Keyla
Las palabras salen de mi boca como vómito verbal, aunque realmente no me arrepiento de haberle dicho a Nataniel todas las teorías que tengo sobre él, porque de otro modo, no saldré jamás de dudas.
Cuando logro concentrarme en el rostro de Nate, me percato de que este se ha ensombrecido apenas escucha que menciono la palabra ángel, seguida de una mueca que denota su evidente disgusto ante lo que le acabo de mencionar en voz alta.
—¿Qué acabas de decir, Keyla? —su voz suena insegura y confundida, aunque sus puños apretados con demasiada fuerza a los lados de sus costados me indican que está enojado. Al parecer he tocado un tema del que él no quería hablar.
—Has escuchado perfectamente lo que te dije y lo que te pregunté Nate, así que quiero una respuesta, ¡ahora!
Aunque de todos modos no necesito una respuesta en concreto, ya que su reacción me ha dado a entender que él si es un ángel, o al menos algo que esté estrechamente relacionado con ellos.
—¿Cómo...?
—¿...lo sé? —completo su oración, aunque él me mira con desconfianza, no muy seguro de lo que debe de decir.
—No iba a decir eso.
—No quieras engañarme Nate. Se lo que he visto.
—¿De verdad?
—No quieras jugar conmigo—espeto, frunciendo los labios en una evidente mueca de molestia—Quiero saber que está ocurriendo y si ese es el motivo por el que estás aquí.
Nate frunce ligeramente el ceño, haciendo que pequeños mechones negros caigan sobre su frente, lo que hace que las facciones de su rostro se enmarquen más, dándole un aspecto tierno y atractivo, suceso que me permito observar con admiración mientras veo como sus ojos de un verde oscuro resaltan sobre su piel, y aunque no lo diga en voz alta, me cuesta creer que el primer hombre que realmente me parece interesante y llamativo, no es realmente un humano.
—Como te lo dije, no es tan sencillo de explicar como tu piensas.
—¿Por qué? —insisto—Si no me lo dices jamás lo entenderé.
—Porque no quiero hablar de más, asustarte y que te alejes de mí. Entiende Keyla, necesito que te quedes conmigo.
Su confesión logra acelerar ligeramente mi corazón, aunque eso solo dura un par de segundos, ya que esa chispa es suplantada por una que está llena de confusión e incertidumbre. ¿Qué puede ser tan feo como para que según Nate me asuste y me aleje de él?, ¿Acaso hay algo mucho peor que unas simples alas de ángel que él me está ocultando?
—Nate...
—No es que no quiera decirte las cosas Keyla, es que no puedo. Necesito que confíes en mí y...
El sonido de la puerta abriéndose es lo que hace que Nate deje de hablar, para que después, en nuestro campo visual aparezca un Justin, que luce desconcertado al vernos, quizá sacando sus propias conclusiones sobre nosotros dos.
—¿Qué está ocurriendo aquí Keyla?
Automáticamente me alejo de Nate poniendo una distancia prudente entre nosotros dos, haciendo que mi hermano nos vea a ambos aún con evidente confusión.
—Justin—es lo único que logro balbucear, haciendo que éste me mire de forma extraña, luego regresa la mirada a Nate, y está vez, parece que su cabeza comprende la situación, ya que se cruza de brazos, a la espera de una explicación lógica.
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Camino a la salvación
FantasiKeyla Adams es apenas una adolescente de dieciocho años que aprende a vivir su vida diaria como cualquier otra persona. Siempre ha estado acostumbrada a vivir en un mundo de confianza y verdad con las personas que la rodean, hasta que su destino la...