Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]

Capitulo 48

Narra Borja:

Vivir casi dos años con la persona que amas pero que ama a alguien mas no es fácil; eso me pasaba a mí con Guillermo quien aún seguía enamorado de nuestro ex profesor, Samuel. Lo sé, no soy estúpido. Sé que a diario piensa en él y siempre me lo niega; es lógico, no quiere lastimarme pero aunque intente esconder la verdad detrás de su amarga sonrisa sé que no me ama, que no es feliz y que no pertenezco a su futuro.

Al cumplir un año juntos, pensé que adoptar un niño nos haría más unidos pero no fue así; yo tenía que salir a trabajar para poder pagar las cuentas del departamento mientras Guille se dedicaba a la casa y a cuidar a nuestra pequeña hija, Aqua. 

Nunca nos habíamos casado por que yo sabía que Guille no quería eso, que quería estar al lado de ese hombre que le ah roto el alma más de una vez y que seguía torturándolo en sus pensamientos. Es duro convivir así, tras mentiras y engaños, pero sabía la razón de aquellas acciones que Guille quería dejar atrás y que no podía por sus repetidos pensamientos sobre aquel hombre que ah robado todo de él, dejándolo solamente con una triste y amarga soledad en su interior que yo, a diario, trataba de sanar.

Aún recuerdo aquella noche, cerca de las 4 de la manaña, en la que Guille se apareció en mi departamento, con sus lágrimas recorriendo sus hermosas mejillas y con sus maletas entre las manos. Se había escapado y había sido por el rechazo de Samuel.

Flashback:

Me encontraba en la cama sin poder dormir, mirando hacia el techo sin mas que hacer como me pasaba habitualmente. Me atrevo a decir que pensaba en Guille, en ese día que le pedí en la feria que volviese conmigo y que me había rechazado por estar enamorado de alguien mas.

Estaba a punto de quedarme dormido cuando escuché el timbre para levantarme y caminar hasta la puerta, no sin antes ponerme unos cómodos leggins y una camiseta ya que solía dormir sólo en bóxers. Abrí la puerta frotando mis ojos y me encontré con esa horrible y tierna imagen delante de mí.

-¿Qué ah pasado? ¿Te encuentras bien?- pregunté al ver a Guillermo del otro lado del umbral con sus maletas y con las mejillas mojadas de tanto llorar.

-¿Puedo quedarme contigo?- me preguntó algo tímido pero directo al grano.

-Claro. Pasa.- le contesté para tomar una de sus maletas y ayudarlo a entrar.- ¿Que sucedió, Guille?- volví a insistir una vez dentro del departamento.- ¿En que puedo ayudarte?

En ese preciso momento, Guille se acercó peligrosamente a mí para rodearme con sus brazos y presionar sus labios contra los míos, sintiendo como sus mejillas mojadas mojaban las mías. Inmediatamente corté ese contacto para empujarlo levemente hacia atrás y obtener como respuesta otro beso forzado de su parte.

-Guille, detente.- le volví a insistir para volver a alejarlo de mi.

-Hagámoslo, Luzu. Necesito de ti.- me suplicó jadeante pero aún con lágrimas sobre sus mejillas mientras me sostenía del rostro con ambas manos.

-No Guille. No en el estado en el que estás.- me negué a su pedido.

-Por favor, Luzu. Sólo hagámoslo como lo hacíamos antes.- volvió a suplicar para, ésta vez, tratar de sacar mi camiseta.

-No, Guillermo.- contesté autoritario.- Dime qué es lo que ah pasado.- y soltó su agarre de mi cuerpo para dirigirse hacia el salón y dejarse caer sobre el sofá.

-No sucede nada.- bufó.- ¿Por qué tendría que suceder algo para venir a ver a mi novio?- agregó limpiando sus lágrimas, tratando de esconder que su corazón estaba destrozado.