Capitulo 11. Adiós Oscuridad

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Caminé por aquel sitio oscuro a lo que una vez llamé mi mente, se encontraba vacío, lleno de miedo y fantasías de un lugar mejor.

Me dio asco.

Tuve que recordar quién era para darme cuenta de lo patética que había sido, de los pensamientos de necesitar a alguien que te había dejado en el olvido, de los problemas familiares, de las personas que alguna vez necesitaste y te fallaron.

No pude creer que ésto había sido de mí en el último año de mi vida.

Miré a Liam quien tranquilo tomó mi mano.

-Es hora de acabar con Hakai - mencionó triste - Es hora de acabar con todas estas pesadillas.

Asentí decidida mientras Hakai y mi otro yo se burlaban a lo lejos.

Ésta es mi mente, y yo controlo todo lo que sucede aquí, mi corazón no puede tener control de mis actos, pero sí de mis sentimientos al hacer cualquier cosa.

-Ésta soy yo... - levanté mi mano izquierda - Ésta es mi vida, mi mente y mis sueños - chasqueé los dedos y todo aquello se esfumó.

Toda la maldad y la bondad se fueron.

Dejándonos sólamente a Liam y a mí, en aquel sitio blanco.

-No te deshagas de tus sentimientos otra vez - objetó Liam cruzándose de brazos - ¿Sabes lo difícil que fue devolvértelos?

Reí.

Entonces había tenido problemas antes ¿verdad? 

Habías estado allí para mí antes y yo no tenía idea...

-Tranquilo, sólo quiero que todo vuelva a la normalidad, a mi yo normal, a lo que era antes de caer.

-Sabes que eso es imposible.

Chasqueé los dedos y el bosque, el castillo, la playa y el sitio donde antes se hallaba el acantilado volvieron a aparecer, sólo con una diferencia, el barranco había sido sustituido por un lago, más bonito, lleno de montañas alrededor.

Ese sería mi lugar favorito, donde el agua me sirviera de espejo y a través de él mirar las cosas que la vida me había ofrecido, para que cuando quisiera llorar, el recordar las cosas buenas fuera mi desvelo, las cosas malas se quedaran como son, pasado, que todos mis pensamientos absurdos los lavara el agua y se los llevara el viento... que todos encontrasen su lugar limpio en aquellas montañas para que yo pudiera vivir una vida sin objeciones o malos entendidos.

Simplemente dejar el pasado irse...

-Pasado es, pasado siempre será - comentó Liam a mi lado, tomando mi mano otra vez.

Asentí.

Como siempre, él tenía razón.

Caminamos juntos hacia la playa, en plena puesta de sol y nos sentamos en la arena.

-Dime Liam... si yo llegase a morir algún día ¿Vendrías por mí?

Aquel me miró y no dijo nada

-Vamos, anda, dime

Sonrió ladino.

-Sí, allí estaré cuando todo termine, lo prometo.

Asentí y miré al cielo.

-Puede que tengamos distintas creencias... acerca de la muerte - comencé - pero mi pregunta siempre ha sido ¿Cada quién tendrá ese final que cree?

Sólo lo oí suspirar.

-No soy nadie para juzgar, nadie sabe, Dios es demasiado bondadoso, todos piensan distinto... Algunos serán juzgados, otros olvidados, otros simplemente dormirán para la eternidad... pero piénsalo - hizo una pausa algo larga - unos serán ángeles, otros se convertirán en demonios o simplemente volverán como seres brillantes con mente vacía dispuesta a aprender... Pero lo importante es; Como ésta vida no hay ninguna otra, disfruta este pequeño pedazo de perfección, para que cuando te vayas, sea cual sea el final... puedas decir... "Ha valido la pena" 

Lo miré.

-Por eso quiero que vivas, vive, sé tú, mira todo lo que puedas mirar y aprende todo lo que debas hacer, no dejes que lo malo te controle o voy a tener que darte una cachetada.

Volví a reír.

-Vale Liam... Es una promesa de vida

-Y no se vale romperla.

FIN

Historia Original escrita por AsunaZelda

El diario de un pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora