Caliope abrió la puerta de la casa y frunció el ceño, un mensajero se encontraba ante ella sosteniendo una gran caja blanca
-¿Señorita Caliope Durtzed? –El chico la miro
-Si es ella –Amber sonrió mirando la caja
-Si –Caliope firmo donde el señalaba y cogio la caja
-¡Vamos a la habitación a verlo! –Amber saltaba de un lado al otro emocionada
-¿Es el vestido de novia? –Néstor se apoyo en la puerta del salón mirándolas
-Si, supongo –Caliope miro la tarjeta, era de Toni Suspiro y subió las escaleras con la caja entre sus manos
En cuanto estuvieron en la habitación Amber se lanzo a por la caja, desenvolvió el vestido y lo miro con la boca abierta
-Madre mía –abrió los ojos mirándolo –Debe costar una pasta
-Si, es muy bonito –Caliope lo miro con tristeza
-¿Solo bonito? –Amber frunció el ceño –Querida es precioso
-Bueno vamonos –Caliope ignoro el comentario y se dirigió a la puerta de su habitación deprisa –Tenemos que recoger a los niños e ir al aeropuerto a por tu padre
Hoy llegaba a Grecia el tío de Caliope, padre de Amber, que por supuesto no estaba dispuesto a perderse la boda de su sobrina, a la que quería como una hija.
Después de recoger a los niños y por supuesto a su tío, se fueron todos juntos a comer a una pizzería y mas tarde se pasaron por el orfanato.
-¡Tom! –Dennis se acerco al tío de Caliope y le apretó la mano –Me alegra verte
-¿Cómo iba a perderme la boda de una de mis niñas? –Tom abrazo a Caliope y a su hija con cariño –Mis dos princesas
-Papa que ya somos mayorcitas –Amber se separo sonriente
-¡Pintura! –Alejandro señalo a Esteban que venia hacia ellos con una brocha
-Hola –Esteban saludo a todos y se acerco a darle un beso -¿No deberías estar en un salón de belleza? Se supone que el día antes de la boda os ponéis histéricas
-Prefiero estar con la gente que quiero –Caliope le guiño un ojo, después señalo a su tío con una sonrisa –El es mi tío Tom, tito, este es Esteban, el hijo de mi tata ¿le recuerdas?
-El muchacho que siempre perseguía a Marcus –Tom asintió sonriendo
-Ese era yo –Esteban rió divertido –Se parece mucho a el, a su hermano
-Es cierto –Caliope sonrió con añoranza
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Pasión Griega
RomanceUna llamada, un billete de avión y una cita con un abogado. Eso era lo único que Caliope esperaba encontrar al regresar a Grecia. Siete años llevaba ya fuera de casa, ¿Por qué? Por ella, por lo que era, por quien era. Con tan solo dieciséis años...