- Jin, te amo - dije en voz baja tomándolo de las manos recostados sobre el pasto de aquel bosque que ahora tantos recuerdos felices y a la ves amargos me traía.
- Sabes, yo también te amo más que cualquier cosa - susurro en mi oído, ya que no queríamos que nadie nos viera o escuchara o seguro nos iría mal, aunque entre besos y caricías, gemidos y respiración agitadas eso iba a ser complicado.
Aún lo recuerdo, recuerdo todo y cada ves que lo hago no me queda más que cerrar los ojos y apretar los puño para no cometer una locura.
Yo le amaba, que sería capas de cambiar por el, sería capas de enfrentar a mi familia sí el me lo pedía, odio esta parte de mi, odio mis emociones, quizá si ubiera hecho con el lo que me ordeno mi padre hace algunos años ahora no estaría sintiendo esto. Una ves más cierro los ojos con fuerza y tiro las cosas que hay sobre la mesa que está a un lado de mi cama, por la frustración de no tenerte conmigo y no poder hacer nada al respecto y en verdad odio eso. Joder ¿Por qué tuvo que pasar? ¿Por qué tuviste que terminar de está manera nuestra relación? ¿Por qué después de todas las promesas que hicimos, terminamos? ¿Acaso todo lo que me dijiste no significó nada para ti? ¿Acaso...
- Haruuu - sonó una voz notablemente molesta
todavía despistado descubrí que la fastidiosa que me llamaba era mi hermana, Dayana.
- ¿He?, ¿qué pasa? ¿es que acaso no te enseñaron a tocar la puerta? -
- En verdad que eres sínico, si al parecer ni te dabas cuenta desde hace cuanto tiempo he estado tocando - dijo algo irritada y a la ves ofendida - literalmente - la rubia frente a mi.
- Lo siento, yo estaba... - sin notarlo vuelvo a cerrar los puños con fuerza, iba a inventar una excusa pero ella se adelantó.
- ¿Estabas pensando denuevo en Jin? ¿no es así? - eso sonaba más como una afirmación. una afirmación totalmente correcta. A lo que asenti leve con la cabeza.
- Te dije que no era bueno que te relacionadas con ese chico y mucho menos creí que te enamorarías de un mortal. Nosotros no somos iguales a ellos, ellos nos temen y nosotros nos alimentamos de ellos. -
- El no era igual a los demás el no nos miraba con el mismo reproche y temor que con los demás - en verdad me molestaba que dijera eso reproche en lo que fue casi un grito y aguantando las ganas de sacarla por la fuerza de mi cuarto -
- Hay hermanito desde pequeño te gustaron las aventuras y lo normalmente imposible - hablo más comprensiva - pero no creí que tus locuras llegaran a tanto - hizo una pausa - al limite de enamorarte completamente de un.. humano.
- No sabes cuanto me duele verte así Haru, tanto que a veces me dan ganas de ir por ese chico y obligarlo a que te amé.
- No. Así no es como quiero que sean las cosas. Si el no quiere estar conmigo yo no lo voy a obligar.
-Bueno, ¿entonces como tú esclavo sexual?.
-Tampoco - dije aún más irritado, su comentario me había sonrrojado joder.
Dayana sólo me miró y sonrió en lo que parecía pícaramente- No me digas que no has deseado esos momentos así con el ¿cierto?
Valla, joder eso si me tomo por sorpresa, pero esque Dayana es pervertida cuando quiere.
- Claro que no- contesto - No soy así de pervertido.- Claro - seguía con su mirada pícara
- Dile eso a tus sueños humedos hermanito- diablos ¿por qué tuvo que decir eso? ok lo acepto, si había tenido sueños húmedos, pero no tiene que andar diciéndolo a todo el mundo, aunque solo estuviera ella y yo pero ¿y si alguien venía y escuchaba lo de mis sueños húmedos con Jin?- No estoy de humor para tus bromas - dije sacándola de mi cuarto y serrando la puerta tras ella, ya no escuché lo que renegaba pues la puerta ya estaba serrada.
Me recoste en mi cama pensando en lo de antes y era cierto, aún extrañaba a Jin.
Mire al techo hundiéndome en mis pensamientos recordé cuando lo conoci.Mi padre me había llevado a un lago sercano según el, me enseñaría a valerme por mi mismo, eso a base de matar.
mi padre me mostró como chupaba toda la sangre asta dejar sin vida a dos personas mientras los gritos salían de ellos.
A la orilla del lago habia un niño de quiza tres o cuatro años menor que yo, mi padre me ordenó matarlo, en cuanto el niño nos vio corrió al bosque, no fue difícil para mí alcanzarlo gracias a mi velocidad, me paré enfrente de el, sus ojos no demostraban más que miedo puro y su cuerpo comenzó a temblar, de un momento a otro este empezo a llorar las lágrimas salieron de sus ojos color miel, mientras me miraba me pidio que lo dejara vivir y se dejó caer de rodillas al suelo dejando que unos mechones de su pelo calleran sobre su cara , dude en matarlo ya que mi padre me esperaba al otro lado del rio pero me entró un remordimiento ya que el era sólo un niño un poco menor que yo. Poco a poco me empeze a alejar de aquel chico, entonces el levantó la cabeza mientras me observaba y de sus labios salía un suave "gracias" mientras por su rostro aún corrían lágrimas.
No podía matarlo no me sentía listo para esto, en cuanto un animal pasó mordi su cuello asta manchar de sangre mi ropa, cuando volví con mi padre este me miró y asintió satisfecho.Después yo empeze a ir más seguido al lago sólo para asegurarme de que el chico esta va vien, no se que me provocaba el para sentir la necesidad de cuidarlo y .. protegerlo
Eso fue hace cuatro años cuando yo tenía 15
Por todo un año en el me escapaba de mi casa para ir al lago y ver a aquel niño sin que aquel se diera cuenta.
Un día mientras lo abservava desde lejos vi como un grupo de chicos mayores lo golpeaban, desidi acercarme un poco más pero sin ser descubierto, dejaron al niño desangrandose ahi.
En cuanto los chicos se fueron me eserque lo suficiente y le tendí mimano para que se levantase pero cada vez era más difícil para mí estar cerca de él pues ese olor a sangre no me hacia razonar bien, el me miró pero no era con miedo, con dificultad tomo mimano para levantarse y no tarde más de un minuto para llevarlo a su casa a pesar de que el avía visto mi velocidad no me miró con miedo como todos los demás. Me dio las gracias como aquel día yo solo lo mire una ves mas, cundo lo deje en la puerta de su casa me pregunto mi nombre pero yo solo me alejé lo más rápido que pude, no podía estar más tiempo serca de él o seguro el deseo de sangre se apoderaría de mi y esta vez no podría contenerme.Y vaya que fue difícil contener mis instintos todo este tiempo.