Capítulo 1

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Me despierto alarmada, hace mucho calor. Me froto los ojos y me siento en la cama. Me golpeo en la cabeza con la litera, entonces recuerdo que estoy en la habitación que mi hermana y yo compartimos. ¡¡Mi hermana!!, recuerdo de pronto, me pongo de pie y estiro el cuello. Ella tose, se está ahogando. Me doy cuenta que la habitación está llena de humo, no veo mi armario, ni mi espejo, ni mi escritorio... Me pongo el brazo en la cara para evitar que el humo se me meta en los ojos.

-¡¡¡Cris, baja de la cama!!! -le grito a mi hermana. La oigo bajar por las escaleras.

-¿Qué está pasando? -me pregunta cuando llega a donde estoy.

-Creo que es un incendio, sal de la casa, iré a buscar a papá y a mamá -le ordeno.

-No, no te vayas, ven conmigo, no me dejes sola -me suplica.

Cada vez me cuesta más respirar, se me ha secado la garganta de toser. Oigo un grito. No puede ser, pienso. Salgo de la habitación y grito el nombre de mis padres. Nada, solo oigo el ruido del fuego. La casa entera está ardiendo. Vuelvo a gritar. Silencio.

-Cris, mamá y papá no responden. Por favor sal de la casa enseguida -le suplico.

-No, no quiero dejarte sola...

-Cris, no te preocupes, enseguida saldré, pero por favor, si nos quedamos aquí sin hacer nada, moriremos. Te acompaño hasta la puerta, pero entrare de nuevo.

Cris asiente, parece asustada y cansada. Bajamos las escaleras con mucho cuidado, están medio destruidas. Cris tropieza y mete el pie en un agujero, intento sacarla, pero no puedo.

-Déjame, ya saldré, ve a buscar a mamá y a papá -me dice mientras golpea la madera con el puño. Es bastante fuerte para tener nueve años, pero no podrá romper la madera sola, así que empiezo a golpear yo también.

-No, saldremos de aquí juntas -le digo mientras golpeo el suelo con fuerza. Cae un trozo de madera al suelo, parece que funciona.

-Vete a buscar a papá y a mamá, en seguida iré, ¡vete! -me grita. Y me empuja. Asiento con la cabeza y empiezo a correr escaleras arriba. Entro en la habitación de mis padres. Está ardiendo.

-Mamá, papá, dónde estáis, la casa está ardiendo -espero a una respuesta, pero el fuego es el único que me habla-. Mamá, papá- grito más fuerte. Doy media vuelta y salgo de la habitación. Noto los ojos y la cara rojos. Me gustaría llorar, pero no tengo lágrimas. Vuelvo a la escalera, donde Cris casi ha sacado el pie fuera.

-¡¡Ari, ayúdame casi estoy fuera!! -me emociono al oír a mi hermana usar el diminutivo de mi nombre, pero no me entretengo y la ayudo a sacar el pie.

-Aparta la cara -le digo poniéndome en pie de un salto. Descargo una patada con el pie derecho, no sucede nada. Respirando entrecortadamente descargo otra patada. Se caen pequeños trozos de madera. Sigo dando patadas hasta que mi hermana puede sacar el pie del agujero.

-¡¡¡Vamos!!! -le grito ayudándola a ponerse de pie. Bajamos las escaleras, esta vez sin problemas, y abro la puerta de la entrada-. Espera aquí, ahora vuelvo.

-¿A dónde vas? -me pregunta mi hermana agarrándome del brazo.

-A por un teléfono -le grito deshaciéndome de su brazo y volviendo a entrar. La casa se cae a pedazos. Me dirijo al salón, y busco el teléfono. Lo encuentro sobre la mesa, y marco el número de teléfono 911.

-Emergencias, dígame- contesta una mujer desde la otra línea.

-Hola, quiero avisar de un incendio en la calle Wedtside, mi nombre es Ariadna, creo que mis padres han muerto, y estoy fuera de la casa con mi hermana pequeña- digo sin respirar.

-Bien, enseguida tendréis ayuda, mientras, alejaros de la casa, y pedid ayuda a los vecinos -dice y cuelga el teléfono.

Salgo corriendo de la casa y veo que mi hermana está con Mikel, es vecino mío, y va a clase conmigo. Abrazo a mi hermana que está llorando, y después abrazo a Mikel.

-Gracias por venir- le digo al oído.

-He salido en cuanto he visto el fuego, ¿estáis las dos bien?- pregunta alzando el tono de voz.

-Si -responde mi hermana dejando de llorar. La abrazo de nuevo.- ¿Has llamado a los bomberos?- me pregunta secándose las lágrimas con las mangas.

-Si, tranquila, ya vienen -le respondo.

-¿Sabéis cómo ha podido comenzar el incendio? -pregunta Mikel.

-No, puede que algún enchufe haya explotado, o que nos dejáramos una luz encendida y se haya fundido... Quién sabe.

En ese momento oímos llegar a los bomberos. Viene también una ambulancia que para junto a nosotros.

-¿Eres tu Ariadna?- me pregunta un chico saliendo de la ambulancia.

-Si -respondo en voz baja.

-Hola, yo soy Álex, vengo a ayudaros. Antes has dicho que creías que tus padres... -se detiene al ver a Christy.

-Cris, entra en la ambulancia, allí te darán agua y una toalla -le digo al ver a Álex.

Cuando Christy está ya lejos, Álex sigue hablando.

-..decías que tus padres habían muerto, ¿no es así? ¿Por qué lo crees?

-Cuando estábamos dentro, fui a su habitación y grite, pero nadie me contestó, así que decidí salir afuera junto a mi hermana.

-Tu hermana tiene nueve años, ¿y tú? -me pregunta mirándome de arriba a abajo.

-Quince; tengo quince años.

-Bien, entra en la ambulancia, allí te ayudarán.

Mikel me coge de la mano para darme ánimos, y luego me la suelta, entro en la ambulancia y una chica enseguida me tiende una toalla y agua.

Los siguientes días han sido bastante impactantes, al siguiente día del incendio, recibo una carta con muy pocos detalles que dice:

-Querida Ariadna, lamentamos informarle de que su casa está totalmente destruida, sus padres no sabemos donde están, la información que hemos conseguido no nos confirma que tus padres hayan muerto, no han encontrado ningún cuerpo, ni ningún signo de que alguien haya muerto. Su hermana será trasladada a un orfanato, usted irá a vivir con algún familiar. Saludos, emergencias.

Le enseño la carta a Mikel quién me ha dejado alojarme junto a mi hermana en su casa, empiezo a llorar, él me abraza.

Alas de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora