Capítulo 2

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    James
Estaba esperando en la parada del autobús, cuando la vi , parecía tan feliz, cantando y bailando mientras su madre reía , me dio envidia , ojalá a mí me llevasen al colegio , pero eso no era posible.

De repente, no sé cómo, ella se dio cuenta de que le estaba mirando, y me miro, le vi sonrojarse, no podía estar más bonita, no le quite el ojo de encima hasta que su coche desapareció, junto con mi autobús, no me lo podía creer, había perdido la autobús otra vez, y ¡la mierda de autobús solo salía cada media hora!

Me enfadé mucho, puesto que iba a llegar tarde otra vez a clase, y eso significaba que ya no podía entrar al examen de física.Pues nada, ya tengo física suspendida...

Comencé mi día con mal pie, y no fue mejorando.

Después de que me pillara mirándola en la parada de autobus, me pilló también mirándola en el pasillo, no podía parar de mirarla, hasta que se dio cuenta, no sé cómo lleva todo el curso sin darse cuenta de que no paro de mirarla...no encontraba fuerzas para decirle lo que sentía, al menos todavía no.

Cuando llegue a casa, mi hermano no estaba, seguramente estaría con sus amigos por ahí. Como estaba cansado, me fui a mi habitación y me puse a dormir. Se me olvido poner el despertador, y para mejorar el día, cuando me desperté ya eran las 6 de la tarde, así que me di cuenta de que no iba a poder ir al entreno, decidí seguir durmiendo, ya que así nada podría ir a peor.

Llegó mi hermano a casa, y cómo no, me abrió la puerta después de gritarme que porqué seguía aquí que en vez de estar entrenando.

Le mire, y le dije: -¿No ves que estoy durmiendo? Podrías cerrar la puerta y largarte de aquí, no estoy de humor. - Como no le veía intención de moverse, le grité- ¡Fuera de mi habitación ya! ¡O te vas tú o te saco yo a patadas!

El muy tonto me respondió- No tienes fuerzas como para sacarme, ¿te has visto la cara de sobado que tienes? Si quieres te saco una foto para así...

Le interrumpí levantándome de la cama y acercándome con movimientos de superioridad - ¡Qué te largues! - y como no, se fue pitando, por fin un poco de paz, pero ya no tenía sueño, me cago en mi hermano Bryan, no tiene otra afición que la de tocarme los huevos.

Ya que se me ha quitado el sueño, voy a estudiar un poco, no me vendrá mal aprobar algún que otro examen.

Intenté ponerme a estudiar, pero no sé cómo, acabe de nuevo durmiendo en mi cama.

A la mañana siguiente no me hizo falta que sonara el despertador, llevaba despierto desde las 5 de la mañana.

No podía parar de pensar en ella, sé que la había tratado mal hace unos años, recuerdo que la utilice para olvidar a otra chica, o al menos eso le dije cuando necesité estar solo.

Ya eran las 7 y media, así que fui a despertar a mi hermano, porque si no íbamos a llegar tarde al colegio, y no podía permitirme volver a llegar tarde hoy.

Mi hermano me miró con cara de enfadado y dijo: ¡¡James!! ¡¡ Estoy malo, hoy no voy a clase!! ¿No te acuerdas que ayer tampoco fui? Pedazo memoria de pez tienes...

Perdón Bryan, no me acordaba - Le dije - sigue durmiendo, y que te mejores.
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Marina

Me desperté muy cansada, sin ganas de ir al colegio, aunque eso no era raro en mí.

Mi madre vino y me obligó a levantarme. Me dio un beso en la frente y me dijo: - Sonríe bella flor, porque tengo el presentimiento de que hoy va a ser un gran día.

-Para ti será, porque yo lo único que presiento es que me voy a dormir en clase- le respondí.

Mi madre hizo como si no me hubiese escuchado, y a los veinte minutos ya estaba esperándome en el coche.

Me pase todo el camino hacia el colegio mirando por la ventanilla a ver si volvía  a ver a James, pero no estaba...

Fue un día muy normal, me dormí en casi todas las clases porque no podía con mi vida, y luego fui a comer a mi casa.

Me lastimó no haber visto hoy a James, seguramente lo de ayer solamente fueron imaginaciones mías, no creo que se acuerde de mí...

Me deprimí, no podía soportar la mirada que veía reflejada, de alguien a quien no conocía, de alguien que me parecía horrible y una cobarde. No soportaba mirarme en el espejo, así que subí corriendo a mi habitación. Necesitaba estar a solas.

Mi madre entró en mi habitación y empezó a gritarme:
- ¡¡Tengo una sorpresa!! ¡¡Tengo una sorpresaa!!

Le mire con cara de, "no tengo ganas", pero siguió insistiendo, así que la seguí escaleras abajo.Bajamos al salón, y cuál fue mi sorpresa al ver a mi padre ahí, había vuelto, por fin.

Corrí a darle un abrazo, salte a sus brazos, él me cogió en brazos y me dijo:
- Te he echado de menos pequeña.

Se me salieron las lágrimas de la emoción, le mire, y se me fue toda la tristeza que había sentido. Mi padre me  seco las lágrimas con dulzura, me volvió a abrazar y me susurró - ¿sabes que eres lo mejor que tengo? - Sonreí, le abrace más fuerte y le dije:
-Por favor papá, no vuelvas a irte, no soporto estar tanto tiempo sin verte.

Me encantó la sorpresa que me había preparado mi madre, me encantó ver a mi padre después de tanto tiempo, la verdad es que le había echado mucho de menos. No quería volver a echarlo de menos, no quería que se volviese a ir, nunca.

Y de repente , ocurrió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora