"Acuérdate de ser tú misma."

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Soundtrack ~ Heroes ~ Måns Zemerlöw

Capítulo 2: "Acuérdate de ser tú misma."

Nunca me habían dado tantos besos en mi vida, mis mejillas iban a explotar como mi madre siguiera llenando mi cara con esos estruendosos ruidos que ella provocaba al hundir sus labios en mis pómulos.

No podía negar que la comprendía. Me iba a ir de Londres por un tiempo bastante largo y entendía que me tratara así las últimas horas que podía estar con ella. Pero, no debe preocuparse tanto. Al fin y al cabo, ella sabe perfectamente que con mi hermano estaría perfectamente.

Ese chico de cabellos negro y ojos azules electrizantes iba a ser mi tutor legal durante mi estadía en California. Mis padres se habían encargado de contarle todo lo que necesitaba saber para que, cuando llegara a aquel lugar, no tuviera problemas.

— ¡Vamos, cariño, vas a terminar asfixiándola! — la voz de mi padre se escucha con absoluta diversión mientras tira dulcemente de mi madre.

Dirijo una sonrisa aún más divertida a mi padre, rueda sus ojos como si se emocionara con la dramatización de mi madre. Ella siempre ha sido así, sin embargo, hoy, sobrepasaba los límites. Decir que yo parecía una cría de cinco años de la mano de su madre era hablar poco.

No se ha soltado de mí en ningún momento. También sé que, si de ella se hubiera tratado, no me habría dejado ir ni siquiera al baño antes de entrar al avión. Era una suerte que papá tuviera un hilo de cordura en esa extraña relación.

— Tú cállate — reprende mi madre, ruedo los ojos ante su orden tan estricta.

La risa de mi padre solo hace que mi diversión aumente. Para conseguir soportar a mi madre debes tener mucha paciencia y, ella, tenía mucha suerte de haber encontrado a alguien como papá. A veces incluso temía que él algún día se enfadara lo suficiente como para dejar a mamá.

Es un alivio que su amor sea aún más fuerte que todas estas cosas pues, aunque lleven más de veinticinco años casados, siguen amándose de la misma forma. Los baches en su matrimonio son como saltar un piedrecita, y ya habían aprendido el truco para sobrellevarlo.

— Como se te ocurra olvidarte de tu familia juro que iré hasta California y te traeré de la orejas si hace falta — masculla con las lágrimas cayendo de sus ojos como cascadas.

Si no fuera por la emoción que siento en estos momento por huir de aquí también estaría igual que ella. A pesar de todo, es mi madre, tenemos la mayor parte de nuestra personalidad en común. Incluso podría llegar a decir que las dos pensamos de la misma forma.

— Te llamaré todas las semanas, mamá — se separa de mí agarrando mi cara entre sus finas manos. Acuna mi rostro mientras contempla cada una de mis facciones como si quisiera grabarlas en su mente —. No me voy a olvidar de ustedes — aseguro dirigiendo la mirada a ambos.

La típica y aburrida música propias de los aeropuertos resuena por todo el lugar. La voz de una mujer avisando de un vuelo, mi vuelo. El nerviosismo vuelve a calarse en mi cuerpo mientras admiro el rostro apenado de mi madre.

— ¿Estás segura de que quieres irte? — La pregunta de mi madre provoca una sonrisa en mi rostro.

Verla tan triste por mi salida solo hace que mi corazón bombee con más fuerza. La amo, la quiero como deseo mi vida pero necesito hacer esto. Tengo que olvidarme de todo por una vez, necesito sentir que esto que estoy haciendo son una pequeñas vacaciones para descansar mi mente.

— Nunca he estado más segura — respondo con la voz más firme que alguna vez he tenido.

Distingo un cuerpo moviéndose a mi lado, giro mi cabeza para fijarme en al cercana cabellera rubia de mi padre. Su alta estatura mientras curva su espalda para recibirme en el abrazo más tierno que alguna vez me ha podido dar.

No soy la típica chica (U.D.S.#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora