Me dio gracia, como todo se volvió profético, cómo la mayoría de la gente desaparecía y me dejaba sola, yo no era necesaria, yo no debía gritar más porque la soledad me consumía por dentro.
No pasó mucho tiempo, para que aquel hombre vestido de blanco violara cada una de las reglas y facetas que el vestido de negro había luchado por mantener.
No batalló para atarme de pies y manos, ni castigarme con las más viles pesadillas.
Todo perdía color a medida que me arrastraba por el césped, ¿Qué era lo que debía hacer? ¿Qué era lo que las personas a mi alrededor querían que hiciera? ¿Qué es... lo que soy?
¿Seré un monstruo?
A medida que me tocaba aquel blanquecino, simplemente mi mente se nublaba con cosas que ahora pienso no valen la pena, pero, las torturas a mi cuello, la manera de tomar un cuchillo afilado y enterrarlo en mi pecho fue tan doloroso como sofocante.
Ese dolor pronto se convirtió en mi droga.
No sabía hacer nada además de aceptar aquel cruel destino que mi demonio interior me brindaba.
Estaba en las profundidades del mar, amarrada y ahogándome, sólo recibiendo aire de a poco, no tenía control ni de mis sueños y las marcas de mi pecho crecían cada día acercándome más a mi muerte.
No deseaba nada.
No quería a nadie, ni siquiera a mi misma.
Pronto mi mente se nubló, y comencé a vestir de blanco.
El suelo, el mar y el cielo se volvieron negros, añorando la llegada de aquel que se fue a un lugar mejor que yo.
Extrañaba verle a los ojos, que estuviera allí para mí...
Pronto mi cabeza se volvió mi jaula personal, llena de tortura y maldición.
Caminaba sobre algo que ni yo misma reconocía.
El único ser brillante y necesitado de mi atención, era ese ser blanco que me tenía esposada de mi muñeca derecha con la de él.
Si él lo deseaba, podía empujarme al acantilado, lugar que me acostumbré a estar.
Todos los días que volvía del trabajo, aquel me daba clases de empatía e hipocresía.
Estaba perdiendo mi luz...
Ya no sabía ni quién era yo, lo que quería llegar a ser, lo que todo mundo deseaba tener...
Me perdí en lo más oscuro de mi mente...
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El diario de un pensamiento
Fantasy¿Qué pasa en la mente de alguien roto? ¿Qué sucede si al final no hay salvación? ¿Puede... un simple pensamiento salvarte de la perdición?