Lucy desorientada

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Encendieron una fogata dentro de la cueva y cenaron. Edmund intentó lavar un poco a Lucy con el agua de la cantimplora de Wyn, pero estaba demasiado sucia. No sabía en qué estado mental se encontraba su hermana, pero al estar descontrolada tanto tiempo, siendo una salvaje y sin pensar realmente, le costaría volver a reintroducirse en la sociedad.

Wyn parecía más callado y eso era raro en él, ya que siempre estaba sonriendo y hablando.

—¿En qué piensas?—le preguntó mientras daba un bocado.

El mago le miró concentrado.

—¿Tu y ella sois los antiguos reyes de Narnia, verdad?—le preguntó casi con insistencia.

Edmund bajó la mirada.

—Sí. Esperaba que no te enterases—susurró.

—¿Cómo no me voy a enterar si has nombrado a todos tus hermanos? No es algo difícil de discurrir, Edmund.

El chico observó con detenimiento a Wyn.

—Pareces decepcionado.

El mago intentó sonreír, pero no pudo.

—Bueno, desde que tengo uso de memoria he leído libro sobre vuestras hazañas y con el retorno de la Bruja Blanca muchos pensábamos que también volveríais. Os imaginaba más...

—¿Heroicos? Deberías ver a mi hermano Peter—se rio Edmund intentando animarle.

—Mayores—miró a Lucy—.Mírala a ella, está hecha un guiñapo. No puede comandar ejércitos así.

Como si supiese que la habían nombrado, Lucy se despertó gritando. Miró a todas partes y se apartó del fuego y de sus dos acompañantes.

—¡Lu, tranquila!—gritó Edmund mientras se acercaba. Ella parecía nerviosa—Eres Lucy Pevensie, ¿recuerdas?

—Está en estado de shock—informó Wyn.

Ella se arrodilló mientras se cogía de los pelos.

—Nadie está a salvo mientras el Veneno Blanco infecte a los narnianos—dijo con la voz ronca de no usarla—.La maldad adopta muchas formas y acabará llegando al Bosque entre Mundos.

Edmund intentó apartarle el pelo de la cara a su hermana y descubrió que estaba llorando y temblando.

—Oh Lu...

—Llegará a nuestra casa e infectará a todos—empezó a llorar—.Que ha pasado... que...

—Parece ser que su cabeza aún no se ha estabilizado, hay que mantenerla alejada de la Perla de la Vida—dijo Wyn bastante serio, luego le habló a Lucy—.Hay un arroyo aquí cerca donde puedes asearte, pero yo esperaría mañana ya que las temperaturas de estos páramos son gélidas y puede ser un baño mortal.

Lucy pestañeó un par de veces y luego se fue a acurrucarse junto a su hermano. Edmund respiró hondo e intentó que el tufo de su hermana no le llegase.

—¿Cómo sabías que era la Perla de la Vida?—le preguntó a Wyn, mientras este se colocaba para dormir.

—La reina Jadis está poniendo mucho empeño en buscarla, a la perla me refiero, y ha dado intensas descripciones para cazarecompensas como yo.

Edmund se puso tieso, ¿iba Wyndemar a entregar la perla a Jadis?

—¿Tú vas a...?

—¡No Edmund! Me sorprende que pienses así de mí. Ella no es la única que busca la perla, ¿sabes? Un grupo de rebeldes Narnianos también andan buscándola y, mi estimado amigo, están liderados por tus hermanos.

Las Crónicas de Narnia: el Veneno MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora