Perfect lies (Jikook)

Capítulo 1

Era una mañana hermosa y calurosa en Forks, un pequeño pueblo al norte de California ignorado durante el año y concurrido por su famoso lago a orillas del bosque en temporada de verano.

Jungkook recién despertaba desorientado con el sonido de su celular que reproducía la canción Pocketful of sunshine para darle ánimos todas las mañanas. Se levantó muy alegre saludando a su madre mientras iba camino al baño para ducharse. Se preparó, arregló su perfecto uniforme, se perfumó, aplicó un poco de base y delineador junto a un suave bálsamo labial y espero a que su novio, el capitán del equipo de fútbol del instituto, le avisara que estaba afuera para llevarlo como siempre.

Mamá! Ya me voy! -- Gritó Jungkook desde la cocina tomando una manzana, acababa de recibir un mensaje de Jimin hace dos minutos indicando que estaba afuera, y si no lo quería hacer enojar debía apurarse.

- De acuerdo cielo ten cuidado no dejes que nadie te trate mal! -- Le gritó su madre de vuelta desde su habitación, con esas advertencias que nunca faltaban cuando salía dejaba en claro que no le agradaba el novio de su hijo.

Jungkook salió y vio a Jimin esperándolo dentro del auto con un semblante serio de pocos amigos, inhaló y exhaló, trago duro y se dirigió al auto con su mejor sonrisa para alivianar el ambiente.

-Hola amor-- Dijo Jungkook mientras abría la puerta del auto. Jimin no lo miró ni le contesto.

-Siento retrasarme, no vi mi celular a tiempo, perdóname no volverá a pasar ¿sí? -- Insistió Jungkook mientras se inclinaba en su asiento para darle un beso a su novio, sin embargo Jimin lo corrió y con la voz elevada le dijo.

- No estoy para tus mierdas cursis tan temprano Jungkook, no me hagas perder el tiempo, mañana quiero que estés esperándome afuera de tu casa.

-Pero amor es muy temprano, hace frío y yo... -- Jungkook fue cortado por Jimin que le dirigió una mirada asesina y furiosa.

- Está bien...lo siento-- Murmuró bajito Jungkook mientras secaba disimuladamente con sus finos dedos las lágrimas que se le escurrían por la comisura de sus ojos.

Fue un viaje silencioso en el que nadie habló, siempre era lo mismo con Jimin, sus cambios de ánimo afectaba a Jungkook más de la cuenta pero el resistía y aguantaba la violencia psicológica y a veces física de su novio pues lo amaba y quería hacerlo feliz a costa de su propia felicidad. Llegaron al instituto y aparcaron el auto en la esquina más alejada donde los esperaban los amigos populares de Jimin pertenecientes al equipo de fútbol, fumando junto a sus novios o perras de turno. Jungkook detestaba ese círculo social, no podía conversar con nadie seriamente y solo lo respetaban por ser el novio de Jimin. Si bien Jungkook era popular por sus encantos al ser el presidente de la federación de alumnos, guapo y muy inteligente, la verdadera atención la acaparaba cuando se encontraba como la pareja del capitán de futbol, de lo contrario solo lo tomaban como un estirado o se le insinuaban para tener noches de sexo a escondidas de Jimin, ya que lo veían como un premio que la mayoría de los estudiantes codiciaba por pertenecer al gran Dios del insistuto, Park Jimin.

-¿Aún estás enojado?-- Preguntó tímidamente Jungkook mientras se escondía en su asiento

-Ni si quiera quiero hablarte ahora -- Le respondió Jimin mientras notaba las miradas curiosas de sus amigos al llevar tanto tiempo dentro del auto, tomó la barbilla de Jungkook y le dijo -- Pero la pareja más popular de la escuela no puede llegar peleada el primer día que inicia la temporada de fútbol, asique cambiaras esa cara de culo que tienes, sonreirás, tomarás mi mano y permanecerás en todo momento junto a mí, sin quejas-- El semblante de Jimin aterrorizaba a Jungkook, su faceta violenta era lo peor que debía enfrentar cada día cuando no estaba de humor, dejó que Jimin lo besara levemente en los labios y se odio por sentir al circo Solei en su estómago por el dulce contacto de sus labios, Jungkook lo amaba y no podía hacer nada al respecto.