Do I Wanna Know? [Oneshot - EunHae]

Oneshot.

Esta historia se basa más en la realidad, no quise escribir algo común ni de fantasía. Convertí a una de mis couples favoritas en una realidad que se vive a diario, omití cosas como el dinero.
Sé que incluso puede haber comentarios negativos, pero me arriesgaré a dar este tipo de lecturas de vez en cuando.
Este oneshot fue inspirado en la canción "Do I Wanna Know?" de Artic Monkeys, no por el significado. Es especial para la historia porque un amigo muy querido suele drogarse con esta canción y pensé que sería buena idea usar el concepto.

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Pov. Hyuk

¿Cómo habíamos llegado hasta este punto nuevamente?

Su risa y la mía se combinaban mientras inhalaba LSD de su abdómen desnudo y Do I Wanna Know de Arctic Monkeys sonaba tan alto y potente que los vecinos comenzaron a tocar la puerta desesperados en plena madrugada. Pero lo único que me importaba era follarme a ese cuerpo bajo el mío que se ofrecía tan descaradamente.

-Donghae...

Fue su nombre lo último que salió de mi boca antes de penetrarlo, alzando con fuerza su culo, ocasionando que su cabeza diera contra el colchón sucio y lleno de jeringas mientras su espalda se doblaba con exageración.

Sorbí un poco mi nariz y cerré los ojos, dejándome llevar como cada día desde que conocí el maravilloso mundo de las drogas, y a Donghae.

Todo daba vueltas a mi alrededor, y el interior de Donghae solo lograba llevarme a un mundo más psicodélico en donde la música eran sus gemidos. Me acerqué a su boca y con la lengua lamí sus labios con fervor hasta llegar a su nariz y lamer el polvillo blanco que aún seguía esperando por mi.

Tomé una jeringa de tantas que había regado por la habitación y estiré la pierna de mi amante para inyectarle speed. Su cuerpo se relajó entre mis brazos y comenzó a balbucear cosas sin sentido y a reír con descontrol.

Me encantaba.

Su cuerpo extremadamente delgado hasta hacer resaltar sus costillas, su piel maltratada y pálida, los moretones y piquetes infectados que tenía por todos lados, su mirada perdida, sus pupilas dilatadas y sus labios partidos y secos, me encantaban. Me prendían y me hacían perder el control y el simple hecho de saber que solo yo podía aliviar la ansiedad que la droga producía en su cuerpo, me volvía loco hasta hacerme alucinar.

Lo embestía al ritmo de la canción que sonaba de fondo y al ritmo de los gritos frenéticos de los fastidiosos y aburridos vecinos.

Mi cabeza dio vueltas y el techo se vino abajo, aplastándome hasta hacerme nada, las carcajadas y temblores debajo mio me hicieron despertar en el espacio rodeado de una calidez inexistente.

Sonreí porque era maravilloso y mi pene ardió cuando noté que estaba enterrado en el perfecto trasero lleno de mordidas moradas. Me había corrido por quinta vez y la calidez de la sangre a mi alrededor me hizo querer hacerlo una sexta vez.

Salí de su delicioso interior y sin tener razonamiento, lamí toda la sangre combinada con mi semen que salía de su lastimado e irritado ano, escuchándolo sollozar mientras cantaba Is this it de The Strokes y jugaba con sus dedos.

No me arrepentía aún de haberlo atraído a mi infierno.

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Me revolví el cabello húmedo y me tiré en el colchón, arranqué un pedazo de tela de la cobija desgastada y la amarré alrededor de mi brazo, inyectandóme crystal mientras intentaba aguantar mis ganas de golpear la pared y besar los labios sin color de Donghae.

Me revolví en el colchón roto mordiendo la sucia jeringa con mis dientes y de un segundo a otro estaba parado en el marco de la ventana abierta, viendo la gran distancia que había entre el suelo y yo, estando en el último piso de aquel asqueroso edificio.