Durante unos minutos, reinó un silencio absoluto. Nadie decía nada y yo, que desconocía exactamente lo que era una bacanal, miraba hacia todos esperando a sus respuestas. Al llevar tanto tiempo con las ropas mojadas, me empecé a enfriar y dejó de importarme lo que quisieran que fuesen a hacer con tal de secarnos de una maldita vez.
-Yo estoy conforme.-dijo el Perro mientras agitaba su cola suavemente.
-Y nosotros también.-respondieron el Mapache, la Ardilla y la Oveja.
-¿Qué es una bacanal?-pregunté confundido, a lo que todos me miraron de nuevo.
-Es algo bastante divertido.-respondió el Dragón que se acercó hasta quedar a mi lado.-Primero nos juntamos todos y después escogemos a una pareja. Seguidamente empezamos a profesar nuestros sentimientos hacia el otro.
Abrí los ojos como platos, pues aquello me parecía lo más inverosímil que había visto en mi vida. El Perro, que era un joven de cabellos castaño claro y ojos grises, estaba mordiendo la oreja de la Ardilla y ésta, que era otro joven un poco más pequeño que el Perro, de cabellos rubio ceniza y ojos negros, respiraba entrecortadamente mientras juntaba sus caderas con el susodicho.
Por otro lado, el Mapache, de cabellos oscuros y ojos negros, acariciaba con desesperación el pecho del Ratón, que a su vez lamía la mejilla de éste. También estaba el Dragón, de cabello azabache azulado y ojos esmeralda, el cual había sentado a la Oveja, un chico de cabellos blanquecinos y ojos amarillentos, en su regazo y jugueteaba con su pequeña cola mientras lo abrazaba. Y por último, el Zorro, un chico de cabellos rojizos anaranjados y ojos caoba, se acercó hasta mí y comenzó a olfatearme mientras me acariciaba con su esponjosa cola.
-Realmente eres bastante adorable.-susurró en mi oreja.-Me gustaría tanto poder convertirte en mi pequeña presa.-Colocó su mano sobre mis ojos dificultándome la visión y con la otra rodeó mi cuerpo haciéndome retroceder hasta pegarme al suyo.- ¿Cuál es tu nombre, mi nuevo animalito?
-Allen...-respondí nervioso, sentía como mi cuerpo se tensaba a cada palabra suya.- ¿Qué...vas a hacerme?
-Tranquilo, no te voy a hacer daño...solo tendré el honor de devorarte primero.-tras decir aquello, me besó, lamiendo mis labios y mordiéndolos, haciéndome sentir extraño.
No podía creerlo. No podía creer que me estuviese ocurriendo aquello a mí, simplemente no era capaz.
Por un momento, los dedos del Zorro se abrieron, permitiéndome ver a través de ellos. Me quedé atónito al ver como se había tornado la situación.
El Perro, ahora pellizcaba uno de los pezones de la Ardilla mientras éste lo abrazaba y soltaba pequeños gemidos de excitación. El Mapache estaba acariciando la entrepierna del Ratón y el último enredaba sus dedos en los cabellos ajenos, entretanto intentaba besar al Mapache con dificultad. El Dragón había sentado en su regazo a la Oveja y abría sus piernas para acariciar el interior de sus muslos a la vez que intentaba rozar la entrepierna de éste con la suya.
Volví en mí al sentir una mano rozando mi pecho. El Zorro había empezado a acariciarme, palpando suavemente mis pezones y haciéndome soltar gemidos que nunca creí que podría hacer.
-Menuda sorpresa,-dijo con una sonrisa pervertida-por lo que veo eres bastante sensible aquí.
Apenas tuve tiempo para decir algo cuando comenzó a descender hasta mi entrepierna y la tocó suavemente.
Me sentía extraño, el calor comenzaba a sofocarme y sentía un deseo irrefrenable de que continuase. Ni yo mismo lo comprendía, no sabía que me estaba haciendo actuar de aquella manera.
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País de las Maravillas (yaoi hard)
Fanfiction¿Alguna vez has oído hablar de Alicia en el país de las maravillas? Seguramente, sin embargo, no todos los que han llegado a dicho lugar lo han vivido de la misma manera... Allen es el protagonista de esta historia tan enrevesada que desconoces.