COINCIDENCIA PARA DOS ESPECTADORES
El efecto es original de Stewart James (un mago que ha encon-
trado ingeniosos principios matemáticos). Se sale un poco de los jue-
gos habituales porque se emplean unas cartas partidas en dos.
Siempre es bueno sacar elementos anormales en una actuación para
poder conseguir una mayor variedad en el programa y despertar el
interés con objetos poco usuales. Debes localizar una baraja vieja
que no te importe romper. Toma unas doce cartas y con unas tijeras
las partes por su mitad. Tendrás veinticuatro pedazos.
EFECTO: Un espectador mezcla los veinticuatro pedazos. Dos
espectadores eligen, cada uno, un pedazo de una manera muy libre.
Los pedazos elegidos se sacan y se dejan cara abajo en la mesa.
Cuando se vuelven, se puede comprobar que: ¡Han elegido las dos
partes de la misma carta! Una coincidencia total.
MÉTODO: Busca una charla que verse sobre que las cartas,
entre otras cosas, sirven para ver el grado de compatibilidad que
hay entre las personas, su sintonía mental. O bien, sobre un expe-
rimento de la capacidad telepática de dos espectadores.
Enseña los pedazos y según la charla elegida los presentas de
una manera u otra. Informa que corresponden a cartas partidas por
la mitad y cada pedazo tiene su pareja. Entrega los pedazos a un
espectador para que los mezcle, luego que corte un paquetito y que
se lo entregue a un segundo espectador (podría ser su novia o espo-
sa). Cada espectador debe contar el número de pedazos que contie-
ne su paquete y recordarlo. Será su número de la suerte.
Al terminar lo anterior, se ponen todos los pedazos juntos y se
vuelven a barajar. Te diriges al primer espectador explicando que le
vas a enseñar estas mini cartas contándolas una a una y él debe
mirar y recordar la carta que se corresponda con su número de la
suerte. Si su número es el 10, debe fijarse en la carta que le enseñes
en décima posición y recordarla. Toma el paquetito en la mano, cara
abajo, toma el primer pedazo de encima, cuenta uno, se lo enseñas
al espectador y lo dejas cara abajo sobre la mesa; toma el siguiente,
cuenta dos, lo enseñas y lo dejas cara abajo sobre el que está en la
mesa; lo mismo con el tres... y esto hasta que se terminen todos. No
es necesario alargar el juego si el espectador te hace indicaciones de
que ya se ha fijado en la carta (te lo puede decir cuando hayan pasa-
do unas cuantas, no en el momento de pensarla), en este caso depo-
sita el resto del paquete sobre el de la mesa. Ahora, para que el truco funcione debes pasar la carta supe-
rior del paquete a la última de debajo. La mejor manera de hacerlo
es tomar la carta superior y, como si fuera una pala, recoger con ella
el paquete de la mesa para dejarlo en la mano izquierda, dejando
dicha carta debajo.
El segundo espectador elige la carta de la misma manera que
el primero. Cuando la haya elegido le entregas el paquete para que
lo vuelva a mezclar.
Pide a cada espectador que extraiga su media carta y la ponga
cara abajo sobre la mesa. Recapitula lo sucedido, las mezclas, la
libertad de elección. La probabilidad de que los dos espectadores
hayan seleccionado las dos mitades complementarias de una misma
carta es bajísima, etc.
Se vuelven las dos mitades y ¡ambas coinciden!, forman la
carta completa.
El truco trabaja automáticamente para cualquier número de
cartas, puedes aumentarlo o disminuirlo. También puedes emplear
la variante de Nick Trost y utilizar cartas gigantes.