Se escucha decir a los habitantes ciegos de esta región; falta el dinero, la seguridad y sobra el hambre y la enfermedad.
En este, una vez paraíso, escasean los alimentos básicos, al igual que los valores morales; uno de los mayores "regalos" recibidos por estos creyentes, la vida, es vista con aires de superioridad y desagrado, mientras que su sana codicia embiste y arrebata este don dado del superior.
En una noche normal, en el habitual ritual de recolecta, se oyen dos estruendos, dos golpes secos, dos iguales sin par; un grito de auxilio y el seguir de la vida. Los habitantes se esconden, presos del pánico evitan el peligro, sin preocuparse siquiera por sus iguales, solo por sí mismos. Al caer la arena la vida sigue, la monotoneidad de la tribu continúa sin fin, hasta que el último grano pasa el umbral...
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Tenemos "Patria"
Non-FictionEsto es algo que me vino a la mente después de pasar unos días en mi país natal, Venezuela. Después de seis años viviendo fuera he descubierto que la mentalidad de las personas de mi país ha sido degenerada y cada vez son menos humanos.