Después de la Medianoche

2: Reencuentros y Noticias

-Dios mío, Kiara. Te reíste toda la película, ¡y eras la única que se reía!

-Ay, vamos. Los minions le sacan la carcajada a más de uno.

-Qué pena.

Íbamos bajando las escaleras del cine mientras Cecilia me regañaba por lo ocurrido en la sala.

Me reí de su comentario y después de eso caminamos por el mall, contándonos como nos habia ido el primer mes de vacaciones.

-Bueno, ¿qué ha pasado últimamente con Oliver, estimada compañera?- preguntó Cecilia, tratando de imitar un acento británico.

-Pues, estimada compañera, digamos que partí su corazón en muchos pedacitos...- dije yo imitandola a ella.

-¡¿Qué?!-

Le rompi el corazón a Oliver. La verdad es que no recuerdo muy bien cómo pasó. Solo se que el nunca me dio la oportunidad de conocerlo mejor, y solo se enfoco en "enamorarme". Eso a mi no me parecio correcto. Le dije al chico mi opinión y se enojó de la nada, como una adolescente con Síndrome Premenstrual. En respuesta, yo me enojé mas con el por no respetar mi punto de vista. Una vez leí que un chico que vale la pena es aquel que es cursi, pero no empalagoso. Y la verdad es que con todo lo que me decia Oliver, me daban ganas de darle una bofetada en el rostro.

Después de unas buenas conversaciones y carcajadas, sentí mi celular timbrar en mi bolsa. Desabroché el zipper y saqué el aparato.

Al leer el nombre que aparecía en la pantalla, la sonrisa se me fue de golpe. Apreté los labios y fruncí el ceño, no esperaba que Donovan me fuera a responder el mensaje de feliz cumpleaños que le mandé en la mañana. Intercambiamos unas frases cortas por chat y alli se quedó. Mi atención volvió a estar en Cecilia.

Antes de guardar mi celular, revisé la hora; 5:45pm exactamente. Sabía lo que nos esperaba a Cecilia y a mi.

A esta hora empezaban a llegar todos los demás: compañeros de escuela, vecinos, el grupo de niñas que se juntan en Starbucks, el chico guapo que conocimos la semana pasada frente a la tienda de mascotas, vloggeros famosos en la ciudad, etc. Practicamente, te encontrabas a todo mundo. A esta hora, en este lugar, en este dia de la semana.

Y asi fue, nos topamos a mucha gente. A algunos los saludamos de beso y a otros les sacudiamos la mano, abrazabamos a unos y a otros les dedicabamos una sonrisa.

Nos estuvimos con algunos grupos de gente, luego nos despedíamos y nos ibamos con otros. Asi fue como pasamos lo que nos quedaba de tiempo antes de nuestro "toque de queda", que era a las 9:30.

Cecilia y yo nos sentamos a solas en unas bancas cerca de una tienda de yogurts. Pasamos un rato en silencio hasta que comenzó a platicarme sobre un mal de amores que habia sufrido los últimos dias. Yo ya había escuchado del chico, pero nunca me habia dado buena espina. Me contó muchisimas cosas, y ambas lloramos. La abracé y la consolé hasta que volvió a animarse.

Sonó el celular de Cecilia, era su mamá diciéndole que había llegado por ella. Nos despedimos y le di gracias por tan buena salida que habíamos tenido. Me volví a sentar en la banca para enviarle rápidamente un texto a mi madre, diciendole que se apurara en venir por mi.

Ya me estaba alistando para levantarme, hasta que lo vi.

Era Donovan. Venía con su mamá, su papá, y su hermano mayor. Tal vez éste regresó de su viaje de intercambio para sorprender a su hermano en su cumpleaños. Sonreí al pensar en el lindo gesto. Recuerdo ese dia de Enero, cuando Donovan me dijo que su hermano se iría y que no regresaría en un largo tiempo.

No había visto a Donovan desde uno de los ultimos dias de clase. Definitivamente había cambiado. Yo lo noté mas alto, pero talvez solo fue el hecho de que yo estuviera sentada. Su cabello estaba mas largo, y no me faltaron las ganas de querer peinarlo con mis dedos... Ay, callate Kiara.

Y lo más notorio, usaba gafas. Se veía como el típico nerd misterioso y guapo. Porque vaya que se veía guapo.

Sacudí mi cabeza, como si eso espantara esos pensamientos mios.

Todo eso pasó por mi cabeza en 3 segundos. Pero 3 segundos fueron suficientes para que Donovan se diera cuenta de que lo estaba mirando fijamente.

Para disimular, le dediqué una media sonrisa y volteé a ver el suelo.