Eran las 6:45 de la mañana de...¿un martes?...no lo recuerdo muy bien. Mi mamá me acompaño a mi primer día en bachillerato. Antes de que ella se fuera me dijo que me quedara en la banca del pasillo de la entrada hasta que llegara alguna maestra (ya que la escuela estaba desierta a esa hora), pasaron las horas y las maestras empezaron a llegar y decidí que ya era hora de ir al salón.
Para ser honesta, no me entusiasmaba en absoluto la idea de empezar el bachillerato, el simple echo de que mis vacaciones fueran horribles y que mis mejores amigos se fueran a otras escuelas me deprimió a tal punto de que me quedara tan callada como una tumba y detrás de un libro.
Para acabar pronto, las semanas se me hicieron FATALES. Cada día me sentía peor que el día anterior.Hasta que llegó ese lunes que cambio mi vida para siempre.
ESTÁS LEYENDO
No soy la unica oveja negra
RomanceEsta es la historia de como un taller del colegio de Marina cambio su vida...