Despertar entre los brazos de Elliot la había echo sentir feliz, casi era posible olvidar todas las cosas malas que ella había sufrido en su vida, una madre alcohólica, problemas con los hombres, pero todo había cambiado hace dos semanas que finalmente sabían que debían intentarlo, no había marcha atrás, Elliot estuvo al lado de Liv durante las dos semanas que demoro la recuperación de las lesiones que había sufrido a manos de Richard Sims, Liv volvería al trabajo después de la licencia médica, los dolores estaban mejorando, la dosis de analgésicos ya había bajado, el doctor fue claro en que al menos un mes seguiría con molestias, debido a que es imposible inmovilizar esa parte del cuerpo, ella había tenido mucho dolor antes, por lo que el malestar que sentía al hacer algunas fuerzas podía soportarlo.
Elliot estaba nervioso por la vuelta de su compañera al trabajo, habían dos motivos. Ella aun estaba lastimada y estaban en una relación, sabía que seria difícil no ser sobre protector con ella, Liv podía hacer su trabajo perfectamente, aun no iban a informar nada a su superior, solo llevaban dos semanas viéndose, aunque habían sido muy intensos.
No estaban viviendo juntos, pero se han estado viendo todos los días, salvo los fines de semana, Elliot tenía la custodia de sus hijos esos días, Liv no quería interrumpir el único momento que él tenia con su familia, amaba a los hijos de Elliot, pero quizás era demasiado pronto para ponerlos al tanto de que su padre y ella estaban saliendo.
Liv también estaba complicada con la reacción de Kathy, ella siempre la había culpado de los problemas con su marido, siempre le reprocho a Elliot que pasaba más tiempo con su compañera de trabajo que con su familia, Kathy entendía que su trabajo era muy duro, a pesar de que Elliot muy pocas veces le hacia algún comentario a ella, siempre le decía que prefería dejar lo aterrador del mundo fuera de su casa, Kathy entendía que Elliot estaba muy unido a Olivia debido a que tenían que soportar y combatir diariamente con la maldad del hombre y esto de a poco fue matando su matrimonio.
Ese fin de semana ella se encontraba sola en su departamento, el día lunes era su primer día de vuelta al trabajo después de su recuperación, estaba nerviosa ya que sus compañeros podían sospechar algo, se notaba en sus ojos que la relación había cambiado, y después estaba el Capitán Cragen, lo más seguro que al saber que la pareja de detectives estaba involucrada sentimentalmente los separaría. Tan solo pensar en eso se sentía mal, necesitaba estar con Elliot, cubrir sus espaldas, ella confiaba en Munch y en Fin, pero ella había sido compañera de Elliot por más de diez años. Lo conocía, conocía sus movimientos, sabía como calmar sus impulsos y por sobre todo lo amaba y daría la vida por él.
Elliot estaba pasando el fin de semana con sus hijos, extrañaba enormemente a Olivia, deseaba poder estar con ella, y con sus hijos, sus cinco niños querían a Olivia, pero quizás todo cambiara cuando sepan que están juntos, él no podría soportar que sus hijos rechacen a la mujer que ama, ella no reemplazara a su madre, él y Kathy serán siempre sus padres, pero su matrimonio estaba arruinado, ambos habían cambiado, se querían enormemente, pero ella no lo amaba y él estaba mejor sin ella.
Elliot al terminar todos los trámites del divorcio había arrendado un departamento, no muy pequeño ya que los fines de semana tenia a sus hijos, Olivia aun no se había atrevido a ir, por lo general se veían en su departamento, no quería que sus hijos llegaran un día de improviso y los vieran juntos, ella respetaba profundamente a Kathy y a sus hijos.
Los gemelos estaban frente a la televisión jugando play station, el pequeño El ya se encontraba dormido, Kathleen estaba leyendo una revista adolescente y Maureen estaba sentada en la mesa con Elliot, ella por lo general tenia una buena relación con su padre.
"¿Papá? tengo que contarte algo" le dice la mayor de sus hijas, "sé que mi mamá es quien debería contarte, ella esta saliendo con alguien su nombre es Matt". Elliot la quedo mirando con sus ojos azul profundo, no dijo nada, no es que le sorprendiera, era algo inevitable.
