Te odio mejor amiga.

Ultimo capitulo.

Capítulo narrado.

POV Alicia.

-Entonces cuál prefieres ver, ¿Crepúsculo o Titanic?- dijo emocionada mostrándome las dos películas

-¿Me estás escuchando?-Dijo Mad mirándome con el ceño fruncido.

-Si claro, también me gusta tu blusa nueva-Murmuré mirándola. Estaba distraída, no podía dejar de pensar lo que pasó hace una hora. Los recuerdos me golpearon y entre en trance, cuando la voz de Mad me saco de mis pensamientos.

-Eso no fue lo que te pregunte Alicia- Cruzo sus brazos mirándome sería.

-Oh cierto, era lo de tu viaje ¿no?-Trate de adivinar pero por su mirada supe que no era eso.

-¿Que sucede?, te veo distraída, ¿te pasa algo?- Dijo y negué para que dejara de insistirme, no dejaba de pensar en eso, me sentía sucia.

-Okey, iré a buscar tu maleta- dijo y yo solo asentí.

Luego de unos cinco minutos sin que ella haya hecho ruido, me extrañe ya que ella era muy ruidosa. La busque abajo en la sala, ya que había dejado mi maleta ahí.

Recordé mis cartas, las tenía en la maleta, por alguna extraña razón las traje, quizá para quizá después enseñárselas después de haber hablado y me golpee mentalmente. Corrí lo más rápido que pude por las escaleras hacia la sala.

Me detuve en el final de las escaleras, Mad estaba sentada leyendo mis cartas.

Subió la cabeza mirándome a los ojos y mire sus ojos con lágrimas. Aventó las cartas en mi cara y me miró con dolor y decepción.

-Mad, yo te puedo explicar- susurre al borde las lágrimas, todo estaba lleno muy rápido, se paro y vino hacia mí para darme una fuerte cachetada.

-Eres una maldita, ¡¿cómo pudiste hacerme esto?!-Grito con rabia en su voz.

-Mad, perdóname, hoy te lo iba a decir todo- Llore y me deje caer al piso, todo dio vueltas a mi alrededor y lo único que escuché fue mi nombre.

Todo se volvió negro.

~~

Desperté en la habitación de Madison. ¿Aquello fue un sueño?

-Te deje quedarte aquí mientras te despertabas, pero ahora quiero que te vayas de mi casa- dijo Mad con una voz fría, ella estaba parada enfrente de la cama con los brazos cruzados y una mirada dolida.

No, definitivamente no fue un sueño.

-Esta bien, pero espero algún día puedas perdonarme- dije mientras me levantaba lentamente por lo débil que estaba.

-No lo creo, además tú me odias, no puedes sentirte culpable, pero dime, quién es ese tal Jefe, del que hablas en tus estupidas cartas- dijo Mad mirándome dolida y a la vez molesta.

-No te lo puedo decir, no te gustaría saberlo- dije agachando mi cabeza.

-¡Dímelo, es lo menos que puedes hacer!-Grito furiosa Mad, con lágrimas en los ojos.

-Fue tu padre, ¿Sí?-Susurre con lágrimas corriendo por mis mejillas.

-¿Qué?-Dijo en shock y se sentó en su cama luego de apartarse las lágrimas de las mejillas.

-Yo en verdad lamento todo esto, al principio te odiaba pero tenia mis razones- Trate de acercarme a ella  pero fue en vano. -no leíste todas las cartas ¿no?-murmuré mirándola.

-No quería seguir leyendo, ¿para que querías el dinero?-Se apartó de mí y eso me dolió.

-Te contaré, pero tienes que creerme- dije mientras me sentaba su lado a una distancia prudente.

-Todo empezó un sábado 5 de abril, era mi cumpleaños número 17, mis amigas y yo iríamos a una fiesta para festejarlo, mi hermana me había llevado a la fiesta, todo iba bien, cuando mi hermana se iba a ir, un carro estrelló con su auto a unos metros de la fiesta, yo lo vi todo, ya que todavía no entraba a la fiesta. Corrí hasta el accidente y te vi, tú eras la que la había estrellado, tú estabas bien, solo unos pequeños rasguños. Pero mi hermana no contó con las misma suerte. Estaba hecha un desastre, estaba inconsciente y se veía que estaba grave. Tú solo te limitaste a salir huyendo, llame a la ambulancia y se la llevaron, una vez en el hospital dijeron que estaba muy grave y que tenían que inducirla al coma de urgencia, no le dije a nadie sobre quién lo había hecho, mentí que no había visto al responsable. Y me imagino que tu padre se aseguró de que no te inculparan a ti porque nunca pudieron encontrar el dueño del auto. Me tenía que vengar, solo a mi madre le dije sobre mi venganza y estuvo de acuerdo, mi hermana solo tenía 20 años, era una buena persona, no tenía por que sufrir eso-dije sollozando, Madisson me miró, tenía lágrimas en los ojos, trato de decir algo pero continúe hablando.

-Pero mi madre entró en un severo caso de depresión y la despidieron del trabajo porque no iba por estar encerrada llorando el su cuarto. El dinero se nos acabó y ya no teníamos para comer ni para pagar el hospital, entonces yo me ofrecí a hacerme cargo de los gastos mientras mi madre se recuperaba, fue cuando conocí a tu padre, el me habló de tu situación, no tenías amigos a pesar de cómo eras y te hacían bullying, Me dijo que tenía que hacerme tu mejor amiga, para que no te sintieras sola y yo acepté, no quería al principio ya que pensaba que sufrirías cuando te enteraras, pero luego te vi, y mi odio hacia ti fue muy fuerte, por eso te hacia la vida imposible, cuando me iba a vengar me empecé a encariñar contigo y deje mi odio de lado, decidí que mi hermana no tenía remedio, ya pasaron dos años desde aquello y todavía no logra despertar, los doctores dicen que ya no hay caso tenerla así, los tratamientos no sirven de nada,así que decidí desconectarla, mi madre se opuso pero era lo mejor para que mi hermana descansará en paz-Dije mirando el suelo con lágrimas por todo mi rostro.

-Alicia, en verdad lamento todo el daño que te hice, se lo que es perder a alguien cercano, sientes que tu vida ya no tiene sentido, pero yo no supe nada después del accidente, mi padre me aseguró que la persona había sobrevivido y no había levantado cargos en mi contra, pero en verdad lamento todo, soy una horrible persona, siempre pensé en mí y nunca me detuve a pensar los problemas de los demás-dijo Mad suspirando fuertemente y con lágrimas en la cara.

-No te preocupes, entiendo, pero la que me debe perdonar eres tú-susurre mirándola.

-Perdón, se lo que sufriste pero me hiciste mucho daño y no creo que podamos volver a lo mismo de antes- dijo y se paró. Entonces lo comprendí, nunca me perdonaría.

-Entonces, no tengo nada que hacer aquí, espero que me perdones algún día- dije agarrando mi maleta y saliendo de la lujosa casa de los Johnson.

Ahora sí, a empezar una nueva vida, sin venganzas ni odios.