Una vida injusta.

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Me llamo Andrea y tengo 16, mis padres se separaron hace unos años, y yo decidí irme a vivir con mi padre. Ahora me arrepentía, mi padre había conocido a una mujer, que no se que le veía, además de tonta era fea, pero mi padre la quería y yo tenía que aceptarlo. Ella tenía un hijo, no le conocía porque el estaba de viaje y llegaría pasado mañana, solo sabía que era un año mayor que yo y que se llama Carlos. Espero que no saliera a su madre porque si no mi vida sería una verdadera mierda. Todos los días tenía que recojer la casq, mientras la tonta novia de mi padre estaba sentada en el sofá mirando estúpidos porgramas de l corazón, bueno por lo menos se parecían. Como mi padre trabajaba y llegaba a las ocho, ella se pasaba todo el día chillando y regañandome, nose quien se creera pero desde luego nunca sería ni un cuarto de lo que es mi madre para mi.

Mi madre.. hacía mas de un año que no la veía, tampoco hablaba con ella, solo en mi cumpleaños que ella me llamaba y yo la llamaba en el suyo. De vez en cuando me mandaba ropa, regalos o dinero, pero yo no sabía donde estaba ni que había sido de su vida, creo que tenia un novio o algo de eso, creeo que es lo ultimo que me comentó cuando me llamo por mi cumpleaños.

Eran las ocho y como de costumbre en cuanto llegara mi padre la mesa tenía que estar puesta, que asco me daba la comida de esta mujer, era asquerosa como ella, asique cocinaba yo. Era fácil, porque siempre me había gustado cocinar y cuando mi padre y yo vivíamos solos cocinaba yo. Extrañaba esa vida, yo iba a clase, llegaba a casa comía, hacía los deberes, me iba a danza o a inglés según lo que me tocara, volvía a casa hacía la cena y esoeraba a mi padre. Eso si que era una vida perfecta pero claro desde que estamos con la novia de mi padre todo eso había cambiado. Me prohibió ir a danza pero mi padre le dijo que ella no decidía sobre mi, pero al final se salió con la suya. Llebaba ya cinco meses sin opracticar danza, eso era lo único que me hacía feliz y ahora, gracias a ella lo que mas me hacía feliz era salir de mi casa. Como la odiaba, y ahora estaba segura de que cuando llegara su estúpudo hijo mi vida sería peor. Además, se estaban acabando las vacaciones y mi oadre me llevaría a la playa como cada año. Pero antes de eso, tenía que dejar la casa como los chorros del oro, y claro encima la muy imbécil le decía a mi padre que no hacía nada en casa y que ella tenía que limpiar sola. Y mi padre no es que se fiara mucho de ella en ese sentido, porque el me conocía bien pero ella estaba encaprichada en joderme la vida, y claro yo ya me dí por vencida.

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