Mi Trabajo Es Ser Tu Novio (Adaptada) Malec

Capitulo 17

-Alec... yo – me interrumpió
-No puedo creer que esto me este pasando. – Dijo llevándose las manos a la cabeza – Soy un verdadero idiota, ni siquiera puedo reconocer a mi novio.
En ese momento recordé lo que me dijo James hace tiempo: "Has cambiado mucho, Jace, Y Alec es un idiota al no notarlo"
- Alec, en verdad tengo una muy buena explicación para todo esto.
- ¿Sabes que es lo peor de todo? – Esperó mi respuesta, por lo que yo negué con la cabeza – Lo peor, es que yo me enamore de ti. – dijo cabizbajo
- ¿De verdad? – una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro, la cual se borro inmediatamente después de ver una lágrima que se había escapado por la mejilla de Alec – Lo siento.
No dijo nada, solo se puso de pie, y se fue a su habitación.
Yo lo seguí pero no fui lo suficientemente rápido como para evitar que me cerrara la puerta en la cara.
- Alec, déjame pasar, por favor. – Rogué, pero luego recordé el agujero en la pared que de mi habitación que daba a la de Alec – Que idiota soy.
Entré a mi habitación, y me pasé a la de él.
- No contaba con eso, sabía que se me había pasado algo. – dijo con una sonrisa triste.- O tal vez quería que entraras. - Admitió. Estaba sentado en la cama, con las manos entrelazadas, y la mirada gacha.
Yo me senté en el suelo. Frente a él, e intenté mirarlo a los ojos.
- Alec, debes escucharme, en verdad, tenía que hacer todo esto – El levantó la cabeza, y me hizo un signo para que me sentara junto a él, a lo que yo obedecí.
- Te lo diré todo. Mi verdadero nombre es Magnus Bane, y trabajo, o más bien, trabajaba para una importante agencia de espionaje privado, yo era uno de los mejores agentes, y me asignaron para una misión especial: Proteger la vida de Alec Lightwood. – lo miré a los ojos, y vi como sonrió, una amarga y a la vez tierna sonrisa.
- Cuando llegaste – Ahora fue él quien hablo – Noté un cambio pero me quedé callado, diciéndome a mi mismo: "Alec, el en verdad es Jace". Y una gran parte de mi creyó eso, porque era lo que creía creer. Yo deseaba hace mucho que Jace cambiara, y contigo, de la noche a la mañana, mi deseo se cumplió, pero no de la forma que pensaba.
- Esto no es lo que hubieras deseado – dije.
- Te equivocas – me corrigió – Esto no es lo que hubiera imaginado. Pero es mejor de lo que hubiera deseado- sentí como se ruborizaba.
- Alec, yo se que fue un error haber hecho lo que hice, nunca debimos haber jugado con tus sentimientos de esta manera. Pero realmente necesitábamos protegerte de alguna manera, estabas en un grave peligro.
- ¿Cuál peligro? – Dijo en un tono burlón – Con un par de guardaespaldas estaría todo solucionado.
- ¡¿Qué acaso no te has dado cuenta?! ¡Piensa, en los hechos, te secuestraron Alec, y estuvieron a punto de asesinarte! ¡Has estado a tal punto de peligro que ningún agente o guardaespaldas arriesgaría su vida para rescatarte! – grité.
- Pero tú lo hiciste. – Me dijo – Tú... estuviste a punto de morir. En mas de una ocasión.
- ¿Lo recuerdas todo? – pregunté sorprendido.
- Cuando estaba bajo el agua, se podría decir que vi mi vida pasar en unos segundos, y me di cuenta de que realmente, ese extraño sueño que había tenido, no era un sueño. Tú recibiste la bala en mi lugar.
- Creo que la máquina borra memoria de Dylan no dio resultado – susurré.
- Dime – insistió Alec - ¿Porqué lo hiciste? Y no me digas que por trabajo.
- ¿En verdad quieres saber? – pregunté.
- Claro – sonrió.
- Es irónico, la respuesta que quieres escuchar es la que me separará de ti. Hace poco perdí mi trabajo, por discutir con mi jefe, y mi mejor amigo desde pequeña. Yo le dije que te había perdido en el puerto, y el me ordenó descansar, diciéndome que enviaría personal de la agencia a salvarte. Pero yo no quise, algo me impedía descansar sabiendo que tu estabas en problemas, y en verdad, cuando le dije a Dylan que estaba enamorado de ti, provocó un pleito enorme, tuve que escapar de la agencia corriendo a buscarte, y cuando te vi, indefenso, bajo el agua, supe que realmente nunca querría separarme de ti.
- Jace... yo – lo interrumpí.
- No Alec, ya nunca mas seré Jace, yo soy Magnus, y ahora que sabes todo, solo sabe Dios que pasará con nosotros. – Dije, y no pude contener mi llanto en ese momento
- Pero aún queda descubrir a la secuestradora ¿no? – Dijo dándome un abrazo - Eso es algo que podemos hacer juntos.
- No podremos estar es contra de la agencia, tiene trabajadores por todo el mundo – sollocé.
- No estaremos en contra de la agencia, fundaremos nuestra propia corporación de espías – sonrió. – Magnus y Alec, solo nosotros dos. – No pude evitar sonreír al oír sus palabras. El era chico más dulce que podría imaginar. Un chico que el mayor problema lo convertía en solo una piedra en el camino con una sonrisa. - ¿Sabes? Nunca dejaré que nadie nos separe. Lo prometo.

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