Un héroe.Palabras: 3.670
El cuarto hokage poseía muchas cualidades, incontables; él era un hombre valiente, fuerte, honesto, inteligente, divertido, analítico, líder natural, digno del más sublime respeto. El cuarto hokage era todo eso y más, pero por encima de todo, podía definirse como un hombre tranquilo.
Sí, el cuarto hokage nunca perdía la cabeza.
Comprensivo a morir.
Pacifista innato.
Casi siempre.
Como todo gran hombre, él tenía una debilidad: una debilidad de alborotado pelo rubio, traviesos ojos azules, marcas en las mejillas, metro cuarenta y cinco de altura y doce años, tres meses, dos días, tres horas, veintidós minutos de vida (con segundos contando).
Ajá, señoras y señores, sólo si se trataba de Naruto (su único, adorado y precioso hijito) el cuarto hokage se salía de su papel de hombre de paz.
Cualquiera que osara a atentar contra su integridad física, emocional, psicológica o cualquier tipo de integridad que existiese, se las tendría que ver con él (que se entienda: el que tocara un solo dorado cabello rubio de la majestuosa y redonda cabecita del niño podía considerarse hombre muerto, resucitado, muerto, resucitado otra vez y muerto de nuevo... mil veces, de mil tortuosas maneras diferentes).
Tocar a Naruto era delito de pena capital.
O sea, cualquiera que tuviese un instinto de suicida en potencia... pues que le pegara un pellizco a Naruto y ya.
¿Entendido?
¡Naruto era patrimonio nacional!
Si tú tenías que elegir entre darle una patada en las pelotas a Danzö o estornudar sobre Naruto... Era mucho menor el castigo por lo primero, así que ¡hombre, duro contra Danzö!
Entonces no era nada irrazonable que Kakashi Hatake estuviese temblando cual hoja de otoño apenas completada la primera misión con su equipo en el país de la Ola. Misión que –se suponía- sería sencilla, breve, simple, cosa de niños de doce años, cosa de genin... pero que resultó siendo una jodida lucha mortal contra el demonio de la neblina Zabuza Momoshi y su protegido Haku (nada más y nada menos).
Pero Kakashi no había podido evitar esta trabajosa lucha... Bueno, en realidad habría podido rechazar la misión, devolverse a mitad de camino y conservar a sus tres conejitos enteros, pero claro... eso hubiese sido como echar al viejo constructor de puentes a los leones, condenar además a un pueblo entero... ¿Y qué importaba? No mucho en realidad, pero Naruto había empezado a hacer pataleta, sí, el crío le formó una escenita a mitad del bosque, le causó jaqueca y terminó cediendo (maldita fuera la hora).
Había dado por perdido a Sasuke y, aunque el chico era el otro patrimonio de la aldea (¡el último Uchiha, por Dios), lo más preocupante fue que había casi arrastrado a Naruto con él. 7
Dios mío, ¿qué hubiera sido del Ninja que copia si el niño hubiese muerto?Hubiera estado jodido si el pequeño Uchiha moría, pero si Naruto fuese cadáver... Ni forma de volver a su adorada aldea. Lo más prudente habría sido agarrar un palito, trazar una rayita en su bandana y ¡hola, vida de renegado!
Finalmente ninguno murió.
Finalmente salvaron a todos.
Y extrañamente parecía que el más héroe era Naruto.
ESTÁS LEYENDO
Un Héroe.
FanfictionEsa noche hablaron mucho sobre temas distintos que se mezclaban entre sí; hablaron sobre dos aldeas, dos pensamientos, dos niños, dos padres, dos monstruos, dos razones incompatibles entre sí y dos héroes iguales, pero diferentes... Sobre Naruto y G...