Capítulo 1

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¿Te ha pasado alguna vez de tener la sensación de tocar fondo, y sin embargo seguir cayendo? ¿Sabes esa sensación cuando lo único que quieres es huir de todo, para poder olvidarte de ciertos momentos? Eso es lo que siento cada vez que me despierto, que ahora mismo estoy atrapada, y no podré escaparme, o simplemente empezar a ser una persona nueva, en donde no me critiquen en el instituto, o que no me ignoren como si fuese invisible.

Me pasó los días en mi habitación, sin salir, con un libro, y con mi soledad, voy a clase porque mis padres me obligan, porque por mí me quedaría en casa leyendo todo el día.

La única compañía que admito en mi vida es Alicia, mi mejor amiga desde la infancia, paso mucho tiempo con ella, y más ahora que ya se han acabado los exámenes, puesto que si hay exámenes ella no sale de su casa, por lo que yo tampoco salgo de la mía.

Vivo un poco apartada de la sociedad, dependo de mi madre para que me lleve a los sitios, ya que mi padre está siempre de viaje. Llevo ya 4 meses sin verlo, y lo echo mucho de menos.

Mi madre está encantada de llevarme de un sitio para otro, le encantan nuestros momentos en el coche, cantando y hablando sin parar.

Esta mañana, cuando estábamos en el coche, sonó mi canción favorita, y me puse a cantar a todo volumen, estaba bailando y cantando como si no existiera un mañana, y cuando noté que alguien me estaba mirando, mire por la ventana, y lo vi, era él, y me estaba mirando, no sé por qué, ni cómo ni desde cuándo, pero en efecto, me estaba mirando.

Me sentí estúpida cuando me sonroje, le seguí con la mirada, como él a mí, hasta que lo deje de ver, estaba feliz, me había mirado, él justamente.

Me viré para seguir hablando con mi madre, y me di cuenta de que en la radio ya no sonaba mi canción.

Llegué al colegio, me derrumbé al sentir que me tocaba aguantar ir al colegio todavía dos meses más, pero no podía dejar de ir, al menos eso decía mi madre.

Llegué y fui directa a la taquilla, al terminar, vi que Alicia estaba esperándome, le conté que vi a James mirándome cuando iba en el coche, y como una tonta se puso a saltar de alegría, haciendo llamar la atención, cosa que odio, pero igualmente no podía dejar de quererla.

Odiaba las clases, y a los profesores. Conté los segundos hasta que por fin sonó la sirena, y pude irme.

Fui corriendo a buscar a Alicia, ya que no estábamos en la misma clase, y no sé porque, pero me lancé a sus brazos, necesitaba un poco de amor en mi vida.

- ¡Yo también me alegro de verte! -río, y reí con ella- ¿Hoy comemos en tu casa no?

-Sii -le grité a mi mejor amiga mientras daba saltos de alegría - Pero mi madre nos recoge por la parte de arriba, dice que está harta de coger la cola, y que somos jóvenes para caminar. - Alicia se rio aún más y aún más fuerte.

Shh- me dijo Alicia, mirando hacia el pasillo- ¡No mires!

¿Qué pasa? - Le dije curiosa- ¿acabas de ver al hombre de tu vida, 0 simplemente me estás tomando el pelo? - me fui a girar, pero ella me agarro del hombro y me lo impidió.

James está ahí, mirándote - me susurró tan bajito que me costó oírla.

Pensé por un momento que me estaba mintiendo, por lo que me viré y lo vi, Alicia no mentía, me estaba mirando.

En ese momento me arrepentí de haberme girado a mirarle, puesto que él había esquivado mi mirada.

Después de comer subimos a mi habitación y como siempre pusimos la música, para que mi madre no pudiera escuchar nuestra conversación, a veces podía ser muy cotilla.

No me puedo creer que fuera él quien me estaba mirando, después de tanto tiempo pasando de mí, ¡me estaba mirando! - Alicia me vio la cara de enamorada, y se rio.

-Sí, Marina, te estaba mirando, pero intenta no ilusionarte por favor, llevas mucho tiempo detrás de él, y te ha hecho ya mucho daño, no dejes que te vuelva a romper el corazón...- me dijo Alicia con cara de preocupación.

Alicia tenía toda la razón, James me había utilizado en años anteriores para olvidarse de otra tía, y yo sufrí mucho, pero siento que no puedo resistirme, lleva todo el curso sin hablarme ni mirarme, y hoy lo vi, dos veces.

No quería que fuera así, pero me estaba ilusionando, porque de verdad quería estar con él.


Y de repente , ocurrió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora