No entiendo cómo pueden haber chicos tan idiotas, es decir cómo pueden hacerle daño a alguien que los quiere. Se comportan como unos niños, okey! Yo tengo 17, al igual que ellos pero no significa que me tenga que comportar como una pendeja.
Es por eso que nadie de esa edad me llama la atención.- África, 1 año después de hoy.
...
Primer día de clases.
Nuevo colegio, nuevos amigos, nuevos profesores, nuevos amores, uyy! ¿Acaso habrá alguien que se enamore de mi? Estoy tan nerviosa. Pero eso no es lo mejor, al fin me quité de encima a esas monjas de mi antiguo colegio. Y es que se creen las muy correctitas pero al fin y al cabo son todas unas pecadoras como todos en este mundo. No digo que todas las monjas sean así, pero ellas en especial, lo son. Dejando de lado mi odio hacía las monjas... pues hoy mi mamá me lleva a la escuela en coche.
¿Estás nerviosa, Natalia?- dijo mi mamá, mirándome por el retrovisor.
Umm, bueno imagínate pasar de un colegio de mujeres a uno mixto. Para nada nerviosa eh, madre. -respondí sarcásticamente.
Bueno, deberías calmarte que ya llegamos. - dijo estacionándose cerca a la puerta de colegio.-Pórtate bien, y no te ganes problemas respondiéndole mal a los profesores.
Bajé del auto.
Solo serán 8 horas, estaré bien- respondí casi gritando, sacando mi skate del maletero.
Y ten cuidado cuando regreses a casa con ese skate, ¡aún no entiendo como permití que tu padre te comprara eso!- me dijo quedándose.
Rodee los ojos y proseguí mi camino pero de espaldas, agitando la mano hacía mi madre, despidiéndome. Cuando de pronto una chica se metió en mi camino y me hizo caer.
¡O sea qué te pasa! Ten cuidado por dónde vas, niña- me dijo irritante.
Pensé que las brujas salían solo en Halloween. - respondí levantándome. Lo sé, muy infantil, pero mis insultos no llegaban a tanto.
Me parece que te confundiste de puerta, tú entras por allá- dijo señalando una puerta gigante con demasiadas decoraciones. Decía con letras grandes de colores "Bienvenidos a la villa encantada". Era obvio que por ahí entraban los de primaria.
Me limité a sacar el dedo medio, y solo me fui con mi mochila rosa y skate.
Cuando entré habían muchos alumnos, el colegio era bonito. Tenía piscina, un parque súper grande, un escenario dónde parecía que se hacían los eventos del colegio, juegos y ¡un caballo! Dios, nunca imaginé encontrarme un caballo en mi colegio.
¿Eres nueva, verdad?- dijo una voz masculina a mis espaldas. De pronto, volteé y me encontré con un chico alto, con ojos claros y cabello desordenado. No era muy simpático.
Sin haberme dado cuenta me había quedado un tiempo mirándolo, examinándolo y no respondía.
Perdona, me llamo Mateo- dijo de repente, estrechando su mano. Al parecer se había dado cuenta que lo estaba examinando, da igual, no me gusta.
Me llamo, Natalia pero prefiero que me llamen por mi primer nombre, África.-
Qué extraño nombre, pero me gusta.- dijo él sonriendo.
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África
Teen FictionSoy África, sí, como el tercer continente más extenso del mundo. Mis papás me aman y están estables mentalmente (por si las dudas). Les diré algo simple: todo en la vida de una chica es normal, hasta que empiezas la secundaria, amores, desamores, se...