_____ Seymour.
Sabía que Axl aún me miraba, y el calor que me hacía sentir solo me provocaba huir dentro del instituto, lejos del campo, cerca de cualquier maestro aunque terminaran siendo la misma cosa que Axl, excepto por la parte de la fama, la belleza y el dinero... ¡Daba lo mismo quién diablos fuera! Solo quería que no pudiera seguir viéndome.
Iba tan desesperada en mi andar que accidentalmente me estrellé contra otra persona al entrar. Sabía que era un chico y me permití sonreír al instante cuando lo ví a él.
—John. —mis brazos lo rodearon tan rápido cómo divise su rostro. Él rió.
— ¿Me extrañaste, no?
—Siempre. —lo besé, y respondió mi beso con velocidad. Mi mente trajo a mí el recuerdo de Axl en el baño, pidiéndome que lo besara, y yo tan sonriente cediendo a su maldito capricho. No ahora, joder, por favor, solo no ahora. Me aparté con velocidad y de nuevo me sentía terrible, pero no podía decírselo todavía. — ¿A dónde ibas?
—A ver tu práctica. —me respondió y provocó una sonrisa en mi rostro.
— ¿Eso harías?
—Cuándo cumplimos nuestros primeros tres meses fuiste clara en la parte en que si no iba a tus entrenamientos aunque fuera un momento, romperías conmigo. Por eso estoy aquí. —dijo para bromear. Y era verdad. Yo le pedía que me acompañara y que me viera, pero aún cuando no se lo había pedido él ya había comenzado a hacerlo. Solo porque un día faltó fue que bromeé con la sentencia pero desde entonces, ni una sola vez había faltado.
—Pero ya no tengo que recordártelo y lo haces por tu cuenta, eres tan lindo. —besé su puntiaguda nariz.
—Pero ya estás aquí. ¿Por qué ha terminado tan pronto? ¿De nuevo con problemas? —me preguntó. John jamás se veía envuelto en chismes o estupideces de alumnos de preparatoria, pero conmigo se las sabía todas.
—No, esta vez no. Es solo que... necesitamos descanso. Nuestras mentes están bloqueadas. ¿Y tú? ¿No tenías entrenamiento de futbol?
John Joseph odiaba el futbol, y aún así, estaba dentro del equipo. Desde que era solo un niño había sido bueno en eso, en Covington, Luisiana, su estado natal. Su padre se la pasaba metiéndolo en distintos equipos dónde siempre destacaba. Era bueno recibiendo el balón, era un gran ala cerrada, pero me daba la impresión de que sí pudiera, se quedaría tocando su guitarra todo el día en vez de jugar. Tan evidente era que había ingresado como pateador al equipo después de haber sido dirigido por las insistencias de su padre de entrar al equipo apenas abrieron las convocatorias.
—Están practicando los de primer año. Necesitan más jugadores en el equipo grande, están siendo un caos las pruebas y afortunadamente yo no tengo nada que ver ahí. Y, sobre estar libre, ¿Tienes planes para hoy en la noche? —preguntó. Pasé una mano detrás de mi cabeza y sonreí.
—Miren todos aquí tenemos a una cobarde. —una morena pasó justo a mi lado, ni siquiera se detuvo, solo lo dijo apuntándome mientras se iba muy risueña riéndose con sus amigas. Nadie se rió de su pésimo chiste pero sí que atraje algunas miradas. John la miró con molestia, y yo también.
— ¿Y a ti quién te conoce? —le contesté en un grito, y John me miró de reojo. —Así nos llevamos. —bromeé. —Sobre lo otro... quién lo diría. No me ves por un día y corres a invitarme a salir al siguiente. Qué lindo. —sonreí y toqué con la punta de mi dedo su duro y natural abdomen. Él se rió.
—Es que se trata de Woods, habrá una fiesta en su casa. —Woods era su amigo y compañero de juego también. Asentí para que continuara hablando, aunque ya sabía a dónde iba. — ¿Quieres ir conmigo? No me emociona, pero sé lo que te gusta perder el tiempo en fiestas en vez de estudiar para la siguiente ronda de exámenes. Te devolveré temprano a casa y no permitiré que tomes ni una gota de alcohol, no quiero terminar como la última vez.
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A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.
RomanceAxl Rose siempre fue un hombre fuerte, atractivo y varonil que solía hacerse notar tras cada paso que daba y solía acaparar todas las miradas del lugar al que fuera. No solo porque fuera el líder de la banda de Hard rock conocida por tocar en los pe...