No creí que viviría una experiencia como estas, no aquí, con tantas reglas y trabajo.
-Tengo que hacer mi escrito. -digo, mientras estamos sentados. Estoy recostada sobre el hombro de Rosh, él me besa la frente una y otra vez. Estar en sus brazos, hace que me pierda de la realidad, pero a la vez, logra que me mantenga en ella.
-No quiero dejarte ir, no quiero volver a perderte, no de nuevo -dice con dolor en sus ojos.
-Pero, si no me has perdido, Rosh -digo con una sonrisa, tomando su mano.
-No sé qué pasará de ahora en adelante. Sé que va a ser diferente, traté de evitar este conflicto conmigo mismo. Pero, ahora que te tengo aquí, conmigo, sé que va a ser difícil tener que estar a la deriva. A expensas de que te hieran o te alejen, cualquiera de esas cosas me devastaría. -Dice Rosh con dolor y aflicción, como si lo peor fuera a pasar al cruzar la puerta.
Curiosamente lo comprendo. Se me hace un nudo en la garganta que ni al tragar logro que se esfume.
-Te entiendo -digo sosteniendo su mano. -Estas asustado, y créeme, yo también comienzo a estarlo, más ahora que siento que no querré separarme ni un minuto de ti.
El me mira, con una sonrisa hermosa.
-Lo mejor es que de ahora en adelante estaremos trabajando juntos. -dice Rosh.
-No voy a querer perderme ni un momento contigo. -respondo con una sonrisa, plantando un beso rápido en su boca.
Él me rodea con sus brazos, huele espléndidamente delicioso, una mezcla de aromatizante para ropa, junto con su aroma peculiar varonil.
-Debo irme, no olvides buscarme para ir con el Principal. -digo mientras estamos abrazados.
Él se aparta.
-Iremos a comer, tú y yo. No nos queremos perder de ningún momento ¿recuerdas? -suelta Rosh.
-Por supuesto. -respondo mientras me levanto y sacudo mi trasero. -Entonces, te espero para comer.
Extiendo mis brazos, ofreciéndole ayuda para levantarse. Él toma mis manos, y se levanta de un brinco.Salgo primero. Hay una que otra persona buscando entre los estantes. Al bajar las escaleras,puedo ver a Rosie sentada y escribiendo. Este lugar ya no es nada nuevo, y mis miedos ahora son distintos. Yo no tengo miedo de que me pueda pasar, ahora tengo miedo de lo que les pueda pasar a todos ellos. Según lo que dijo Rosh, me pregunto; ¿Que tendrán planeado para cada una de estas personas en esta corporación?
Mientas voy acercándome a Rosie, para sentarme con ella, Day me intercepta.
-Yos.
Volteo, mirándolo con desaprobación.
-Solo quiero disculparme por lo que pasó. -masculla.
-Solo olvidémoslo ¿quieres? -respondo, dándome vuelta para continuar.
-Espera. -toma mi brazo. Yo miro su agarre y luego dirijo mi mirada molesta hacia él.
Él me suelta de inmediato.
-Quiero compensarte con una comida. -suelta sin más ni más.
-No quiero, gracias. -digo secamente.
-Solo piénsalo -dice, levantando sus manos y cejas al mismo tiempo.
Me siento junto a Rosie.
-¿Por qué estás tan enfadada con él? -pregunta Rosie tranquilamente.
La miro.
-Lo ignoro, simplemente eso. -respondo.
-¿Es por Rosh? -pregunta nuevamente, con serenidad.
Recuerdo que a ella no le da buena espina Rosh, en este momento me siento una mala persona, de alguna manera siento que; comienzo a traicionarla.
-No, es por otra cosa. -suelto, esperando a que no pregunte nada más.
-¿Trató de besarte?
<Me lleva,en verdad que tiene mala fama> pienso.
-¿Lo hizo contigo? -pregunto.
Rosie me mira, como si hubiera hecho la pregunta más tonta.
-Querrás decir, con quién no lo hizo. El ha intentado besar a toda chica que se ponga en su camino. Solo las ilusas dejan que lo haga.-dice Rosie.
Entonces pienso ¿Qué hubiera pasado si anoche me hubiera dejado besar por él? Y enseguida sé la respuesta. Serías una ilusa más en su lista. -Tienes razón, Day es Day. -solo digo.
-Es correcto -dice ladeando la cabeza. -Day es Day.
-Lastima que él no sepa apreciar una chica tan linda como tú. -murmullo sonriendo.
Rosie me mira y sonríe.
-Él ahora no tiene ojos más que para ti. -dice. Puedo ver en sus ojos desilusión.
-¿Qué dices? -digo molesta. -A él le importas, solo que se da cuenta que eres demasiado.
-Y, tú lo eres para Rosh. -escupe Rosie, escupe como un veneno.
Me quedo callada, agachando la cabeza. Lo único que hago es abrir mi libro y comenzar a leer.
Las horas pasan y suena la alarma. Yo me levanto, tomando mis cosas. Rosie hace lo mismo y solo la veo partir. No quiero entenderla, no ahora que aún estoy por descubrir nuevas cosas. Aunque, es mi única persona cercana, no me gustaría perderla. También creo que será bueno alejarme de ella, mientras esté con Rosh.
Rosh toca mis hombros.
-Debemos darnos prisa.
-Claro, vamos. -digo, avanzando hacia la salida.
Day está en la puerta y Rosh viene haciéndome sombra.
-Entonces qué ¿me acompañarás? -pregunta Day.
Lo había olvidado, había olvidado su invitación, y ahora estaba nerviosa por lo que estaría pensando Rosh.
-Creo que fui clara Day -digo molesta y nerviosa. No gracias.
-Sí bueno, veo que ya traes invitación. -dice sarcásticamente, mirando detrás de mí.
Solo veo a Rosh de reojo, está tranquilo.
-Tenemos cosas que hacer. -suelto molesta, caminando a un lado para esquivarlo.
Rosh me toma del brazo, su mirada de despecho me lo dice todo. Day cambia la mirada hacia la dirección de Rosh.
-Vamos Rosh, no querrás hacer una escena. -dice Day.
Antes de que puedan decir más, me libero de Day y tomó la mano de Rosh.
-Solo vámonos, no perdamos más tiempo. -digo en un tono cansado.
Empieza a ser desgastante tener que lidiar con Day, o tal vez sea porque ahora estoy interesada en Rosh. Como quiera que sea, no quiero lidiar más con esto.
Rosh lo suelta, aprieta mi mano, y camina guiándome hacia la salida principal, no quiero mirar la cara de búfalo que tiene Day, así que, no volteo. En la comida no pudimos dirigirnos una palabra, los dos estamos tensos, no sabemos qué esperar.
En cuanto terminamos, caminamos de regreso a la corporación.
-Solo relájate -me aconseja Rosh.
-Trato de hacerlo, pero mientras más avanzamos, más comienza a faltarme el aire. -digo angustiada.
Él sonríe. Seguro piensa que sigo siendo una niña, una niña que ha extraviado algo.
-Solo respira, nadie te roba el aire. -dice.
-Pienso que sí, Day solo roba oxígeno aquí. -digo con una sonrisa nerviosa.
Él solo ríe negando con la cabeza.
-Se lo he dicho mil veces, pero no quiere creerme. -dice divertido.
Suelto una risa.
-¿Cómo fue que se conocieron? Digo, a pesar de que son totalmente diferentes, pues,se conocen el uno al otro. -digo.
-Es una historia larga e irrelevante. -responde Rosh.
-Entiendo.
Claro que entiendo, no quiere contármela.
Al entrar, un grupo de hombres ya nos esperan.
-Señorita Yoselin. Rosh. -se dirige a nosotros con un apretón de mano. -El Principal ya los espera, síganme.
Caminamos tras de él, nos dirigimos a un pasillo completamente solo, es una parte de la corporación que no había visto, entramos en un ascensor, pero este en vez de subir o bajar, se deslizó hacia un lado. Haciendo un largo recorrido, paramos. El hombre toca otro botón y ascendemos, la luz del sol ya no pega tan fuerte. Al salir nos encontramos con una puerta grande, el hombre ingreso una clave junto con su tarjeta y un escáner dactilar.
Le echo una mirada a Rosh. Él asiente con la cabeza dándome a entender que todo va a estar bien.
-Adelante por favor. -ofrece el hombre.
Rosh y yo caminamos, hay un montón de personas, entre ellas también hay personas en cápsulas, con pantallas de monitoreo y rodeados de luces blancas.
El Principal aparece.
-Bienvenidos, bienvenidos. -dice enorgullecido extendiendo sus brazos. -Este lugar en nuevo, al igual que tendrán en privilegio de contar con gente nueva, ya lo saben ¿no?
Ninguno de los dos respondemos.
-Bien -el principal pone sus manos tras su espalda y camina. -Aquí pondrán en práctica sus conocimientos que han adquirido tras su trabajo asignado. Les explico brevemente -continúa. -Han ocurrido diferentes anomalías, que al final termina siendo en mismo motivo. Algunos mencionan que no pueden dejar de soñar, sueñan cosas extrañas, personas que no conocen, por supuesto, hay personas que no lo dicen, pero, se puede notar en su manera de ser, en su manera de actuar, realmente no lo pueden ocultar. -miro de reojo a Rosh. -Ustedes junto con los demás nuevos, harán mejorías, harán frente hacia esta enfermedad que ataca sus mentes, engañándolos, haciéndoles creer que recuerdan algo. -trago con dificultad. -¿Están dispuestos a trabajar aquí?
Rosh y yo nos miramos y respondemos.
-Sí.
-Excelente. Sabía que ustedes eran los indicados. Yo jamás me equivoco.
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Recordando
Science FictionRecobrar la memoria jamás había sido tan peligroso, pero la verdad, es la que más dolerá. Atrapada por las dudas, Yin, despierta en un hospital sin recordar absolutamente nada de lo que era su vida y de quién era ella. De un momento a otro comienz...