Casa fuego: el león no es como lo pintan

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Amigos. Si bien tengo mucha gente rodeándome constantemente, no creo poder afirmar que tengo cientos de amigos. La mayoría de las personas con las que hablo son solo por conexiones laborales, porque ellos se benefician de socializar conmigo y yo igualmente tengo mi recompensa. Hasta el momento, sé que son pocas las personas que realmente se han sentido genuinamente interesadas en mí, y no por mi fama, ni por el dinero, ni por mi belleza exterior, sino por mi personalidad, la actitud que tengo y demuestro hacia los demás. Algunos pensarían que tendría a todo mundo a mis pies, y aunque es así solo por lo que poseo y hago y no por quien realmente soy; a veces suele ser irritante. Ver sonrisas y la gente hablando tan animadamente conmigo, a sabiendas que son solo hipócritas que buscan algo de mí. Tampoco he tenido suerte con el ámbito romántico, y nadie se sorprende cuando cambio de novia constantemente como si fuesen unos simples zapatos que ya no deseo usar. Soy atractivo, de eso estoy consciente como el resto de las personas en mi entorno. Por algo soy modelo. Y por lo general no tengo problemas conmigo mismo, pero realmente a veces anhelo no tener este físico, para que los demás se percaten de como soy por dentro, de lo que cruza por mi mente, lo que quiero decir y lo que hago.

Algunos se preguntan: ¿Por qué nunca duro más de un par de meses con una novia? La respuesta es tan simple que ni me molesto en darla. Ellas solo ven este cascaron, solo ven al modelo guapo con sonrisa encantadora, ojos únicos y brillantes, y una presencia que llama la atención incluso en el lugar más concurrido, no al gato que puede ser miedoso, inseguro, cuya actitud es tan ególatra que hasta me cansa a mí mismo de cuando en cuando, que suele ser muy territorial, malhumorado, etc. Solo se fijan en mí por mi aspecto y porque soy alguien reconocido por mí trabajo. Ellas no buscan conocerme, ni ir en serio conmigo y si ese es el caso, entonces yo tampoco pienso perder mi tiempo con ese tipo de personas. La chicas llegan rápidamente, es obvio, y esperanzadas se me declaran, a lo que yo siempre respondo afirmativamente. Luego los días pasan, se vuelven semanas y al ver que yo no cumplo con sus altas expectativas de un príncipe encantador, que les dará todo en bandeja de plata, pues sinceramente eso solo lo hare con quien se lo merezca, me dejan y se van, presumiendo por todos los sitios posibles que ella y yo hemos tenido algo "especial".

Las personas suelen respetarme, pero sobre todo envidiarme. La envidia es un pecado humano que siempre existirá y que no me molesta en lo absoluto que sea dirigida hacia mí. Al contrario, me divierte inmensamente ver como las personas desesperadas por atención o éxito hablan mal de mí, como si realmente me importase lo que ellas tengan que decir. Pero las personas me tachan de narcisista, de ególatra, cuya cabeza no tiene espacio para nada más que él mismo y que su corazón es tan frio que no siente nada por alguien que no sea su propia persona.

La mayoría de la gente tiene una buena imagen de mí; un chico educado, guapo, agradable y exitoso. La minoría, piensa lo que quiere.

Siento mi celular vibrar dentro del bolsillo trasero de los jeans mientras camino hacia una silla plástica para descansar en lo que arreglan el sitio para las siguientes fotos. ¿Cuándo me sumí tanto en mis pensamientos? ni yo mismo me he dado cuenta hasta que el móvil hace de las suyas. Lo tomo con una mano y miro el mensaje recibido que se muestra en la pantalla táctil. Suelto un suspiro de alivio a la par que me siento en el mueble de plástico, desbloqueando el objeto y decidiendo responder al texto.

— ¿Nueva novia?— pregunta Zoé, apareciendo de la nada detrás de mí y moviendo grácilmente sus manos en mi cabello para acomodarlo acorde a lo desea para la sesión.

—No—niego y tecleo con ambos pulgares con rapidez —. Es mi hermano.

Se detiene y se inclina sobre mi hombro para que nos miremos. La chica es aproximadamente de mi edad, con un cabello chocolate y unos ojos verdes como uvas; es la encargada de peinado y maquillaje del estudio, y además, es una de las pocas personas que puedo considerar una amiga cercana. Su rostro demuestra sorpresa y curiosidad por mi respuesta.

Estrellas juntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora