El mayor atractivo de Mingyu seguramente sería su altura, no importaba a donde fuera los ojos de las personas se dirigían a él, además era un chico muy atractivo, todos se lo decían, pero a pesar de ello, él no era feliz. A pesar de que no le faltaba nada de manera monetaria en el amor no era tan afortunado.
Mingyu a muy temprana edad había experimentado la peor parte del amor, el ser utilizado como un vil juguete, el cual podía ser tirado y levantado al antojo de a quien le pertenecía su corazón.
—Mingyu... — el nombrado miró a la persona de donde provenía aquella voz. —Te he llamado varias veces y no me contestas — le recriminó su amigo haciendo un puchero en sus labios
—No hagas eso JeongHan, pareces más una chica —el chico de rostro andrógino frunció el ceño mirando a su amigo.
—No es gracioso —murmuró el contrario sentándose al lado de su amigo, desde donde estaban podían observar todo el campus de la universidad sin problemas. —Por cierto... mañana vamos al cine los chicos y yo, ¿quieres venir? —Mingyu giró su rostro y negó ante la petición
—No, debo salir con Wonwoo —entonces esa mirada de lastima con la que le miraban las demás personas. —No me mires así.
—No te estoy mirando de ninguna manera —el contrario soltó un suspiro apoyándose en la banca y llevando su vista al cielo — ¿Estás libre hoy?
—Sí, hoy él tendrá una cita —el más alto llevó su vista hacia el suelo mirando como una pequeña hormiga pasaba entre sus pies, en ese instante sentía más minúsculo que aquel pequeño insecto.
—Bien, entonces nosotros tengamos una cita —dijo su amigo, levantándose de la banca, pero Mingyu apenas y se movió - ¿Mingyu?
—Soy un simple juguete... — murmuró para así levantarse tan rápido que sorprendió a su amigo, pero no se dirigió a la salida.
—Espera...
—Debo hablar con Wonwoo...
—¡Mingyu! —Jeonghan miró a su amigo perderse entre un grupo de estudiantes, impotente por no poder detenerlo y hacerlo sentir mejor.
No tuvo que andar mucho cuando pudo reconocer a Wonwoo, solo un poco más bajo que él, pero mucho más atractivo que él. No importaba lo que le dijeran los demás, no importaba que su corazón parecía a punto de explotar por ver al otro con alguien más, si solo podía permanecer un poco más junto a Wonwoo no le importaba sufrir.
Tomó el hombro de Wonwoo para girarlo, este le miró con el ceño fruncido y así zafase del agarre por completo.
— ¿Qué quieres? —Preguntó de esa manera fría cada vez que le molestaban, Mingyu conocía cada una de las caras de Wonwoo y era al único que trataba de esa manera, era al único que le mostraba aquel rostro de enojo, frialdad e indiferencia.
— ¿Podemos hablar?
—Vamos —Wonwoo se despidió de sus amigos con una sonrisa en su rostro caminando junto al más alto. —15 minutos, tengo una cita.
— ¿Te importan mis sentimientos? —Wonwoo miró fijamente al más alto y sonrió negando con la cabeza —Puedes jugar conmigo hasta que te canses —. Aunque el corazón de Mingyu se estaba rompiendo prefería eso antes de dejarlo ir. —Puedes romperme si eso es lo que quieres — aquella voz profunda y ronca se estaba rompiendo. —Porque soy tu juguete — las lágrimas amenazaban por salir pero Wonwoo apenas y había reaccionado a las palabras del contrario. —Lo haré si con eso consigo el significar algo para ti, aunque sea muy poco —Wonwoo levanto su mano para darle una suave caricia en el rostro del contrario con una sonrisa en su rostro.
—Eres mi juguete —murmuró manteniendo aquella sonrisa en su rostro, y Mingyu se estremeció sintiendo su corazón siendo oprimido con fuerza, era muy doloroso, pero prefería eso a ser ignorado.
—No necesito nada de ti, nada de amor, caricias, nada; con solo el poder estar a tu lado me es más que suficiente — las lágrimas inundaron el rostro de Mingyu provocando que Wonwoo retirara su mano y la secara contra la camisa del más alto. —Puedes usarme sin piedad, después de todo solo soy tu juguete.
—Ya es tarde, nos vemos mañana —Wonwoo se acercó a los labios del contrario dejando un suave beso sobre los seco labios del contrario antes de irse dejando atrás a un chico destrozado.
— ¿Qué se supone que eres para él? — la voz del Jeonghan lo saco de sus pensamientos, pero antes de que pudiera decir algo más el más bajo con un pañuelo secó las lágrimas del contrario — ¿Qué se supone que yo soy para ti? —Mingyu abrió amplio los ojos al ver los ojos de Jeonghan llenos de lágrimas —Es codicioso, ¿cierto?
—JeongHan...
—Solo quiero que nuestra amistad sea algo hermoso, al menos de esa manera podrías pensar en mí, porque de otra manera no significaría nada para ti.
—Amo a Wonwoo
—Lo sé, lo sé muy bien — el contrario le miró con tanta tristeza que Mingyu se sintió mal por hacer sentir mal a su amigo pero él no podía amar a nadie más, solo a Wonwoo, no importaba que Wonwoo no le amara.
—JeongHan... — . Pero a diferencia de él, Jeonghan no parecía dispuesto a rogar por un sentimiento no correspondido, parecía triste pero una ligera sonrisa se había dibujado en su rostro.
—Dime, ¿qué es lo que buscas de Wonwoo?
—Hacerle sentir algo por mí, aunque sea mínimo — respondió con seguridad ante la pregunta.
—Aunque para ti sea todo y para él tú solo seas uno de muchos —Jeonghan le miraba esperando una respuesta y el contrario asintió.
—Sí, no me importa. Le amo —Jeonghan comenzó a caminar resignado ante la respuesta dada, dejando atrás a Mingyu, dejando atrás al juguete de Wonwoo.
El más alto caminó hacia su casa, la mochila que apenas y pesaba descansando en su hombro, contando los pasos que daba, mirando de vez en cuanto los árboles. Pero sus piernas lo llevaron hacia donde normalmente se veía Wonwoo con sus conquistas.
No tardó mucho en dar con su dueño, estaba siendo acorralado contra una pared en la parte más alejada del parque, estaba siendo besado por alguien más, no oponía la mínima resistencia, de pronto los ojos de Wonwoo y los de Mingyu se encontraron, el más bajo le sonrió mientras obligaba a la otra persona a besarlo. Mingyu miró a Wonwoo llevar sus manos al pantalón de su pareja en esos momentos, sabía lo que pasaría después; aunque sus ojos en ningún momento se habían separado de los de su juguete.
Mingyu no necesitaba mirar nada más, no quería mirar más. Caminó hacia su casa necesitaba despejar su mente y llorar en tranquilidad en donde pudiera calmar su corazón, donde pudiera estar solo, solo él y su amor, hasta que su dueño fuera de nuevo por aquel juguete fiel.
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Tu juguete
FanfictionMingyu a muy temprana edad había experimentado la peor parte del amor, el ser utilizado como un vil juguete, el cual podía ser tirado y levantado al antojo de a quien le pertenecía su corazón.