Vida

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                                                             CAPITULO 8

                                 "Del odio al matrimonio solo hay un paso"


Kurama no Kizune, más conocido como la bestia de nueve colas o el Kyuubi, a veces se preguntaba cómo se metía en esos enredos. Entendía el motivo por el cual tuvo que esperar por largo tiempo para ver a los descendientes del viejo, después de todo una madre nunca deja a sus cachorros cerca de lo que considera un depredador peligroso, pero cuando al fin perdió la paciencia y decidió aparecer delante de los representantes de Indra y Ashura para satisfacer su curiosidad que con cada día que pasaba crecía más, se encontró con un espectáculo muy cotidiano y necesario para perpetuar la especie, pero a la vez uno de los más incómodos de presenciar por terceros ( si tenían un poco de pudor y no eran pervertidos) no pudiendo soportarlo más, estallo.

¿QUÉ ESE MACHO TUYO ÉSTA EN CELO PERMANENTE? LAS ÚLTIMAS CUATRO VECES QUE HE INTENTADO ACERCARME A USTEDES HE ESCUCHADO LOS SONIDOS DEL APAREAMIENTO Y ME HE RETIRADO PARA DARLES PRIVACIDAD¡PERO ES SUFICIENTE! DURANTE SEIS MESES ESPERADO EL CUMPLIMIENTO DE TU PROMESA¡QUIERO CONOCER A LOS CACHORROS, NO SABER COMO HACEN TODA SU DESCENDENCIA!

— ¡Date la vuelta maldito zorro! ¡Hashirama grandisimo imbecil esto es tu culpa quitate de encima mío!

El Kyuubi gruño no era su culpa haberlos sorprendido en esa situación, pero tampoco quería contemplar por más tiempo el bochornoso incidente así que se giro dándoles la espalda ¡Humanos! ¡Al parecer consideraban que no tenían nada más importante que hacer que propagarse! De repente escucho unas palabras que le pusieron los pelos de punta y le hicieron sudar frío.

— ¡LEVANTATE DE UNA VEZ!

— ¡Espera cariño por favor! No es tan fácil como parece, si no tengo cuidado podría lastimarte al salir.

...¿Pero qué demonios, no podían ser menos ruidosos? Existían cosas de las que no quería enterarse— Pensó con irritación el demonio zorro, de repente el viento empezó a soplar en dirección contraria obligándolo a fruncir la nariz ¿Qué el otro hombre tenía intenciones de que los machos en kilómetros a la redonda se dieran cuenta, que ese portador le pertenecía?

Entre tanto Madara, haciendo caso omiso a la mirada de desolación de su conyugue, empezó a arreglar sus ropas lo más rápido posible, mascullando entre dientes en voz inaudible por lo baja — ¡Debí suponer que esto sucedería tarde o temprano! ¡El imbécil de Tobirama me advirtió, que nunca hiciera esa apuesta o lo lamentaría! ¿Pero cómo se supone que iba a saber que tú dominarías el modo sabio en menos de un mes, sólo porque te prometí que haríamos el amor diariamente si me mostrabas una técnica verdaderamente impresionante?... ¿Más bien de que me sorprendo? ¡Eres un maldito pervertido, pareces estar siempre como un tronco de árbol, grande duro y firme! ¿Me pregunto porque me extraño de que una de las cosas que más te motiven sea el sexo? ¡Y por supuesto, siempre es después de que entrenamos, cuándo mi cuerpo se encuentra más lleno de adrenalina y necesito desesperadamente deshacerme de ella!

El azabache inspiro profundamente...No es que se quejara su cuerpo se recupero rápidamente de su alumbramiento, volviendo a su forma atlética inicial, de tanto ejercicio y no es que algún estúpido se atreviera a aparecerse cuando ellos entrenaban...no después del incidente que se dio después de la primera vez que entrenaron juntos, la sesión de entrenamiento fue muy satisfactoria y su esposo insistió en que se bañaran en el río para limpiarse el olor a sudor, a lo que él se negó rotundamente, al final el estaba con la ropa típica de los Uchiha sentado al orilla viendo bañarse a un hombre completamente desnudo y dicho hombre no era otro que el Hokage de la aldea y su esposo, lo siguiente que supo cuando lo vio salir es que de quien sabe donde surgió un árbol ( el cual no estaba antes de eso estaba completamente seguro) que lo sujeto por su muñecas y su amante se acerco haciendo claras sus intenciones, siempre había sido reticente a hacerlo al aire libre por temor a ser podían ser descubiertos, pero no importo cuales fueran sus gritos y sus amenazas, antes de que se diera cuenta su compañero había abierto la parte superior de su vestimenta, devorando a punto de besos y lengüetazos su torso y su cuello, mientras acariciaba apasionadamente su parte inferior, fue en el momento más álgido de su pasión cuando sentía que sus huesos no eran más que espuma , que fueron interrumpidos... no es que importara mucho, ninguno de ellos de detuvo cuando escucho el "¡Hay mis ojos, estoy ciego, me he quedado ciego!"

Del odio al matrimonio sólo hay un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora