme menos social con las demás personas, salvo con esas personas que aún me quieren. La estúpida de Emma me vive molestando con los dos perros falderos que tiene o que la ven atractiva, cuando es una rubia teñida porque es más negra que rubia.
Llegué a mi casa y me encuentro con tres personas, mi madre, mi hermano y alguien más que no reconozco.
- ¡Oh! Hola hija, perdón por no ir a recogerte, es que vino él. -dijo mi madre fingiendo una sonrisa.
- Claro, ahora resulta que me tratas bien, ¿no? -dije sarcástica. Y ella me miró con una cara de asesina- Ahora, ¿quién es él? -pregunté sin ánimos.
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Los Cambios siempre existieron
Teen FictionLeila es una chica, que por culpa de los problemas con su familia, llegó al punto de auto lesionarse. Su madre era muy dura con ella y su hermano la trataba como una basura. Ella ya no tenía vuelta atrás, pero una persona llega y hace que todo lo qu...