58. Pillowtalk.

115 12 2
                                    

El doctor -el tipo loco que apenas ayer me había mentido sobre Zayn- llegó al lugar, comenzó a hacerles preguntas a Niall y a Harry, asegurándose de que estuviesen en perfecto estado.

Afortunadamente, lo estaban.

La mala noticia era que mi novio seguía igual.


-Doctor -lo llamé, él levantó la mirada y me observó- ¿P-puedo ir a ver a Zayn?


Él simplemente asintió y me llevó hasta la habitación, la cual no se encontraba muy lejos de allí, para mi fortuna.

Entré, y nada fue más doloroso que ver a la persona que reposaba sobre la blanquecina camilla; decenas de cables lo cubrían casi en su totalidad, según estuvo explicando Louis hace unos momentos, servían para ayudarlo a respirar, y la mayoría transportaba las vitaminas necesarias a su cuerpo. Al acercarme a él y estar lo suficientemente cerca de sus pálidos labios, tuve cuidado de no tocar ni un solo cable.

Lo miré fijamente, haciendo mi mejor esfuerzo por no dejar salir algunas lágrimas... lo hice, juro que lo hice. A simple vista, simplemente podía parecer que dormía, plácidamente, como un bebé, nadie pensaría que ese chico de tez morena se encontraba devatiendo entre la vida y... la muerte. 

Sus espesas pestañas fue lo primero que observé, luego mis ojos se posaron en sus oscuras cejas -la envidia de cualquier chica- y no pude evitar mirar su piel, que, aunque era ligeramente morena, para ese momento se encontraba increíblemente pálida. 

Parecía un angelito, un angelito que dormía sin la menor de las preocupaciones.

Levanté mi mano derecha, algo indecisa y titubeante, no quería hacerle daño alguno, pero las ganas de tocar su perfecto rostro eran incontrolables. Me arriesgué, y al minuto mi mano se encontraba acariciando su mejilla izquierda, con total y absoluta delicadeza. El simple contacto de mi piel con la suya, hizo que un par de lágrimas salieran de mis ojos.

Lo extrañaba, más de lo que podría soportar y mucho más de lo que creía aguantar. Aunque estuviera vivo, el hecho de que no supiera cuándo iba a despertar, hacia que mi corazón se rompiera en miles de pedacitos, poco a poco... o al menos así se sentía.


-¿Que loco, no crees? Se suponía que en estos momentos deberíamos estar a orilla de playa, quizás riendo, quizás conversando, o tal vez besándonos... me gusta pensar que sería lo último -confesé, riendo un poco. Como esperaba, no recibí respuesta alguna- Estás vivo, y de verdad agradezco a Dios por eso, pero, estás sufriendo, Zayn... al no poder moverte por ti mismo, o siquiera despertar... pareciera que no estás aquí, que solo eres una sombra o incluso una lápida. Una parte de mí siente y dice que está hablando al vacío, pero la otra, dice que me estás escuchando, quiero hacerle caso, pero, ¿cómo? -suspiré, con cuidado acerqué mi boca a su rostro, la distancia era cada vez más escasa. Un solo roce de mis labios contra su fría mejilla fue suficiente para romper en llanto- Te amo, Zayn Malik, te amo como no tienes una idea, te amo como para besarte día tras día, como para pasar horas charlando contigo y noches intentando consolarte. Te amo, enojado y feliz, delgado y gordo, bonito o feo... te amo por tu maravillosa alma, por tu espléndida sonrisa, por la manera en que haces que me sienta cuando estoy a tu lado, te amo en todas tus presentaciones y condiciones, te amo para todo el tiempo y sin estaciones. -en ese momento, simplemente me encontraba susurrando contra sus labios.

Ni siquiera se inmutó ante mis palabras.


-Despierta, Verónica, despierta... tú tienes que despertar, no puedes irte así, ¡tenemos sueños que cumplir! -vociferé poco, víctima de la desesperación- ¿Lo olvidaste? Aún tenemos que casarnos, tener una niña y un niño, viajar por todo el mundo... ya me contaste tus más íntimos sueños, ¡ahora nos tocsa cumplirlos, juntos! -suspiré, sollozando bajito- Gracias, gracias por enseñarme a perdonar, gracias por enseñarme a sonreir con sinceridad y amar... gracias por ser la casualidad más bonita que a mi vida pudo llegar.

Enamorando a Verónica → zaynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora