La ciudad subterránea, tal como su nombre lo indica es una ciudad que se encuentra debajo de la tierra, localizada en la Muralla Sina. Aquel lugar era insípido, totalmente obscuro, dentro de aquella penumbra, una pequeña joven cogió la mano de su hermano mayor, evitándole que este diese otro paso e irse. El joven mostro una sonrisa llena de melancolía, envolviendo a la pequeña entre aquellos brazos que tanta protección y seguridad le brindaban. La pequeña sollozo entre lamentos, incapaz de hacer algo para que este no se fuese.
—Onii-chan. —Murmuro la pequeña. — ¿Me prometes que regresaras por mi?
Este no evito sonreír adolorido, al saber que tal vez no pudiese cumplir aquella promesa. Cogió el rostro de la pequeña entre sus manos, pillándola sorprendida. Con delicadeza retiro los cabellos rubios que se mecían en su rostro sin razón alguna. Limpio con la yema de sus dedos las lagrimas que aun se encontraban en sus rojizas mejillas.
—Miyuki, te prometo que jamás estarás sola.
Le observo una última vez, depositando un casto beso en su frente, haciéndole saber que aquella era la despedida definitiva. Se levanto del suelo en donde se encontraba arrodillado, dejando a la pequeña Miyuki entre angustia y lagrimas. Sus otros dos compañeros le observaron con compasión, dando suaves palmadas en la espalda de su amigo como gesto de apoyo. Este les sonrió, alejándose de aquel lugar que tan malos y buenos recuerdos le traía consigo. Los dos compañeros del joven se encontraban detrás suyo, sin siquiera expresar una palabra. Se detuvo de repente, dándose la vuelta y mostrándole a sus compañeros un rostro repleto de lágrimas.
—Levi, si yo no sobrevivo, cuida de Miyuki. —Dijo con tono de voz entristecido. —Te lo suplico.
Aquel joven de cabello azabache le observo con aquella característica expresión aséptica en el.
—Yo cuidare de tu hermana menor, Furlan. —Asintió con la cabeza. —Te lo prometo.
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Imposible olvidarte. «Levi Ackerman»
FanfictionDescubrí todas tus facetas. Conté desde el más minúsculo de tus lunares que yacen en tus hombros. Bese tus labios de la forma más delicada posible. Memorice tu guiño al reír. Limpie tus lagrimas cuando estas resbalaban tu blanquecía piel. Yo jamas...