Capítulo 8

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Una vez arriba entramos a una habitación y yo la subí a la primer mesa que encontré, mi cuerpo empezó a sentirse mucho mas ligero y me costaba un poco mantenerme de pie sin embargo estaba tan excitado por tan encantadora mujer que obligue a mi cuerpo a responderle con la misma intensidad con la que ella me besaba y tocaba.
Al besar su cuello ese olor que reconocería en cualquier parte inundo mi ser, olía a ella, a la chica de la clase de Derecho ambiental, olía a Alexa. sentí la necesidad de preguntar su nombre y de saber si era ella aunque no podía ser posible no me quedaría con la duda, no era el momento pero solté la pregunta sin mas entre su boca.
-¿Como te llamas?.- me aleje un poco y la mire a la cara pero ya la veía un poco distorsionada. Ella puso los ojos en blanco, no pareció importarle lo que yo le decía.
-Eso que importa, vamos David yo se que eso te vale madres.- dijo jadeando
Comenzó a desabrochar mi camisa, mientras lo hacia bajo de la mesa y devoró mi cuello, llevaba razón realmente no debía importarme así que no insistí y me concentre en lo que realmente importaba en esos momentos así que cuando ella logró quitarme la camiseta en un ágil movimiento baje la cremallera de su mini vestido, gimió al sentir mi tacto en su espalda volví a subirla a la mesa y acerqué mi miembro a su punto mas débil ella arqueo la espalda hacia atrás junto con un gemido lo cual hizo que me prendiera mucho más, la cargue por las caderas y la lleve directo a la cama me deshice del vestido y me heche encima de ella, bese su cuello, sus clavículas, baje a sus pechos, a su vientre hasta llegar a la mejor parte, la bese aun con sus bragas puestas, sabía como volver a una chica loca de deseo. Aunque no estaba en mis cinco sentidos lo estaba disfrutando como nunca, ella tomo mi cabello y tiro de el ligeramente lo cual me prendió así que me levante para quitarme de una puta vez el pantalón junto con el bóxer.
-¿por qué quieres saber mi nombre?.-
Lo dijo sin mirarme, miraba el techo no pude distinguir la expresión de su rostro ya que solo nos iluminaba la poca luz que entraba por una ventana.
Obviamente no iba a decirle que me recordaba a otra chica o arruinaría todo así que le diría lo primero que se me ocurriera, me acerque a la cama y me puse encima de ella apoyando las manos a los lados de su cabeza y la mire fijamente.
-No todos los días encuentras a una chica tan hermosa y tienes el honor de llevártela a la cama.
Ella soltó una carcajada.
De nuevo bese su cuello y poco a poco fui bajando sus bragas, yo ya me sentía con un cincuenta por ciento de mi capacidad real.
Me reí en su cuello.- ¿Qué me diste?, tomo mi rostro entre sus manos.
-Disfrutarás de esto como nunca.
Fue lo último que escuche.

...

No recordaba casi nada, ni siquiera como había llegado hasta mi cama lo peor es que tenia un dolor de cabeza insoportable y en mi intento de recordar algo el dolor aumento, me recoste de lado para tratar de volver a dormir así que cerré los ojos.

...

-Hasta que contestas imbécil, ¿cómo éstas?.- Dijo Jonathan del otro lado del móvil eran casi las cuatro de la tarde de un sábado y yo acaba de despertar tenia llamadas perdidas de todo el mundo pero al parecer Jonathan llamo cada puto minuto.
-Tengo una puta cruda mamona.
Escuche su risa.
-Era de suponerse, anoche te saque tan pedo de la fiesta que me sorprendería que no tuvieras.
Siguió riendo.
-Imbécil, no me acuerdo de nada y ...
-No mames David, ¿de verdad no recuerdas nada?.
Le conté todo lo que recordaba él mostró demasiado interés en todo lo que decía, cuando termine soltó un gran suspiró.
-¿Y eso es todo? No puedo creer que no recuerdes la mejor parte.
-¿Cual mejor parte?
-Según tu solo recuerdas que tomaste con esta chica de nombre desconocido, dices que fueron a la pista tomaron unos tragos y eso es todo ¿no?.
-Si.
Comenzó a reír aun mas fuerte.
-¿Qué mierda hice, Jonathan?.
-Wey es mejor que valla para tu casa, llego en 5.
Colgó y yo me obligué a levantarme de la cama tomé unos pantalones de pijama y la primera playera que vi. Baje a la cocina por una aspirina, no había nadie en casa supuse, tome la aspirina con un vaso grande de agua necesitaba hidratarme con urgencia así que busque una botella de suero y me encamine a la sala mientras esperaba a Jonathan encendí el televisor y me tire en el sofá.
-Creí que no despertarías nunca. Escuche la voz de mi nana Martha, estaba en la parte trasera del sofá con los brazos cruzado y al parecer un poco enojada, gire un poco la cabeza para verla mejor y le sonríe lo mas inocente que puede.
Sin saber que me había visto llegar a casa en esas condiciones dije. -Lo siento Nana.
Ella movió la cabeza negando y soltó un suspiro.
-Tienes suerte de que tu padre no se dio cuenta de como llegaste.
-Y como se lo mucho que me amas no le dirás nada ¿cierto Nana?.
Camino un poco hasta quedar frente a mi, tomo mi mejilla y la apretó ligeramente.
-Mi niño sabes lo mucho que te quiero a ti y a tu hermana y lo único que quiero es que tengas cuidado ¿de acuerdo?. Me soltó.
-Lo tendré, no te preocupes.
El timbre sonó, era Jonathan por supuesto. Mi Nana fue a abrirle y yo me quede en el sofá.
-Pendejin.-Fue lo único que me dijo y se sentó en el sofá de un lado del que yo estaba, ambos nos quedamos un par de minutos viendo la televisión hasta que reaccione me incorpore y me senté quedando un poco frente a él, estaba tan entrado en el programa que veíamos que tuve que lanzarle un cojín.
-¿Qué wey?.
-Quiero que me digas de una vez que paso en esa puta fiesta.
Me miro de arriba a abajo con cara de asco.
-Wey, no mames ya te viste en un espejo hoy, tienes una cara de culo que da miedo.
No tenía que verme en un espejo para saber que me veía de la chingada.
-Me vale madres como me vea Jonathan, nunca antes había perdido la noción de lo que hago como anoche. ¿Qué mierda paso para que terminara así sin recordar nada?.
Levanto los brazos como quitándose de toda culpa.
-Yo tampoco se que te puso así hermano, cuando te encontré estabas Muy mal ni siquiera podías sostenerte por ti mismo aunque estabas muy alegré.-Sonrió de lado y miro al suelo por un instante luego me miro de manera pícara.- Luego supe porque.
Frunci el ceño no sabía de que hablaba.
-¿Y por qué?
No cambie mi expresión y él me analizó luego levantó las cejas a modo de asombro puso sus manos en su nuca y se recargo en el respaldo del sofá.
- Es que wey no me término de creer que no te acuerdes de pinches nada de lo que hiciste.
Me puse de pie, me preocupa lo que había hecho tenía una reputación que cuidar y mas de media universidad había estado ahí.
-Cabrón dime de una puta vez que mierda hice.- Siguió mirándome con asombro.
-A ver estúpido sientate y relajante no hiciste ninguna tontería si es lo que piensas, lo que hiciste no es para nada malo ya hubiera querido yo estar en tu lugar.
Hice lo que me dijo y me senté de nuevo me pase las mano por el cabello.
-No creo que haya sido tan increíble lo que paso, si no me acuerdo no tiene ningún chiste.
Recargue los codos en mis muslos, Jonathan me tome del hombro y me obligo a mirarlo.
-No digas eso imbécil.
-Tengo una reputación que cuidar Jonathan.
-Y creeme que para nada se vio afectada. Sonrió cómplice.
Lo miré.
-¿Qué fue lo que hice?.
-ok, te lo diré... -soltó una risa burlona.- te vas a cagar wey, la chica con la que estabas era la anfitriona de la fiesta ¿lo sabías no?.- asentí - Pues con ella estuviste toda la noche hasta que yo te encontré y cuando te saque de ahí tu dijiste algo así: "Wey, acabó de tener el mejor sexo de mi vida con la mujer más hermosa del planeta".-Imito una voz y un rostro de borracho.- luego empezaste a Reírte como puto loco te metí al auto y fue en ese momento donde pregunte con quien te habías métido.- Una pausa dramática.- la verdad me sorprendió tu respuesta.
Jonathan contaba siempre cada puto detalle de las historia y nunca me había molestado hasta este momento.
-¿De verdad no te acuerdas?.-preguntó.
-No y ya dime.
Otra vez risa burlona.
-ok, ok... Wey te la cogiste.
¿Qué? Lo miré interrogativo y él con toda la atención del mundo esperando mi respuesta.
-¿A quien?.
Se puso de pie de un salto y se tiro ligeramente el cabello.
-¡No mames, no mames, no me chingues David, a ella, a la chica con la que estabas, la mujer mas hermosa del mundo, la anfitriona!.
Me miro de nuevo.
-No mames Jonathan, no te creó.
-¡Que la chingada contigo!-.Se volvió a sentar.- Tu me dijiste eso y es cierto me consta.
-¿por qué estas tan seguro?
-Ella me lo dijo, bueno no tan así pero preguntó por ti y dijo que no se quedó contigo después de que bajaron de la habitación porque tu te desapareciste eso quiere decir que si paso.
Recordaba a la chica y se que era hermosa me había cautivado e inquietado como ninguna lo había logrado me costaba creer que algo así había pasado pero sin duda me cago no acordarme.
-Tenias razón, ¡como se me pudo borrar de la mente algo así!.-recargue mi cabeza en mis manos cubriendola.
Jonathan asintió.
-Pero no te preocupes puedes preguntarle a ella como estuvo y si realmente fue el mejor sexo de sus vidas.
Le di un golpe en el hombro.
-No se cuando la vuelva a ver.
-La veras más pronto de lo que piensa, va a la misma universidad que nosotros y tiene una clase contigo.
-Mientes, en mi vida la he visto en una clase conmigo.
Si la hubiera visto antes en alguna clase la recordaría a la perfección.
-Es porque es nueva pero esta en tu clase de derecho ambiental.
-¿Como se llama?.- quise saber.
-Se llama Alexa.
Mierda.

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