Caminar por los pasillos del colegio ya era rutina, ¿Algo interesante? No lo creía.
Su vida era simple, como la de cualquier chica de 16 años; levantarse, desayunar, prepararse, asistir a clases, estudiar, verle la cara a esos idiotas todos los días durante seis horas al día, volver a casa, estudiar, irse a dormir; la misma historia de todos los días.
Odia la rutina.
Odia el colegio.
Odia a sus compañeros.
Odia su vida.
No había nada que la sacara de la rutina, y estaba tan ensimismada en pensar en cuánto odia convivir con imbésiles que no le agradan en lo más mínimo, no se dio cuenta de cuándo fue que entró aquel chico.
Se sentó a su lado, ya que era el único asiento disponible.
Él la miró, ella también lo hizo.
Él le sonrió: - Hola, me llamo Jeon JungKook.-
Sus ojos se cerraron, provocando que sus ojos de alguna manera también sonrieran, causando en ella un sentimiento que no supo descifrar.
-Ariana Montero.- Dijo ella, antes de volver a verlo a los ojos nuevamente, antes de, inconscientemente, caer ante esa peculiar sonrisa de conejo que de cierta forma, provocó en ella algo.
Sus mejillas quemando, rojas por esa mirada, esa sonrisa y esa carita de bebé que lentamente va haciendo que asistir a la escuela no sea tan malo como ella pensó que era.
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Light Me, JungKook
Teen FictionEstoy apagada y tú sabes cómo encenderme. Tus dedos sobre mi piel desnuda se han vuelto esenciales desde que me tocaron por primera vez. Light Me, Jeon JungKook.
