Capítulo 13: Se derrumbó.

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Respire hondo.

   ―Cambia, Nathan ―ordene con la voz más calmada posible.

   Sentí mis ojos picar, lo cual me indicaba que los tenía llenos de lágrimas que amenazaban con salir a mares y no parar hasta me quedé sin agua. Mire hacia la ventanilla para que ninguno de los dos que llevaba adelante y a mi lado, notará mis lágrimas.

   La canción seguía sonando.

   ―¿Por qué? ―preguntó―. La canción es buena.

   Sus ojos llenos de llanto 
   Y de pastillas se llenó. 
   Era tanto lo perdido 
   Imposible resistirlo y sus ojos cerro 
   Y así se despidió... 

   Recordaba a la perfección ese día. Esa fecha, el lugar, el aroma. Hace mucho no pensaba en ella, que no lloraba por esa razón.

   Estábamos a una cuadra. Sólo unos segundos más, trataría a toda costa que no se dieran cuenta de mi estado. Sería lo peor que me pudiera pasar, no quería que me preguntaran esa estúpida pregunta «¿Estás bien?»

   Cuando nada lo estaba, cuando ella se había ido y había dejado un profundo vacío en mi corazón.

   ―¡Nathan, cambia maldición! ―le di un golpe al volante con ambas manos, ambos me miraron.

   Frene en plena calle.

   ―Bajen ―ordene.

   ―Natalia...

   ―¡Bajense a los sacó a patadas! ―grité, sin mirarlos.

   Una lágrima cayó, me la limpie con rapidez.

   Alex ya había bajado del auto. Nathan no.

   ―Por favor ―pedí.

   ―Natalia si hicimos algo que te molestará o...

   ―Nathan no hicieron nada, baja del auto por favor ―ya lloraba.

   ―No te puedo dejar en este estado.

   ―¡Sí, sí puedes! ―volví a gritar.

   ―No me iré.

   Me limpie las lágrimas con el dorso de la mano y conduci lo más rápido que pude hasta la mansión. Eludiendo las preguntas de Nathan.

   Un vago recuerdo cruzó por mi mente logrando que mi boca emitiera un sonido que por supuesto indicaba a Nathan que nada estaba bien. En ese vago recuerdo estábamos ella y yo, subiéndose a mi espalda y agarrándose como garrapata, las dos riéndonos a lo loco, yo tratando de agarrarle para que no se cayera y ella tratando de acomodarse. Fue un dia antes de que su mundo se haya derrumbado.

   Mis lágrimas empezaron a salir sin control, tomé la primera opción que se me cruzó por la cabeza, apagué el motor del auto y bajé.

   Comencé a correr.

   ―¡Natalia! ―gritó Nathan, escuché como empezaba a correr también, las lágrimas salían, lo cual me afectaba porque no podía ver muy bien. Nathan seguía llamandome, pero yo lo ignoraba, solo quería que me deje sola, que me deje llorar tranquila.

   Corría, Nathan me estaba alcanzando y yo me estaba quedando sin fuerzas. Llegué a la terraza y no pude dar muchos pasos más cuando sentí que alguien jalaba mi brazo y me envolvía en un abrazó. Lentamente fui cayendo al suelo mientras él me abrazaba y me acariciaba el cabello.

   ―Tranquila ―decia Nathan mientras me mecia en sus brazos.

   Lloraba en su hombro, sintiendo después de tanto tiempo ese vacío enorme.

   Estuvimos mucho tiempo asi, yo llorando y el tratando de calmarme.

   ―Vamos ―dijo, tratando de que me levante.

   ―Dejame ―contesté.

   Ya no lloraba, hasta las lágrimas me habían abandonado.

   ―Claro que no.

   Pasó uno de sus brazos los debajo de mis rodillas y otro por mi espalda y me levanto, con mis ánimos seguro por el núcleo de la Tierra apoyé mi cabeza en su pecho, no puse resistencia. Olía a limón, cerré los ojos y me dormí.

Nathan's P.O.V.

Dejé suavemente a Natalia en su cama y me puse de cuclillas al lado de la cama, la examine un poco, nariz estaba roja y seguro que sus ojos también, su rostro demostraba una infinita tristeza que no sabía de donde provenía y su ceño estaba un poco fruncido. Me sorprendió mucho ver a Natalia en ese estado ya que nunca la había visto de tal forma. Con mi mano aparte un mechón de su cabello que caía tapando un ojo hasta llegar a la nariz.

   Me levanté y me dirigí hacia el sillón que estaba en una de las puntas de la habitación, y me la quede mirando por unos instantes. Mis ojos se cerraban debido a que anoche no había podido dormir pensando en ella y en como sería mi vida si ella estuviera a mi lado, porque... vamos ¿Quién no ha pensado en la persona de la cuál está enamorado a media noche cuándo el sueño no llega?

   Mis ojos se cerraban lentamente y se abrían rápidamente. No quería dormirme, pero luego que mis ojos se cerrarán por última vez no pude volver a abrirlos.

   Me desperté horas después.

   Respire hondo y me removi un poco. Abrí mis ojos lentamente y bostece, miré en dirección a la cama y me encontré con una Natalia totalmente distinta a la que conocía.

   Estaba despierta, estaba sentada en la cama mirando hacia abajo, no podía ver su rostro porque a sus costados su cabello lo tapaba, no se movía. Se me encogió el corazón, no podía verla así. ¿Dónde se había ido la Natalia que conocía? Esa Natalia que de niña me hacía bromas y reía cada vez que le salían bien, esa que no se dejaba intimidar, la que habia visto con mi hermana jugar y aunque su rostro mostrará aburrimiento ella hacia todo lo posible por verla sonreír.

   Me acerqué a ella, me senté en frente y con mi pulgar y mi dedo índice levante su rostro, su estado era deplorable, sus ojos y nariz completamente rojos y una lágrimas caían por sus mejillas, su cabello revuelto y su mirada al vacío. Me miró por unos segundos, su rostro mostraba una profunda tristeza, parecía aparentar más edad de la que realmente contaba.

   ―Era mi mejor amiga ―empezó a contar con una amarga sonrisa.

   Otra lágrima rodó por su mejilla, levanté mi mano y la limpié, ella se apoyó en mi mano y por un momento cerró los ojos.

   ―Lo hacíamos todo juntas y un día... simplemente se derrumbó ―emitió un sonido lastimero y lágrimas por sus mejillas volvieron a salir como si fueran provenientes de una catarata.

   Me senté a su lado y la coloqué en mi pecho, se abrazó a mi cintura y siguió llorando.

〰◼〰

Era el momento en el que Natalia se tenía que derrumbar...

¿Qué habrá pasado con su mejor amiga?

¿Qué hará Nathan?

[EDITADO]

Miss.Muaz.

Enemigo a la vista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora