Saruhiko debe cumplir el patrullaje nocturno de las celdas del Septer 4 por orden de la teniente Awashima. Indiferente obedece a la orden.
Pero al fin y al cabo, la noche no todo fue tan aburrida al encontrarse con cierto chico pelirrojo, mejor cono...
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Cómo todas las tardes, el tercero al mando en el Septer 4, Fushimi Saruhiko, trabajaba en los reportes de las más recientes misiones que habían hecho los azules.
Sus dedos se movían expertos sobre el teclado de la computadora, mientras que en sus lentes se reflejaba el brillo de la pantalla frente a él.
—Fushimi-kun —la voz de la teniente hizo al azabache apartar levemente la vista de su trabajo—. Necesito que cubras el turno nocturno de Dõmyõji esta noche, él se ha reportado enfermo —informo luego de aflojar la hebilla de su cinturón y dejar su espada a un lado.
—Tsk~ —chasqueó la lengua irritado, había estado casi todo el día en una misión que su rey, Munakata Reisi, había pedido que supervisará y sin contar que aún debía terminar el papeleo de ese asunto. No dijo nada al respecto, solo concentró sus ojos de nuevo en la computadora.
—Tomaré eso como un sí —la rubia sacó del bolsillo de su traje su PDA y tecleó en él. No tardo mucho para que el PDA de Saruhiko sonara—. Te he enviado la lista de los prisioneros en la cárcel del Septer 4, incluyendo strains capturados. Tu trabajo es patrullar las celdas y que en la mañana todos y cada uno de ellos estén aquí. ¿Entendido Fushimi-kun?
—Sí, claro —musitó sin interés aún con la mirada fija en el ordenador.
—Estaré aquí a las 07:00 a.m. para revisar tu trabajo —tomó un pequeño bolso y se dirigió a la puerta pero antes vio hacia algún lugar en específico del techo y luego salió.
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Suspiró cansado al terminar su trabajo en la computadora. Tomo su PDA para ver la hora. 23:26 p.m.
Chasqueo la lengua. Debía cumplir con la orden de la teniente de cubrir el turno de vigilancia nocturno de Dõmyõji, o como él llamaba a los demás azules —con excepción de la teniente y Munakata—, subordinados incompetentes.
Notó el mensaje de Awashima que debía ser la lista de los prisioneros de la cárcel de Septer 4. Lo abrió y comenzó perezosamente a revisar el documento.
