CAPITULO 7

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MIJAIL

Llevo sentado en este maldito bar no sé cuánto rato, unas cuantas horas, ha sido un día de mierda.

Por la mañana tuve que salir muy temprano a correr porque el beso que le di a Elpida no me dejo pegar ojo durante toda la noche. Esperando que estuviera aún dormida cuando regresé, me sorprendí encontrarla sentada conversado con mi madre, sé que me comporté como... como el mayor de los imbéciles, pero no conozco otra manera para que ella me desprecie y así no tener ninguna oportunidad.

La verdad es que se veía tan hermosa y molesta por mis modales; como dijo mi madre, que estaba listo para volverla a besar ¡Mierda, hombre! ¿Es que no te puedes decidir que harás con ella? ¿Quieres que te odie o te desee?

Luego de que mi madre me diera "La charla" lo pasé encerrado en mi habitación. Hoy no había quedado con nadie, así que era hora de descansar, bueno tratar de descansar porque en mi cabeza no tenía otra cosa que no fuera a ella y sus labios.

Ese beso había sido un gran error, lo sé pero no me pude aguantar las ganas y la verdad es que no me arrepiento, ha sido el mejor beso de toda mi puta vida, ella lo respondió hasta me dio la sensación de que lo anhelaba tanto como yo.

Estoy perdido en mis pensamientos cuando la puerta se abre, y es ella.

— ¿Has perdido algo? — le digo furioso por meterse en mi habitación.

—Pues creo que tú lo has hecho, y yo vengo a dártelo — me dice y se deshace de su pantalón lentamente.

Me he quedado de piedra.

—Elpida me puedes decir ¿qué estás haciendo?

Ella no responde, y sigue quitándose la ropa, se queda solo con su ropa interior la cual es de color negro todo de encaje.

Me encuentro completamente duro, y cuando ella comienza a caminar como un gato por encima de mi cama es peor. Estoy inmóvil pero me encanta lo que estoy viendo.

Se ve tan diferente, tan sexy, una completa Diosa y la tengo en mi cama.

Me separa los pies y pasa entremedio de ellos, al llegar justo por arriba de mi miembro... lo besa por encima del pantalón, un jadeo que no alcanzo callar escapa de mi boca.

Ella pasa la lengua por su labio inferior y lo muerde, sigue subiendo.

Cierro los ojos por un momento y al abrirlos ella se encuentra justo frente a mí, haciendo que su aliento caliente mis labios. Voy a agarrarle la cabeza y ella tiene amarradas mis manos a la cabecera de mi cama, trato de desatarlas pero es imposible.

¿En qué momento me amarró?

Empieza a bajarme el pantalón librando mi erección. Al dejarme completamente desnudo toma mi miembro en su mano y sujetándolo pasa su lengua lamiéndolo todo a lo largo y tomando las primeras gotas que salen de él.

¡Dios mío! No lo soportaré, no lo soportaré por más tiempo y como leyendo mi mente, se sienta a ahorcajadas y comienza a cabalgarme.

—Eres preciosa — le digo, ella no responde pero comienza a moverse cada vez más rápido haciendo que a cada instante me acerque más a mi orgasmo.

En el momento que voy a llegar a mi liberación suena un maldito teléfono, no hago caso y sigo. No quiero parar, no quiero salir de su interior.

Pero el maldito móvil sigue sonando y Elpida desaparece, y me encuentro solo en mi cama, ¡Maldición! Era solo un sueño que me ha dejado con una dolorosa erección.

TÚ, MI ESPERANZA Y MI SALVACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora