Capítulo 1

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Una noche como cualquier otra. Tyler se encontraba en su habitación, como de costumbre. Tyler no podía dormir. De hecho no había podido dormir desde hace una tiempo. Específicamente desde su cumpleaños. Esa fecha había sido espantosa para el. Ese 3 de marzo que traumo su vida. Desde entonces ya habían pasado 2 meses.

Lo peor para Tyler fue seguir presenciando esa voz. Esa voz que extrañaba tanto. La voz de la persona que tanto amaba. La voz de ese hombre que había arruinado su cumpleaños numero diez. Su padre...

Tyler escuchaba su voz, escuchaba como le decía que era su culpa. Le decía que todo lo que le había pasado era su culpa. Le gritaba que de no ser por el no hubiera pasado lo que pasó.

-Tyler-

Estoy harto de esa voz en mi cabeza. Harto de que pase ese recuerdo por mi cabeza. Harto de ver a mi padre en mis pensamientos, en mis sueños...

_¡Asecino!_ Seguí escuchando esa voz. Escuchaba como me llamba asecino. Como si fuese mi culpa.

_¡CALLATE!_ Le grité. Escuché como se reía. Me enfurecia escucharlo reírse de mí.

_Yo debería ser el enfurecido. Mi propio hijo me mató_ Me puse a llorar mientras recordé ese día.

De la nada sentí que me elevaba de mi cama. Sentía muchas manos levantando mi cuerpo. Pero en mi habitación no se encontraba nadie. Sentía como esas manos acariciaban mi piel debajo de mi pijama.

Sentí lenguas largas saborear mi piel. Me estremeci ante ese toque. Mientras traté de soltarme de ese agarre. Sea lo que sea que me estaba agarrando me pegó en el techo de mi habitación. Podía ver toda la habitación desde allí.

Mientras estaba pegado a la pared esas manos empezaron a quitarme la camisa de mi pijama. _¡Dejenme!_ emiti un grito ahogado. Estaba forsajeando con esas cosas. No sabía que eran pero eran reales aunque no podía verlos.

De la nada quede inconsciente. Caí en una especie de trance o sueño. Podía verlo. Estaba cubierto de sangre. Tenía un arma en la mano. Justo como el día de mi cumpleaños. Se acercó para abrazarme, cedi a su abrazo. Aunque sentia rencor hacia el lo amaba y mucho.

Cuando me abrazo pude ver en su cabeza un hollo. Era muy raro, tenía mucha confusión en mi mente. Quería preguntarle tantas cosas. _¿Papá que es eso que tienes en la cabeza?_ le pregunté con nerviosismo. _¿Por que no sueltas esa arma? No me gusta verte con ella. ¿Y por que no te has limpiado la sangre?_ la tristeza invadió su rostro ensangrentado. _Siempre me has dicho que cuando tengo una herida debo limpiarla_

_..._ obtuve el silencio como respuesta. _Hijo, esta es mi condena por lo que hize. Ahora no vivo en paz, mis errores me han llevado a este lugar_. Dijo sin más remedio.

_Papá...

_¿Sí?...

_¿Por qué lo hiciste?_ Solté un largo suspiro ya que no me gustaba hablar de ello.

_Tan sólo no lo sé...

Sentí tantas ganas de gritarle y reclamarle. Sabía que había una cuasa que no me quería decir. Me había mentido descaradamente.

Me empecé a marear. Y de la nada me desmayé. Justo cuando me desperté me encontraba en mi habitación.

¿Todo había sido un sueño?

No creo, ya que no había podido dormir desde aquel entonces. Pero en ese momento me quedé sumergido en mis pensamientos y algo de sueño entró a mi sistema. No sé que más pasó lo unico que sé que después de tanto tiempo por fin había podido dormir.

***

_¡Aaa...!_ Gritó mi madre.

_¡No papá!_ Le grité al ver lo que estaba apunto de hacer.

Mi padre acababa de llegar. Estaba en un estado que nunca le había visto. El nos había dicho que no hiba a poder estar presente. Ya que tenía que estar en su trabajo hasta tarde.

Entre sollozos y lágrimas le decía a mi padre que no lo hiciera. Sin embargo mi madre estaba en estado de "shock".

Entonces sucedió lo peor. Nunca me imaginé que hiba a presenciar tl escena. Escuché ese ruido espelusnante...

_¡Nooo...!_ Grité mientras saltaba de la cama. Todo había sido un sueño. Más bien una pesadilla. Desde aquel entonces no había podido dormir... más bien no quería dormir. Cada vez que lo hacía revivía esa imagen en mi mente. Y eso no me gustaba.

Al revivir ese momento con esa pesadilla. Mi pequeño cuerpo se llenó de una terrible sensación. De una tentación más allá de tristeza era ira.

De mi cuerpo se apoderó algo que no me permitía reaccionar. Aunque ya no me importaba, ya que estaba roto por dentro.

Me dirigí fuera de mi habitación y bajé por las escaleras. Las luces estaban apagadas. Pero no me digné a encender ninguna luz. Mas por una extraña razón podía ver por donde andaba.

Me dirigí a la cocina a la cocina y cogí un utencilio de cocina. Un cuchillo para ser específico. Me dirigí hacia afuera de mi casa. El cielo estaba estrellado, con una luna llena.

Me dirigí hacia una parte del patio. En esa parte se encontraba un animalito indefenso. Se encontraba el gato de nuestros vecinos, la familia Contreras.

Esa familia era extranjera provinientes de México. Era una familia compuesta por dos personas de edad un poco mayor. Algunos 57 años diría yo que tienen ambos.

Me dirigí hacia el gato, el cual se estaba lamiendo una pata. Entonces el impulso me ganó. Levanté aquel utencilio de cocina que llavaba en mis manos. Entonces precioné equella arma blanca contra el estomago del gatito. El cual empezó a maullar descontroladamente. En un intento de hacer callar a aquel animal le volví a apuñalar. Pero esta vez en la cabeza.

Sentí toda esa fría y roja sangre recorrer mi brazo. Ese gato había sangrado bastante. Ya muerto empezé a realizar cuerta acción que alguien me decía.

Le obedecí a aquella voz. (No era la misma voz que había escuchado antes, esa voz no era para nada identica a la de mi padre. Era una voz muy macabra.) Enpezé a abrir el estomago de aquel felino. Saqué sus óeganos y empezé a meterlos a mi boca. Extrañamente empezé a efectuar esa acción.

Seguí allí afuera de mi casa. Con las manos llenas de sangre. Tenía aquel cuchillo en mi mano izquierda, mientras que en la derecha tenía el corazón del animal. Mi boca estaba llena de sangre.

De repente escuché unos pasos acercarse. Me quedé allí en aquella pose que tenía anteriormente. Mientras observaba como mi vecino salía en busca de su gatito. Lo llamaba con un simple "misu, misu".

Ví como se acercaba y ponía una cara de asombro. Su boca estaba en forma de "O", mientras que sus ojos se abrían cada vez más. Mi vecino estaba en estado de "shock". Después solo se dió la vuelta y se dirigió hasta su casa. En cuanto se dió la vuelta me reí a carcajada. Sin duda yo ya no era el mismo.

***

_¡Tyler!_ Me desperté y ví a mi madre acercarse hacía mí. Un destello de preocupación por su rostro. Al verla así me arrepentí de lo hecho anteriormente. _¡Ven acá, en este presiso momento!_ Su tono lucía molesto. No me quedó más remedio que dirigirme hacía donde estaba mi madre. Me acerqué silenciosamente hacia ella. _Vamos a dentro te tienes que limpiar. Y luego saldremos_ Dijo ella de una manera fría.

Una vez dentro mi madre me preparo la tina para darme un baño. Cuando mi cuerpo sintió el toque del agua fría se me erizó la piel, a causa de la temperatura del agua. Mi madre enpezó a limpiar toda esa sangre en mi cuerpo. Veía como el agua cristalina se tornaba de color rojo. Después de aquel baño mi madre me sacó del baño y me llevó hacia mi habitación. Y me mandó a vestirme, lo cual obedecí.

Después de vestirme bajé las escaleras a esperar a mi madre en la sala de estar. Me preguntaba a dónde iríamos tan temprano. Eran alrededor de las 8:00 AM.

_Tyler entra al auto te alcanzo_ Me dijo mi madre.

Le obedecí rápidamente y me monte en el auto. Cuando mi madre entró le pregunte a dónde hiriamos. Lo que solo me contestó a un sitio. Tuve que resignarme con esa respuesta.

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N/A: Esta es mi primera historia espero que les guste. Lo hize con mucho "Miedo".

Come Home, DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora