Mi primer día de clases en The Mercy's school. Cambiarme de una escuela publica a una escuela particular, ¿Que tan feo será?, dicen que hay buenos maestros y chicas lindas. No se porqué siempre tengo que ser el más aplicado de mi clase. Me alegra poder tener mi beca, mi madre no tendrá que pagar nada. La mañana siguiente me di una ducha, me puse la playera del uniforme, un pantalón de mezclilla, y unos convers blancos, desayuné un pan tostado con un vaso de leche. Salí de la casa, agarré las llaves de el carro de mamá, puse la mochila en mi coche, y salí en camino a la escuela.
Era un camino muy largo, pero tenía muchos centros comerciales en la pasada, me encanta la idea de lo que voy a pasar por esta etapa, tampoco seré un chico tan antisocial como lo era en el primer semestre, ya que era un matadito antisocial.
Cuando me estaba acercando a la escuela la vi, una chica hermosa, delgada, la verdad con un cuerpo muy bonito, tenía en cabello largo y muy lacio, sus ojos eran cafés muy obscuros, no podía dejar de verla, casi choco, y ella solo soltó una pequeña risa, y me sentí muy tonto pero también me reí, solo seguí en el camino hasta buscar el estacionamiento, solo pensaba en ella.
Cuando me estacioné vi al típico grupo de chicas populares y perfeccionistas que quieren que todo el mundo las conozca. Supongo que les faltan neuronas o algo así, la verdad me alegró mucho no ver a esa mujer tan perfecta que había visto, mi corazón latía más y más de solo acordarme de su cara.
Tenía el mapa de la escuela en mi mano, como era mi primer día obviamente iba a estar perdido, ya había visto la escuela de lejos, pero solamente eso.
Reconozco que parecía un tonto viendo para todos lados, pero la volví a ver, no podía dejar de verla, tenía una cara tan hermosa, me gustaba.
Mientras buscaba mi casillero, un grupo de chicos se me acercó, todos me saludaron con mucha amabilidad, y yo solo se los devolví, me dijeron que era bienvenido a su grupo de amigos, me sentí super aliviado, pensé que iba a pasar todo el día sentado en la cafetería leyendo mi libro favorito, mientras me como un sandwish.
Mi primer clase me sentía nervioso, no conocía a nadie, mas que a los chicos que me saludaron en el corredor. Mi primer clase era de ciencias de la salud, en mi antigua preparatoria me iba de lo mejor en esa clase, me senté y los demás chicos me empezaron a saludar, sinceramente estaba contento de que todos me trataran tan bien. Me sentía cómodo, me senté en la banca de atrás con uno de mis nuevos amigos, nos empezamos a llevar bien su nombre era Mathew, era el típico chico que todas las niñas quieren, alto, fuerte y rubio con ojos verdes. Me preguntaba por cosas muy obvias, porque había llegado a la escuela, porque a esta escuela, mi respuesta para todo fue ''Soy un chico malo'' ¿Como se me ocurre a mi decir esto?, pero en fin.
Después de tener una larga charla, llegó el profesor, me sonrió desde la entrada, y le devolví la sonrisa se veía muy agradable. Entrando dejó su maletín en su escritorio para poder comenzar la clase, sacó su botella de agua, le dio un sorbo y empezó la clase. -Chicos, conozcan al nuevo chico, Grey, ¿Cierto?, hay que tratarlo como se tiene que tratar a un ser humano, con amabilidad y golpes. Claro que no, eres bienvenido a mi grupo de vagabundos con retraso mental, se ve que eres un chico muy agradable, háblanos un poco de ti, de que escuela vienes, que música te gusta, causas por las cuales te cambiaron etc.
-Mmm bueno, vengo de una escuela pequeña, Washington School, me gusta mucho el rock, y me cambiaron por causar muchos problemas (Ya había mentido, no quería que me descubrieran enfrente de mi nueva clase). Y eso todo, me sentí un poco nervioso, pero el profesor me veía de una manera que sientes que te mata con la mirada, algo así como un acosador, pedófilo y cuantas cosas más. Pero su mirada causaba confianza o algo así parecido, no era de los maestros comunes, desde ese momento supe que me iba a llevar de lo mejor. Tomé asiento y le estaba poniendo atención.
Cuando me senté y saqué mis nuevos libros, tocaron la puerta, era ella, la chica que había visto caminando, ella, la de los ojos más lindos que había visto, se me cayeron todos mis libros al suelo, todos se me quedaron viendo, dije perdón y los levanté. Se veía tan hermosa, solo veía como movía la boca, explicando porque había llegado tan tarde, balbuceaba, y miraba las facciones de si rostro tan lindo, era como un momento muy lindo, quería quedarme todo el día mirándola distraída y hablando sobre sus cosas. Ella mencionó que yo estaba sentado en su lugar, volví a guardar mis libros, cerré la mochila, y fui hacia enfrente, deje mi mochila, le ofrecí mi ayuda para llevar sus cosas hacia ese lugar, me pareció muy tierno que se riera de una forma tímida y asentó, tomé su mochila y la llevé hasta su lugar, todos se me quedaron viendo como si fuera un completo extraño, claro que me importaba, pero prefería que ella pensará que haría lo que fuera por verla sonreír.
Regresé por mi mochila y fui a buscar otro lugar para sentarme, y me lo agradeció con su sonrisa que jamás voy a olvidar, me gustaba en verdad. Llegué a mi otro lugar, pero estaba un poco lejos de ella, pero si pedía que me cambiaran podría parecer que me gustaba, claro que me gustaba pero no quería que nadie supiera, aun. Volví a sacar mis libros, y empezamos a hacer lectura a uno de los temas de la materia, no podía dejar de pensar en ella, intentaba dejar de pensarla, pero de verdad que no puedo, a la hora de la comida ella se acercó a mi y me dijo -Gracias por sederme tu lugar, fue algo muy lindo de tu parte, ah por cierto bienvenido, mi nombre es Mía.
Yo me estaba tomando una malteada de fresa, en cuanto me dijo eso sonreí, si lo admito me sonrojé, pero no se vio tan obvio, me dijo que si quería estar con ella para comer y decirme como son las cosas en Mercy's.
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Mía
RomanceGrey es un chico de 16 años que se enamora de una chica totalmente perfecta, aun no puede creer que ella forme parte de su vida, pero pasan cosas que no son tan bonitas.