Estupido y loco amor (Editando)

Capítulo 78. Infiernos Personales.

P.O.V. Ginny Weasley.

Mi casa es un desastre, no entiendo como mis padres pueden apoyar a Ronald después de lo que nos hizo, los gemelos se han mudado arriba de su tienda para no ver a mis padres y yo comencé a trabar con ellos para no verlos la mayor parte del tiempo, incluso algunos días me quedaba a dormir en su pequeño departamento con tal de alejarme de mi casa y no tener ninguna discusión.

La única paz que tenía en estos momentos era cuando mis hermanos me hacían reír, pero cada noche, ya sea en la tienda o en mi casa, mandaba una carta en la que ponía mi corazón y mi alma, pero como cada noche esta carta jamás era respondida y una vez más mi corazón se rompía en miles de pedazos hasta quedar irreconocible, pero como una tonta una vez más tomaba pergamino, tinta y una pluma y volvía a poner los trozos de mi corazón ahí... esperando que esa vez fuera distinta mi suerte y mi corazón volviera a latir sin que sintiera ese pulsante dolor.

Mi amor.

Que te puedo decir que no allá dicho antes, te extraño y mucho, no tienes idea cuanto necesito de tus abrazos en este momento, el alma se me desmorona trozo por trozo de saber que me quieres, pero no estás aquí, las noches se vuelven eternas y los días son una tortura, no encuentro salida de este infierno y lo que más me pesa es no saber de ti y que cada noche la pase en vela esperando ver volar una lechuza con tu carta y como cada noche mi esperanza muere al amanecer, cuando comprendo que no hay carta alguna por llegar, entonces es cuando más sufro... y cuando más lloro, no comprendo que hice mal para que te alejaras de mí de ese modo tan cruel, dejándome a mi suerte y esperando que muera lentamente de dolor, pero con esta carta... te entrego mi adiós, porque me rehusó a seguir esperando noche tras noche, día tras día a que te dignes a mirar hacia mi dirección y escribas una carta profesando tu amor, así que hasta nunca, amor mío, espero no volver a llorar por alguien que como tú, que solo me uso y después me desecho, tal parece tu amor no vale más que tus palabras.

G.W.

Al escribir la carta derramo una solitaria lágrima en el pergamino, cierro la carta y se la doy a la lechuza que esta frente a mí.

Entonces veo el libro de poesía que me ha dado Hermione de regalo, al final un libro ha sido mi mejor confidente.

Volteando hacia la ventana veo como mi última esperanza se aleja en las garras de esa lechuza, y solo pido que mi carta no sea ignorada, pero sé que mi vida debe seguir pase lo que pase, aunque duela mirar al mundo de frente y más cuando este sabe que ya has caído.

P.O.V. Draco Malfoy.

Llevo días y noches enteras siendo entrenado por los mejores seguidores del maldito Voldy, hasta ahora me han torturado a base de cruciatus y alguna veces con cuchillos y espadas, también han tratado de hurgar en mi mente y me han enseñado todo tipo de magia oscura y hechizo horribles.

Pero aunque es fácil llevar a cabo esto, lo difícil es poder llevar a cabo el castigo por el fracaso de mi padre.

La primera vez que se me aplico el castigo, fui testigo de cómo interrogaban a unos muggles sobre el paradero de Potter, los pobres ni siquiera sabían quién era.

Luego vi como torturaban a una hija de muggles por tratar de estar con un sangre pura, ese día se me hizo un nudo enorme en la garganta, pues cada que la niña suplicaba por su vida, escuchaba la voz desgarrada de Hermione y para colmo de males la tortura no paro por días y hasta llegaron a violar a la chica, solo hasta que ella se suicido pudo descansar en paz.

La tercera vez, Voldy filtro imágenes a mi mente de cómo cada persona que me importaba moría a mi alrededor y no lo podía evitar, para mi buena suerte, lo detuve antes de que llegara a descubrir a quien amaba, aunque eso no evito que soñara con que no podía salvarla.