LA MASTURBACIÓN ES LUJURIA

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LA MASTURBACIÓN ESTÁ LIGADA AL PECADO DE LA LUJURIA:

Vamos a suponer que aceptamos que la lujuria sea un pecado y a partir de ello enfocamos nuestras referencias. A saber ¿qué entendemos por lujuria? según este alegato, la masturbación es pecado porque se considera lujuria. Si tomamos como cierta esta alegación, en principio, toda relación sexual es pecado pues para logar una unión saludable y satisfactoria es necesario algo de lujuria en pareja, porque eso de hacer el amor con un huequito en la sábana es de la edad media.

Dios nos dio el placer para que procreáramos con felicidad y no como una carga terrible. Pero está claro que no vamos a derrumbar tal precepto aquí sino que vamos a tratar de demostrar que no existe ninguna relación o al menos objetiva entre la lujuria como pecado y la masturbación, y si por casualidad no la encontráramos, entonces como podemos masturbarnos sin lujuria. 

La palabra lujuria no tiene contenido en la Biblia Cristiana, al buscarla algunas te refieren a la codicia. En la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras o biblia de los testigos de Jehová aparece la palabra lujuria una sola vez y dice: 2 Pedro (1:4) “…habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por la lujuria”  En su homónimo cristiano tenemos que dice:”…habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.” Lo que se entiende en esta religión por lujuria es el apetito, deseo, pasión o placer, es decir;  un correlativo con la lujuria o deseo relacionado con el placer. Parece difícil despegar la lujuria o concupiscencia de la masturbación, es como comer un perro caliente sin salchicha o una empanada de queso sin queso, porque para caernos a mentiras aquí y decir que uno puede tener sexo sin apetito sexual, es como comer sin hambre y eso es gula, el que no tiene hambre simplemente no come obligado pero y si tiene hambre, entonces ¿el apetito sigue siendo pecado? 

Primero el apetito es natural, y Dios nos creó perfectos sin nada malo en nosotros, somos su fiel imagen. 

Segundo, el deseo pudiera ser malo cuando se complica con el afán, porque Dios deseaba, Jesús deseaba, el deseo es también algo natural. 

Tercero, en cuanto a la pasión, creo que ya no sería malo, pues Cristo tuvo pasión por su entrega y el placer es algo también natural y es una recompensa divina de lo que está bien hecho, recordemos lo que acotamos de Adán y el placer para poblar la tierra. Claro, cabe la aclaración que todos estos términos son considerados naturales del hombre toda vez que este sea sano mentalmente, es decir entre los parámetros normales que no violen la esfera de paz y tranquilidad del prójimo. Porque una mente desproporcionada que desee el sadomasoquismo, el bestialismo, etc., ya estaría violentando el límite de lo natural y llevándolo hacia lo aberrante y pecaminoso.

Por lo tanto; siendo que el placer, el apetito, el deseo y la pasión no son considerados pecado en ninguna parte de la legislación divina directa de Dios y que los diez mandamientos y los reglamentos mosaicos no determinan dichos sentimientos como delitos, y por otro lado Nuestro redentor amado Jesús de Nazaret en ninguno de sus sermones atina a la prohibición de estos instintos, entonces no son pecado. Aquellas personas que etiquetamos como lujuriosas, que están constantemente pensando en el sexo y teniendo siempre sexo y utilizando a las personas por sexo, son ninfómanas o adictas al sexo que no significa que la lujuria sea mala sino que vivamos por ella y para ella. 

Así que especificado lo anterior no pudimos desligar la lujuria con la masturbación, pues siendo esta el apetito sexual mismo, es imposible dividir la causa del efecto y en este caso la masturbación es el efecto del apetito sexual natural, el problema es otro y es que la lujuria no es pecado en sí misma.

MASTURBARSE NO ES PECADO Un enfoque cristiano filosóficoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora