Capitulo 1

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Nota: las comillas ('') son cuando son las entradas en su diario, mensajes y cosas así.  


Me encontraba mirando el lago de aquél sitio que resultaba tan mágico e irreal, que en poco tiempo se había convertido en parte de mí, en mi nuevo hogar. Estaba recordando los buenos momentos que había pasado con Javier... Nada podía estropearlo... O quizás si. Nathan apareció justo en ese momento. Odio demasiado a ese chico, pero realmente siento que tenemos una especie de conexión... No lo entiendo, es muy confuso. Lo miré a través del reflejo del agua, esperando a que dijese algo. Al ver que no lo hacía decidí hablar yo.

-¿Me estás espiando?


Él soltó una pequeña risa y se agachó a mi lado, mirando hacia el lago junto a mí.


-Solo me preocupo por ti, sabes que por aquí hay mucha gente en la que no debes confiar.


-¿Cómo tú, por ejemplo?


Pregunté molesta, siempre tenía que venir a interrumpirme cuando más relajada estaba. Él suspiró y metió su mano en el lago mientras el viento movía sus cabellos negros azabache.


-Si hay alguien en quién debes confiar soy yo, lo llevas haciendo durante años, cada día de tu vida... Una y otra vez... Sigues confiando en mí...


Esa frase retumbó en mi mente, ¿cómo iba a ser eso posible si solo lo conocía desde hace un mes? No lo entendía. Para nada. Y, cuando pensé que no podía estar más confusa, sacó mi diario, en el que solo recordaba tener escritas algunas páginas, pero el que sostenía él en sus manos estaba lleno de páginas y páginas escritas.




-1 mes antes-



''Mi nombre es Laura, soy una chica de 20 años, con una vida normal, amigos, estudios, lo típico. Nada interesante. Mi pelo es castaño oscuro y largo, me llega un poco por encima de la cintura pero casi siempre lo suelo llevar recogido en una coleta. Soy bastante morena de piel y no es que sea muy alta. Mis ojos son azules y... Ahora que lo pienso, ¿por qué hago una descripción de como soy en mi propio diario?... Bueno, qué más da. Todo era normal hasta hoy, que viajaré a Italia y empezaré una nueva vida.''


Era domingo por la mañana, las 9:15 para ser exactos. Tenía el tiempo justo para dirigirme al aeropuerto. Me levanté casi de un salto de mi cama y rápidamente me duché y me vestí, había preparado las maletas dos días antes, más vale prevenir que curar. Mis compañeros de piso aún seguían dormidos, esos vagos ni siquiera se molestaron en despedirse de mí, pero no me importó, los iba a echar mucho de menos y eso era lo menos que me importaba, que fuesen unos vagos. Les dejé una nota llena de garabatos, corazones y palabras sin sentido para después salir, así era yo. Pedí un taxi y me llevó directa hacia el aeropuerto. Saqué mi diario del bolso que llevaba a mano y comencé a escribir. Desde pequeña escribía diarios, y ahora que mi vida iba a cambiar por completo me vendría bien. No escribí mucho ya que básicamente no había ocurrido nada, pero aún así me emocionaba, quería escribir todo lo que me ocurriese.


No tardamos mucho en llegar, me bajé del taxi y el taxista me ayudó a sacar mis cosas del maletero. Después de un buen rato por fin estaba dentro del avión, me senté y miré por la ventana imaginando lo que me pasaría. Algunos asientos detrás de mí había un chico de cabellos negros, ojos azules y muy blanco de piel, parecía muy tímido y estaba escribiendo algo en un diario, muy parecido al mío. En general el chico se parecía a mi. Me llamó mucho la atención y me quedé mirándolo un rato, pero nuestras miradas se cruzaron en un segundo y seguí mirando hacia la ventana, no quería que supiese que lo estaba mirando. Rato después el avión despegó y me puse a leer un libro tranquilamente, Italia no estaba muy lejos de España así que no me preocupé mucho de mirar la hora.

A la vera del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora