Se acariciaban las manos con miedosos dedos melosos. La habitación a pesar de que estaban en horas nocturnas emitía una luminosidad semejante a el brillo del sol.
- ¿ Puedo quedarme? -. Preguntó la pelirroja cerrando las distancias y abrazando a el hombre ante ella pasando los brazos por detrás de su cuello y obligándose a colocarse de puntillas. Kang tardó en reaccionar un poco, llevaba sin estar tan cerca de ella mucho tiempo y había perdido la cabeza intentando recordar la calidez de la jóven y la suavidad de su piel.
Pasó sus fuertes brazos al rededor de ella y la abrazó con fuerza apoyando su cabeza en el pequeño hombro de ella. Respirando allí percibió el olor a limpio del champú en su pelo mojado.
- Solo si prometes dormir con migo -. Le dijo sin mirarla puesto que aún estaba escondiendo su rostro en su hombro. Ella se abrazó más aún.
- Lo siento -. Jack notó como su respiración tembló. - No debi haberte dejado.
- Shhhh está bien cariño -. Bian bajo los brazos de su cuello y se apoyó en su pecho mientras el reposaba su mejilla en la cabeza de ella tras haber dado besos en su cabellera. - Está bien...
Kang la guío hasta el dormitorio y la dejo sobre las sábanas de la cama blanca, besó su frente y se retiró.
- Quédate -. Le pidió ella tomando su mano.
- Estaré aquí para cuando despiertes.
- Mentiroso.
Kang sonrió levantando una ceja y volviendo a acercarse a la cama tapó el cuerpo de la jóven con las mantas.
- Descansa Bian, tenemos mucho que hacer mañana-. Asintió en respuesta y se giró para estar de lado cómodamente. Se cubrió bien del frío y cerró los ojos oyendo como kang se levantaba y salía de la habitación.
Kang cerró la puerta al mismo tiempo que dejó caer el peso de un suspiro en el ambiente. Su vida se estaba volviendo una ascensión dificultosa y no sabía si sería capaz de complacer a todos los que estaban bajo su mando. Además estaba el punto especial de la mujer que dormía en su dormitorio con poca ropa.
En el momento en el que Kang abrió la puerta y la encontró de espaldas a él con el pelo casi naranja mojado y goteando, la concentración y tranquilidad de no sentirse observada y la maravillosa visión de verla vestida de ese modo produjo una pulsación menos en su corazón. Por ello tardó en poder hablarle, por eso se tardó tres minutos que aprovechaba para admirarla en silencio.
Se quitó la chaqueta dejándola en una silla y desabotono los primeros botones de su camisa. Estaba agotado, el trabajo se acumulaba y ahora la tensión le seguía la corriente estrepitosamente al tenerla de vuelta. Era algo bueno, estaba feliz pero al mismo tiempo pensaba que había sido una mala idea. Tenerla serca siempre le había obligado a despistarse y aunque no prestase atención a ese punto existía otro que le preocupaba mayor mente: los sin facción.
Bian era muy joven y ya conocía de serca a los sin facción, había sido ella la que cuando toda la masacre de divergentes comenzó en Verdad corrió escaleras arriba hasta llegar a Kang, todo para ponerlo a salvo. Ella sabía que cabía la posibilidad de que no lo tocasen mientras que no se opusiera y por dios todos sabían que quedaría como un idiota si hacía eso. De tal modo que al principio hizo como muchos hicieron se tiró a el suelo, se hizo pasar por una persona normal e inconsciente. Aguantó un nudo en la boca de su estómago mientras oía cómo personas que no habían sido tan listas se levantaban del suelo para pedir clemencia... Pero eso solo conseguía que muriesen más rápido. Por una parte Bian había tenido suerte, hasta cierto punto. Cuando llegaron disparando ella estaba en la primera planta, acababa de llegar porque Uriha la mandó a llamar por lo que los disparos no la tocaron.
Bian se había caído a el suelo intentando simular lo que veía con sus ojos. Se salvó de un disparo por una persona que estaba delante de ella y después mientras nadie prestaba atención a la esquina más alejada y próxima a las escaleras de la sala ella , arrastrándose, desapareció.
Todo fue medianamente tranquilo en la subida, habían soldados por todos lados y cuerpos por el suelo. Parecían cadáveres pero aun así Bian corrió como si le fuese la vida en ello hasta llegar a su despacho. Al entrar seis armas ya le apuntaba pero se negó a levantar las manos por encima de su cabeza o soltar el arma que había cogido por el camino.
- Nos tenemos que ir señor-. Kang tenía los brazos a su espalda y el rostro congestionado de la pena y la ira. Estaba tras el muro de cuerpos armados que lo defendían. El líder no contestó si quiera se percató de que había entrado en la estancia. - ¡Muévase!
El grito hizo que los guardias diecen un paso adelante y Kang la mirase por primera vez.
- No puedo.
- Pero debe-. Kang negó con la cabeza ausente.
- Debo protegerlos -. Su voz normalmente plana y tranquila estaba luchando por no aparentar que estaba derrumbada.
- Debe vivir si quiere protegerlos -. Caminó hacía la muralla de hombres, los fulminó con la mirada color chocolate. - Con el debido respeto estos soldados no podrán hacerlo, mantenerlo con vida, si los soldados que están abajo suben.
- ¿Y tú lo mantendrás con vida niña?-. Era un hombre adulto uno de los que protegían a Kang, el triple de alto que Bian pero a ella no le intimidó su altura o el tamaño de su brazo que bien podía ser el torso de ella.
- Me sorprende que lo dude caballero-. Kang sonrió bajando la cabeza, la joven le había arrancado una sonrisa en el momento más complicado posible. Ella se abrió camino hasta él y lo obligó a que la mirase. - Piénselo Kang pero no tenemos mucho tiempo ¿Cuánto cree que tardarán en subir?
- ¿ Cómo puedes Pensar que los abandonaré? ¿Que pensarán de mi si huyo y los dejo a su suerte?
Bian entre abrió sus labios mirando a los ojos del hombre más alto que ella.
- Replantese esto ¿Cómo los vengará o ayudará luego si ya está muerto?
Kang cerró los ojos notando la precisión caer sobre sus hombros. Estaba metido en un completo dilema moral y no sabía cual era la opción correcta que tomar ¿estaba asustado? Claro que lo estaba, no sería humano si no sintiese el terror de ver a su facción caer. Abrió los ojos de golpe al notar una mano pequeña y cálida en su mejilla, los soldados habían retrocedido un par de pasos y Bian lo miraba con ternura.
- Prefiero tener a un cobarde vivo que a un valiente muerto -. Le susurró, Kang abrió los ojos mirándola y procesando la frase en su mente, ella tras esto no pudo evitar ponerse roja y separó la mano.
Bajo la mirada avergonzada y no dijo nada durante un rato donde Kang la observaba con detenido detalle.
- ¿Señor? -. El mismo hombre enorme habló, kang lo miró ausente.
- Bian -. La chica levantó la cabeza. - Guíame.
Aquel día había sido el que más esfuerzo físico había realizado en su vida. Ahora lo recuerda con humor pero nada fue gracioso, en ese momento miró el reloj eran las tres de la mañana y no tenía ningún tipo de signo de cansancio.
Volvió a su dormitorio y la observo, estaba durmiendo con el pelo húmedo y rojo precioso y las mantas creando su silueta perfecta. Su rostro joven denotaba tranquilidad Kang cogió una silla la acercó a la cama abrió un libro y comenzó a leer.
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Lost In The Echo
FanficFanfic sobre la serie de novelas de divergente. Centrada en un ilo de la historia distinto. Todos los personajes y el universo pertenecen a Veronica Roht a excepción de el personaje femenino creado por mí: Bianca Moore / Bian . Bian es una joven nac...