Epílogo

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Ya estoy aquí!!

Siento mucho la tardanza, he tenido unos problemillas, pero ya he vuelto!

Qué penita me dá decir esto: epílogo de la historia y, por lo tanto, FINAL.

Espero que os haya gustado y gracias una vez más por los votos y comentarios!

Pasaros por la segunda parte, que ya he empezado a publicar: ASQUEROSAMENTE ADULTA: LA REINA DE LA MALA SUERTE.

http://www.wattpad.com/story/8423103-asquerosamente-adulta-la-reina-de-la-mala-suerte

Epílogo:  Buenas noches y buena suerte (Adiós, amigos).

Cuatro años, tres meses y doce días más tarde…

Un fuerte golpe en la puerta me hace dar un brinco sobre la cama, despertándome al instante con un gemido.

-    ¡Vamos a llegar tarde!

Maldito pesado.

Con un gruñido, me enfundo dentro del largo vestido entallado y me subo a los tacones estratosféricos del mismo color púrpura oscuro que el traje. Seguramente me mate. Estupendo.

Miro mi reflejo y sonrío. Bien, decente. El maquillaje y el peinado han conseguido mantenerse intactos a pesar de la larga siesta.

Un nuevo golpe retumba en la habitación.

-    ¡Loretta!

-    ¡¡Qué ya voy, leches!!- contesto con un grito.

Salgo casi a la carrera, chocando de frente con dos pares de ojos azules.

-    Qué guapa.

Acallo entre mis labios un jadeo al observar a Álvaro, erguido hasta prácticamente mi altura (y yo en tacones) y luciendo esa amplia sonrisa igual a la de su hermano. Ese chico va a romper muchos corazones. Todos los que se le han escapado a Roberto después de ser atrapado por las garras de mi mejor amiga.

Éste me ofrece su brazo izquierdo y me apoyo en su codo para bajar los tres las amplias escaleras hasta la puerta principal, donde nos espera una lujosa limusina negra, camuflada a la perfección en la oscuridad de la noche.

-    ¿No os parece ridículo ir en limusina?- protesta Júnior con una mueca.

Río entre dientes al recordarme a mí misma diciendo esas mismas palabras años atrás.

-    Todo es poco para la reina de la casa en el día de su veintidós cumpleaños.

Un rostro familiar se asoma por la ventanilla trasera, invitándonos a subir.

-    Reconoce que a los únicos que les gusta usar estos cacharros sois a Rober y a ti, papá.

Contesta con una sonrisa hipnótica.

-    ¿Y por qué no ha venido a buscarte?- pregunta el pequeño (que de pequeño no tiene un pelo).

-    ¿Crees que es necesaria esa tontería?

-    Además, fue a recoger a Lena.

Mis labios se curvan en una mueca.

-    Las personas ajenas a la Sociedad no pueden acudir a las fiestas, pero yendo con el anfitrión no pueden decir nada.- apostilla mi padre, deslizando después la mirada hacia su hijo mayor- Esto es una locura, lo sabes, ¿verdad?

Siento mi corazón dando un vuelco por la mirada firme y segura de Roberto cuando abre de nuevo la boca.

-    La quiero.

La historia de mi penosa vida adolescente: Loretta.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora