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Disclaimer: Ninguno de los siguientes personajes me pertenecen, no estoy asociada de ninguna manera a Kagami Takaya, Furuya Daisuke, ni a nadie más.

Fandom: Owari no seraph

Pairing: Ichinose Guren / Hiiragi Shinya

Advertencias: Contenido homosexual/yaoi/BL/gay, si no te agrada, pido que te abstengas de leer o hacer comentarios ofensivos al respecto.

Originalmente publicado en 2016.
Edición: Agosto del 2019

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"Solo quería informarte: me acosté con tu fianceé"

No. No podía decirlo de esa manera. Ni siquiera podía pensarlo sin sentirse muy, muy patético.

"Es que eres patético", le dijo una voz dentro de su cabeza. Y tenía razón, ¿quién se acostaba con la prometida de su mejor amigo? Solo alguien patético. Un idiota.

Aunque en realidad no era más que un compromiso arreglado en el que ambas partes aparentemente no tenían más opción que obedecer y ni siquiera sentían algo uno por el otro. Bueno, nada aparte de una urgencia de protección mutua. Estaban juntos en eso, después de todo, pero eso era algo que Ichinose Guren no sabía. Para él, Mahiru y Shinya mantenían una relación bastante seca, incluso hostil. Sabía que serían forzados a casarse, pero no que también habían escogido no decir ni una palabra en contra, por bien de ambos.

—Hey, Guren —lo llamó Shinya. El aludido levantó la vista, dejó que sus ojos chocaran contra los de su amigo. Hoy parecían de un azul más brillante, quizá estaba muy feliz. Su cabello estaba reluciente, se veía más suave que de costumbre, de un rubio que era más como plateado.

—¿Qué quieres? —preguntó con una mueca de fastidio, el rubio no dio importancia y se sentó a su lado—. Oye, apártate —se quejó—, la banca es suficientemente grande.

—Oh, pero si he venido a hacerte compañía —Guren lo miró. Esa estúpida sonrisa que llevaba Shinya en los labios le hacía querer golpearlo.

—No necesito compañía. Mucho menos la tuya.

—Ah, eres tan cruel —rio el ojiazul. Nada le quitaba su característico buen humor, ni siquiera los negativos comentarios del pelinegro al que proclamaba su mejor amigo—. ¿Qué haces aquí?

—El parque es un espacio público, puedo estar aquí sí quiero —respondió.

—Justo frente al lugar donde trabajo, ¿no te parece normal que me pregunte si...?

—Si ¿qué? ¿Si he venido a verte? Desearías tener tanta suerte  —su voz era áspera, estaba de mal humor. Y es que no sabía cómo controlar las emociones que disparaba el haber tenido sexo con Mahiru sabiendo que era algo así como propiedad privada (no que fuera una cosa, pero no sabía cómo ponerlo) y, además, ajena... no sabía cómo decírselo. Tampoco sabía si debía hacerlo.

Llevaba sentado en esa banca una hora o un poco más, esperando justamente a que Shinya saliera a ver qué sucedía y así poder hablarle sobre eso, aunque jamás lo admitiría. Pero estuvo pensando mucho en lo que debería decir y las palabras que tenía que usar... Al final terminó con un leve dolor de cabeza, ningún plan y ahora tenía a su extraño mejor amigo a su lado.

—Eso dices, pero sé que no soportas estar apartado de mi —insistió el menor, hundiendo un dedo en el brazo de Guren, con una sonrisa que al pelinegro se le antojó muy fastidiosa. A veces verlo sonreír tanto le hacía doler las mejillas.

Si aún no es muy tarde [GureShin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora