Hora.

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El enfermo la había estado esperando, la había ansiado, algo que acabara con su tortuoso vivir, algo que limpiara su cuerpo y alma, que, como buen cristiano, con arduo trabajo la había conservado, poco menos que inmaculada, cuando al fin sus sentidos se lo dijeron, estaba preparado y firme, la sentía, estaba cerca, y la vió, tras sus párpados en su cama helada por la nevada y el vano intento de poder taparse con el costal de tela que había encontrado en aquel granero por la mañana, era de noche, así esperaba verla, en sueños, aunque no le temería, pues el la quería, la necesitaba, sus ojos se llenaron de terror, no el terror de su visión, terror que pedía piedad, terror que tenía una ansiedad, sudó frío y gritó atragantándose con su saliva y sangre bajo aquel techo de lámina oxídada donde el frío y la pobreza le calaban los huesos, seguido de esa tos violenta que lo había acompañado por diez años, y sintió terror, el terror del abandono, y sus ojos vidriosos representaron lo que sentía.
Había sentido miedo.
Mucho miedo, como nunca en su vida.
Un miedo que le crispó los cabellos de la nuca.
La muerte le dijo que no era su hora.

...

Hola de nuevo, ésta es la segunda historia y espero que sea de su agrado, los invito a que recomienden la historia y que me digan que les ha parecido, me ayudaría mucho.

Gracias por leerme y buenas noches.
-K

Through the dark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora